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29 enero, 2012

«Los medios fueron bajados del pedestal»

Por Margarita Gómez Carrasco

«La prensa escrita representa una red de producción de discursos, responde a una ideología. Ninguno puede escapar a esta estructura. Los medios hegemónicos tienen el poder de hacer algunas cosas, y no otras. Por ejemplo, pueden instalar un candidato, pero no hacer que este gane», dice José Natanson en la entrevista concedida a El Gran Otro.

Confieso que, después de leer La nueva izquierda, quise      conocerlo para hacerle un reportaje. Es más joven de lo que    imaginaba; el cabello ensortijado, su porte informal y desenfado    para expresarse hablaban de cierta mezcla de intelectual rebelde.  La forma de cruzar las piernas y apoyar sus zapatos sobre el  escritorio me hizo recordar al personaje principal de una novela  de Tomas Eloy Martínez, El vuelo de la reina; allí el escritor narra  la historia fatídica del director de un diario. Por suerte, entre esa  creación literaria y Natanson hay un abismo de distancia; sin  embargo, los escenarios sociales se asemejan, y el hilo de esta  nota, también ficción al fin, aspira a pincelar la realidad política y  la influencia de los medios sobre la opinión de los habitantes de  nuestro país.

José nos citó en su despacho de Le Monde Diplomatique; acudí junto con la fotógrafa de El Gran Otro y nuestro corresponsal de la columna política, que también quería entrevistarlo. Al tenerlo enfrente, me dediqué a escuchar y observarlo, despuntando, sin darme cuenta, mi oído de psicoanalista. Entonces supe que ese no era el momento de preguntar, por lo cual decidí dejar pendiente este artículo, que ahora les presento.

 

Diario renovado, director nuevo

José Natanson asumió la dirección de Le Monde Diplomatique en febrero del 2011. Nos contó que ese medio se caracteriza por tener una personalidad definida; su trabajo se remite a centralizar y articular toda la organización y la producción periodística.

Sin embargo, más allá de su función como director, lo que pretendía saber era si el famoso «Dipló» se maneja como un medio «independiente», porque es sabida la influencia que los medios ejercen sobre la opinión pública; no obstante, ¿los medios de comunicación seguirán siendo un fuerte instrumento de poder? ¿Estaremos asistiendo al desvanecimiento de las múltiples teorías que se tejen en torno a ellos? En medio de estos interrogantes, cabe recordar las oportunas palabras del semiólogo argentino Eliseo Verón: «Una ley de medios es necesaria porque evita la concentración de información y garantiza el pluralismo».

 

¿En qué año salió por primera vez Le Monde Diplomatique y en cuántos países?
Salió hace doce años. En Francia tiene 40 años. En este momento, hay 74 ediciones internacionales, en 28 idiomas. Nosotros somos la cabeza de las ediciones en español. Además de la nuestra, hay en Colombia, en Bolivia, en España y en Uruguay, y la nuestra en Argentina. La edición nace con la idea de publicar noticias y análisis internacionales…, que son básicamente traducciones de las notas del Diplomatique de Francia, y a la vez agregar un porcentaje de material local, de autores locales.

 

¿En Argentina cuándo nació?
Nació como una edición que se empieza a distribuir acá. Después empezaron a salir estas otras ediciones en español, a las cuales nosotros les facilitamos las traducciones de los artículos; les vendemos, digamos, los derechos de las traducciones.

 

¿Cuándo asumes como director?
Empiezo en febrero de este año. Yo vengo de Página/12, trabaje ahí durante muchos años, después en la revista latinoamericana de ciencias sociales y debate político Nueva Sociedad,  y mi idea es mantener las líneas de trabajo que gestioné anteriormente y renovarla un poco también… Entonces hicimos básicamente tres cosas: un rediseño total de la maqueta de tapa e interior, un nuevo sitio web, y por primera vez estamos vendiendo la edición online.


¿Se manejan con total independencia económica?

Nosotros nos financiamos con la publicidad de las ventas y, al ser un mensual, no tenemos necesidad de la actualidad, como un diario o un semanario. Eso nos da una autonomía quizás mayor que otros medios.

 

La gente mira los medios de otra manera

Lippman, en la teoría de la agenda setting, habla del seudoentorno que crean los medios de comunicación. Esa construcción ¿cómo piensas que incide en la opinión pública de nuestro país?
Creo que es un tema que está en discusión, todavía. Quiero decir: me parece que uno de los grandes avances de los últimos años es que los medios fueron bajados del pedestal, del pulpito que ocuparon durante años. No sé por qué, pero antes era como que no se podía cuestionar los medios ni a los periodistas; cualquier cosa en ese sentido era interpretada como un ataque a la libertad de expresión. A mí me parece bien que la gente, no solo los entendidos, en los bares, en sus casas, trate de adivinar o deducir por qué tal medio titula así y no de otra manera, por qué pone esa tapa o esa foto. Por eso creo que los medios ya no tienen el poder que tenían antes. Eso no significa obviamente que la gente haya dejado de consumirlos, sino que ahora los mira de otra manera, más atenta y exigente. Y eso limita su capacidad de «marcar agenda».

 

¿Se podría pensar entonces que, en la forma en que los medios construyen la realidad, hay un correlato con sus intereses?
Siempre los medios operan en base a sus intereses. Son empresas, básicamente, y tienen sus intereses. Eso no es ni malo ni bueno, es así. Acá y en todos lados. Pero, ojo, que eso no significa que los medios tengan intereses clarísimos y los puedan «bajar» de manera monolítica. A veces, dentro de un mismo medio hay contradicciones. La típica es entre la parte empresarial y la redacción. Eso genera tensiones, a veces negociaciones, y aunque hay una cadena de mandos, no es un ejército. Entonces se ven contradicciones, noticias que se dan y luego se callan, etc. Pero los medios no construyen solos la realidad, sino que son parte de una trama más compleja. Son actores pero también arena política, un poco como el Estado, que es actor pero también territorio de disputas.

 

En los gobiernos de Menem y De la Rúa, ¿los medios construían la realidad, y los mandatarios se guiaban por esa construcción?
No. Menem ganó la reelección con buena parte de los medios en contra, tomó muchas medidas impopulares (para los medios) y, a pesar de eso, ganóla reelección. Lo mismo Kirchner: hizo cosas que a los medios no les importaban para nada (como la política de derechos humanos, salvo a unos pocos medios minoritarios) o que directamente rechazaban (como la ley de medios). A pesar de eso, Cristina ganó. De la Rúa sí actuó siempre mirando a los medios: incluso cuando decidía barbaridades, como recortar las jubilaciones, se preocupaba sobre todo sobre cómo presentarlas, y así le fue.


¿Qué opinas de la sanción de la «ley antiterrorista»?

Me parece mal. Los tipos penales abiertos son complicados, sobre todo en un país en donde la justicia no se ha democratizado a la par de otras instituciones (además de que es el único poder institucional de origen no democrático, a diferencia del ejecutivo y el legislativo). Creo que la cláusula que excluye a la protesta social limita un poco el efecto negativo, pero en general me parece una mala ley.

 

«Comienza el comienzo»: un nuevo año me invita a correr otro velo, gira el deseo en torno a mostrar cómo los medios eligen y deciden las noticias, cómo influyen en la opinión pública, aun habiendo sido bajados del pedestal. La mirada fresca de un intelectual joven y talentoso como José Natanson nos amplía la visión política de nuestra realidad argentina. ¿Esta visión podría ser extensiva al resto de Latinoamérica?

 

[box]José Natanson, periodista y politólogo, fue redactor entre 1997 y 2005 del periódico Página/12. Se desempeñó como investigador del Instituto Gino Germani y consultor de Naciones Unidas. Fue jefe de redacción de la revista latinoamericana de ciencias sociales y debate político Nueva Sociedad. Ha escrito artículos y reportajes periodísticos para diversos medios de América Latina, ensayos en revistas académicas, y participó de compilaciones sobre ciencias políticas. Escribió El presidente inesperado. El gobierno de Kirchner según los intelectuales argentinos, La izquierda que viene, entre otros libros. Actualmente es el director de la edición argentina de Le Monde Diplomatique.[/box]