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Entrevista a Marta Minujín «Arte, arte, arte para vivir en paz»

Por Mariano Barrientos

Fotografía: Mariano Barrientos

En el marco de los treinta años de la llegada de la democracia a la Argentina y en un momento en el cual la sociedad atraviesa tiempos de amplias diferencias, Marta Minujín ―como el aire fresco de primavera― nos presenta Ágora de la paz, su nueva instalación de arte efímero y participación masiva.

¿Qué pretende con esta majestuosa instalación y por qué la titula así?

Este ágora pretende dar un mensaje de paz en este momento en el que todo el mundo se está peleando: los políticos, las barras bravas, los artistas, vedettes, en radio, televisión, y sucede lo mismo en todo el mundo. Entonces, lo que quiere es dar un mensaje de paz, simplemente eso, todos los libros que están aquí se los va a llevar el público y cuando vean por repetición en la portada la palabra «paz, paz, paz…» les quedará grabada en el inconsciente.

Interiormente, si estás bien con vos mismo podés estar en paz con los demás, ese es el propósito. La gente vendrá a desarmarlo, es arte efímero que dura diez días y los temas centrales son la paz, la amistad y la libertad.

Cuando empezó la democracia todos nos queríamos, nos amábamos, éramos felices y ¿qué pasó ahora? Estamos todos peleados. Entonces, el mensaje a través del arte puede revertir esa situación.

Esta obra, ¿en qué está inspirada?

Está basada en el templo de Hefesto, pero la maravilla que tenga las columnas torcidas fue mi agregado del 2001. Cuando las cosas están en otra dirección, uno tiene una visión distinta. Los griegos trabajaban con el pensamiento vertical, pero a través de ellos vino todo el pensamiento occidental: el planteo de la «no religión», el planteo de la política, en resumen, todo lo que somos nosotros hoy lo hicieron los griegos, pero yo le cambié las columnas porque el mundo cambió en el 2001. No todo es vertical, las cosas pueden ser diagonales y ser igualmente buenas.

La instalación Ágora de la paz culminó con una performance de filósofos griegos como Empédocles y Heráclito, que desfilaron alrededor del ágora y repitieron, haciendo eco, algunas de las frases celebres con alusión a la paz que contiene el libro. Una vez que la artista anunció desde su ya característico megáfono: «arte, arte, arte para vivir en paz», el público accedió al ágora y retiró los 25.000 libros que formaron parte del templo de Hefesto.