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5 mayo, 2014

Abraham Poincheval, hibernar en primavera

Por Mariano Barrientos, corresponsal de El Gran Otro, desde París
Fotografía, Mariano Barrientos

El Museo de la Caza y Naturaleza de la ciudad de Paris está compuesto por figuras de animales disecados, cuadros de época con temática salvaje y un centenar de armas de fuego, utilizadas pura y exclusivamente para la caza; pero este mes, el museo fue testigo de una performance sin precedentes: el artista francés Abraham Poincheval vivió de manera ininterrumpida dentro de un oso de tamaño natural por trece días, un acto de repudio al urbanismo incontrolado y a favor del cuidado de la naturaleza.

Es muy habitual asistir a performancesde esta magnitud en la capital de Francia, pero lo llamativo y particular de este happening es el acto de supervivencia por parte de Abraham Poincheval, un artista de cuarenta y dos años de edad, nacido en Alençon, al oeste de Francia. La muestra, denominada «Dentro de la piel de un oso», comenzó en el museo el 1 de abril, y nos remite puramente al devenir de otra especie, a la formación de un ser nuevo pero atípico. El artista es famoso por crear momentos itinerantes y poder así quedar en el inconsciente del espectador por siempre. De esta forma, fue que al reposar de manera semirecostada lleva consigo, en un intento de «inventario», elementos claves para sobrevivir por casi dos semanas: comida para cada día, una pava, toallas, una manta, libros, papel higiénico, entre otras cosas. Para realizar sus necesidades, cada una de las patas del oso estaba equipada para el desecho de materia fecal y orina, basura, y en la cuarta pata había un tanque de oxígeno.

Paralelamente y para completar la performance, al lado del oso se encontraba la transmisión en vivo de Poincheval en un televisor que podía ser visto en una especie de reality show. Desde ahí, se seguía su hibernación en vivo, así como también desde el nuevo sitio web del museo. Al otro costado, una mesa ratona repleta de libros con cuentos infantiles invitaba al público a leerlos en voz alta y al oído del oso, ya que el artista escuchaba perfectamente lo que ocurría en el mundo exterior.

La muestra tuvo lugar hasta el lunes 14 de abril, a las once de la mañana, momento en que Poincheval dio por terminada su hibernación y, así, finalizó la muestra.

Toda esta experiencia nos deja pensando si la vida intrauterina en un oso puede llegar a ser la mejor manera de impactar al público mediante la identificación con los animales, que, debido a la cacería por parte del hombre, podrían extinguirse.