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8 agosto, 2014

La estrategia del escarabajo – Dramaturgia y dirección: Darío Cortés

La estrategia del escarabajo – Dramaturgia y dirección: Darío Cortés

Por Dra. Raquel Tesone

La fábula del escarabajo nos deja esta moraleja: “Nunca subestimes a nadie por ser distinto porque algún día ese alguien tendrá algo para enseñarte”. De ahí toma el título esta pieza teatral, escrita y dirigida por Darío Cortés, que nos enseña mucho acerca del respeto hacia las diferencias, en tanto trata el tema de la constitución de la identidad sexual en función de los deseos propios y de la relación con los otros. Esos otros pueden subestimar a quien es distinto proyectando en él un aspecto rechazado de sí mismos o bien, esos otros, son quienes pueden apreciar lo que es diferente y otorgarle valor.

El pretexto para tratar este tema es el vínculo entre tres mujeres que están enredadas en un triángulo amoroso. Ellas van tejiendo una historia en la que la problemática de la aceptación de la homosexualidad y la cuestión de la maternidadson desarrolladas a través de diálogos cotidianos, agudos, con muchísimo sentido del humor. El uso de un lenguaje coloquial, con el que todos nos podemos sentir identificados, es un gran acierto porque da lugar a que el espectador ingrese rápidamente dentro de cada escena, desde el plano emocional. Si bien se trata de tres mujeres que son muy diferentes, hay en ellas algo en común: el amor. En este sentido, podríamos pensar que esta obra habla de un común denominador, el amor, dentro de las diferencias teniendo en cuenta que este triángulo bien podría existir dentro de una relación heterosexual. Los desencuentros, el desamor, y los diferentes tiempos de los integrantes de cada pareja son problemáticas que trascienden las preferencias sexuales. Sin embargo, es más interesante el abordaje que elige Darío Cortés para profundizar la cuestión del amor y para hacerlo jugar en relación a la diversidad sexual. De esta manera, nos dice que todos somos diferentes y, por lo tanto, únicos. Por lo cual, la sexualidad y el amor cada uno los resignifica a su manera, ya que la sexualidad en el ser humano no es del orden delo instintivo, sino más bien una construcción subjetiva, social y cultural. ¿Y el amor también? Mía (Checha Amorosi) amaba a Marisa (Viviana Suraniti), pero su deseo de tener un hijo era tan fuerte que no podía darle el tiempo necesario a Marisa para que pudiera definir esta decisión en su vida. Luz (Alejandra Feudal) amaba a Mía y, pese a ello, al momento de oficializar con su familia su relación de pareja no se sentía preparada, no era su tiempo.

Los des-tiempos y, en consecuencia, los des-encuentros, los amores y los des-amores,son parte de la historia de estas mujeres que se atreven a ser quienes son. Mujeres dispuestas a superar toda dificultad para asumir y vivir su sexualidad, para poder amar plenamente y materializar el deseo de criar a un hijo desde el amor que tienen para ofrecerle. Este paso inserta a la pareja de lesbianas en la necesidad de legitimación que implica la constitución de su familia frente a la sociedad. ¡Como si la familia tuviera que ver con el género masculino o femenino! ¿Acaso la maternidad o la paternidad no son funciones? Lo importante no es quién, sino cómo las ejerce. Esta obra no intenta dar respuestas, lo mejor es que deja planteadas las preguntas fundamentales para el progreso de nuestra sociedad.

Las actrices se lucen por la naturalidad de sus interpretaciones, haciendo sentir al espectador que está dentro de su casa. En este aspecto, se destaca Viviana Suraniti quien saca del público carcajadas, encarnando aun personaje sensible, tierno e ingenuo, que destila chispas de humor.

Una obra que nos hace divertir y, al mismo tiempo, reflexionar, correspondiendo a la marca de Darío Cortés.