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21 marzo, 2017

GABRIELA WINICKI «Dibujos para recomponer el mundo de las relaciones»

GABRIELA WINICKI «Dibujos para recomponer el mundo de las relaciones»

Por Adriana Vornehm

Gabriela Winicki posee un prolífera producción artística en lienzos, en esta ocasión pondré el acento en sus intrincados dibujos, ellos hablan sobre el síntoma de nuestra época, conforman enormes masas de seres que se conectan y narran interminables relatos, dan cuenta de múltiples situaciones que construyen el entretejido de las relaciones humanas. Los personajes que aparecen se pueden leer como una propuesta transformadora del presente. Dice el filósofo Jacques Rancière, «en el marco de una economía tardo-capitalista y su política neoliberal, una de las urgencias centrales reside en dar un salto afirmativo a partir de la potencia del pensamiento y de las artes para recomponer el mundo»; si nos atenemos a este párrafo, a través de los dibujos de la artista, aparece una forma de reparación. Su vuelo creativo pone el dedo en la llaga para correr el velo en el terreno de las apariencias. Interesada en su singular propuesta, en nombre de El Gran Otro, la entrevisté.

 

¿Cómo incursionaste en el mundo del arte? Soy diseñadora gráfica, en algún momento sentí la necesidad de algo más, de hacer lo que sentía sin estar limitada. Recuerdo que desde chica hice muchos talleres de arte, mis padres me enviaban a estudiar todo lo que me gustaba, así fui obteniendo entrenamiento y de grande retomé pintura con Marta Zurro, me quedé con ella varios años después, Marta me impulsó a cursar seminarios con otros artistas, me decía: «No te quedes solo con lo que yo te enseño. Seguí capacitándote porque yo tengo un límite», y así fue que estudié con diferentes artistas, con Nicolás Menza hice un seminario de figuras vivas. Un día le plantee a Marta lo que hacía, por aquel entonces veía a mis compañeras de taller que copiaban y yo por más que trazaba una idea de trabajo nunca la podía respetar y terminaba haciendo algo distinto, entonces me di cuenta que lo que hacía estaba relacionado con el esencialismo, y en un momento sentí mucha curiosidad y empecé a tomar clases con Heriberto Zorrilla y con Helena Distéfano durante cinco años.

Hablemos primero de tus lienzos… Creo que vivimos en un mundo muy acelerado, las tecnologías nos ayudan y nos esclavizan también, es un mundo muy mecanizado y lo que trato es que la gente se detenga, contemple, se conecte con pequeñas pistas que voy dando, porque en mis pinturas no hay una imagen concreta. La idea es que el espectador empiece a hacer vínculos internos, el mensaje es abierto y se completa con su mirada, así es como cada persona ve algo distinto gracias a su individualidad, a sus asociaciones, ya que mi obra es muy orgánica y sugiere. Me gusta trabajar con contrastes fuertes, mucha luz y claridad en contraposición con los bajos.

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¿Tus pinturas son bidimensionales? Sí, el volumen es solo percepción. Es la conjunción de áreas con empaste, pintura muy diluida, chorreada, devastada como también aplico veladuras. Realizo varios cuadros en uno. Creo que la diversidad enriquece la obra.

Respecto a tus dibujos, son intrincadas escenas de ironía, amor y hasta violencia… Es la forma que encontré para mostrar distintas actitudes, cómo la gente se vincula, hay momentos de amor y solidaridad, la idea es reflejar todo eso con humor.

Contanos cómo te inspiraste para crear este dibujo de una mujer que parece muy preocupada. Es la historia dolorosa de «Vivi», que por cierto elegí nombrarla igual que el verbo «Vivir» para reforzar el mensaje. Cuando la vi por primera vez, algo me conmovió mucho, luego me enteré de que estaba enferma y entendí lo que yo había percibido, me gusta mucho mirar a la gente, todo el tiempo estoy absorbiendo el entorno. Esa capacidad de observación es vital, creo que hoy día se convive con las apariencias, con el marketing de ser feliz, aparentar tenerlo todo, pero realmente se trata de gente que se siente sola, tratando de encontrar -con lo que el mercado publicitario promete- la felicidad.

Tus dibujos son caóticos, entrelazados… Sí, son dibujos de personas que forman conexiones, aparentan estar desordenados pero tienen una manera particular de ser vistos rotándolos, porque estamos siempre en movimiento. Las relaciones me preocupan, los cordones y lazos en mis dibujos representan esos vínculos a través de una obra sincera, que no busca agradar. En cierta forma busco reflejar la complejidad de la vida y la sociedad. Destaco lo que nos diferencia y hace únicos por medio de grafismos, así los detalles cobran protagonismo. Tal vez porque la vida está hecha de sutilezas que a la masa le cuesta ver.

La propuesta de Gabriela Winicki nos lleva a pensar en la función de la imagen que habla en el momento que calla. En una de sus obras, la protagonista «Vivi» aparece con una presencia sensible en la que imagen se presenta como un discurso que cifra una historia dolorosa. A través de este resplandor de la realidad al desnudo, la artista representa momentos claves que dan cuenta de los síntomas de la contemporaneidad.