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27 enero, 2012

Discapacidad, el trago amargo

 Una realidad que nos cuesta asumir.

 

Por Sara E. Ruiz

 

Hoy América Latina viene dando pasos agigantados en el cambio de paradigma con respecto a la discapacidad y sus formas de posicionamiento social. Sin embargo, sigue siendo un tema que mucha gente tiende a evitar, porque incomoda y cuestiona. Y lo peor: continúa dejando víctimas fatales por la ignorancia y la marginación.

 

El modelo médico continúa siendo la única mirada desde donde se observala discapacidad. Sinembargo, se ha hecho necesario que desde todos los sectores de la sociedad se aborde la temática de manera integral, con una orientación interdisciplinaria. Si se continuara restringiendo el espectro de la discapacidad, sólo se conseguiría aumentar el riesgo y seguir desconociendo otros enfoques.

Enfoques tales como los cambios que se producen en el perfil epidemiológico de la población, que hacen referencia a cuestiones como el aumento de personas con discapacidad, debido al incremento de la esperanza de vida, que favorece también la aparición de enfermedades crónicas; el crecimiento de los accidentes de tránsito, que impactan preferentemente en edades productivas; la desnutrición y la niñez abandonada, que integran el «círculo vicioso de la exclusión social».

 

Saltos en el tiempo

El doctor Armando Vázquez Barrios, venezolano, asesor regional de rehabilitación de la OMS, quien estuvo en Argentina, nos amplio el panorama de la discapacidad y de cómo se maneja la rehabilitación en América Latina.

Vásquez Barrios comentó que la OMS (Organización Mundial de la salud) hablaba hace un tiempo de una prevalencia de la discapacidad que oscilaba entre un 7 y un 10% en el mundo. Hoy, gracias al informe mundial sobre discapacidad que se presentó en junio de 2011 en Nueva York, se actualizó esta cifra y se puede decir que el porcentaje de prevalencia alcanza el 15% de la población, que es portadora de algún tipo de discapacidad con distintos grados de severidad.

Ese 15% equivale a más o menos 1.000 millones de personas, sobre la base estimada de población en el mundo para el año 2010. De esta población, solo el 3% de los que tienen discapacidad encuentran respuesta a sus necesidades, en los servicios de rehabilitación o en los programas que están diseñados para ellos.

 

¿Qué pasa en la región?

Según lo anterior, el alerta actual para América Latina está puesto en el cambio del modelo de atención. En salud, el modelo de atención está diseñado para atender procesos agudos, más que procesos crónicos, y hoy por hoy, lo que más está causando discapacidad son precisamente los procesos crónicos, como por ejemplo los accidentes de todo tipo.

América cuenta con 360 millones de personas con alguna discapacidad. El doctor Vásquez considera que la tendencia a la discapacidad en el mundo va a seguir creciendo, la población con discapacidad va a seguir aumentando, y que los riesgos de sufrir alguna discapacidad son cada vez mayores.

El informe mundial, por su parte, advierte que las enfermedades crónicas y las no transmisibles van a producir, en las dos primeras décadas de este siglo, 3 veces más muertes y más discapacidad que en la última década del siglo pasado; pero, como dice el especialista, «ya se cumplió la primera década de este siglo y se ha hecho muy poco para reducir este número, por no decir que nada».

Por otro lado, está el envejecimiento de la población: si bien llegar a esta etapa no es una condición sine qua non para adquirir alguna discapacidad, sí es importante tener en cuenta cómo estamos llegando allí, porque lo que se está viendo actualmente es que la mala calidad de vida nos expone a ese riesgo.

Además, la falta de coordinación intersectorial entre las instancias que atienden este tipo de dificultades hace que no se generen las sinergias necesarias para poder cubrir la demanda de los pacientes. Se termina cubriendo esta demanda desde la oferta, y no desde las propias necesidades de los grupos que requieren asistencia.

 

El modelo

El otro tema que genera reflexión, en cuanto a los prestacional en salud y desarrollo social en la región, es la capacitación de personal. Según comentó el especialista en rehabilitación, no hay un crecimiento asimétrico entre la necesidad de recursos humanos y su disponibilidad.

«En salud, por ejemplo, en muchos de los centros de rehabilitación, podemos ver que sobran kinesiólogos y nos faltan terapistas ocupacionales, no tenemos médicos especialistas que puedan atender el área de rehabilitación, porque no es un tema que se cubra solamente con un tipo de profesional. Otro personaje que casi nunca está en los servicios de rehabilitación son los psicólogos, que son tan importantes para todo lo que es la contención en los pacientes que padecen o tienen una discapacidad», comentó Vásquez Barrios.

En la región, el modelo de atención en salud debe basarse en los cuatro pilares de la rehabilitación y la salud pública: la promoción, la prevención, la atención y la rehabilitación. Sinembargo, el modelo de atención actual está basado más en la atención de los casos agudos y la curación, con poco de promoción, algo de prevención y casi nada de rehabilitación. Al hacer un paneo por los servicios de la región, nos podemos dar cuenta de que los centros de rehabilitación están sólo en las grandes ciudades o en las capitales, y no existen en lugares más remotos y donde se presentan muchísimos casos también, con otros niveles de atención.

«Aproximadamente el 25% de los ingresos hospitalarios precisan rehabilitación, este un dato clave cuando vemos que, en los servicios de rehabilitación, la mayoría de las personas que llegan para ser atendidas asisten al lugar motu proprio, y no por una referencia adecuada de un especialista o por una derivación», argumenta el especialista.

 

Cuando el sistema falla

Además pone en la mira una reflexión clave para entender las fallas del sistema de salud, cuando comenta que, en muchas ocasiones, no se mide la alteración funcional o la discapacidad como dato básico, lo que no permite saber de qué se enferma la gente, qué los aqueja o de qué se mueren; desafortunadamente, sobre esos datos, más otros que usan los epidemiólogos, se hacen los análisis de situación. La información no se registra; lo que se tiene entonces es información incompleta, que no permite tomar una verdadera o adecuada decisión, en relación con qué tipo de servicios de rehabilitación necesita la demanda.

Si bien el total de personas con discapacidad en América Latina es alto, no todas van a requerir un servicio de rehabilitación, pero sí es importante ver qué oportunidades tienen, en cuanto a que sus necesidades de salud puedan ser cubiertas.

Es necesario mantener a la población informada sobre los riesgos y sobre todo lo referente a la discapacidad y la rehabilitación, porque las personas no pueden entender qué es lo que hay que hacer, sino saben de qué se les está hablando. «El desconocimiento tanto de la población general, como también de los profesionales, nos lleva a actuar por omisión, y esas son situaciones que podrían ser fácilmente superables».

Finalmente es importante saber que el informe mundial de discapacidad contiene algunas recomendaciones básicas para todos los países, y una de estas recomendaciones, sino la más importante, esla inversión. Comolo explica el especialista: «Hay que invertir en discapacidad y rehabilitación, y no invertir por invertir, sino invertir por ganar; ganar, porque también los usuarios de los servicios pueden aportar al desarrollo del colectivo social, beneficiarse de estas decisiones y contribuir al desarrollo».

 

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