Nora Aslan fotografía ejemplares de especies diversas conservados en los museos de historia natural. Al irónico espejismo del embalsamamiento, a esa eternidad de paja, tela y plástico, le superpone una otra vida suspendida en el tiempo, la vida documental que otorga la fotografía, más ilusoria en este caso todavía, porque se ha fotografiado un simulacro, una apariencia, la indómita vida salvaje solidificada como pura forma exterior, como si la fotografía fuera una nueva forma de la taxidermia. Pero la cantera en la que Aslan abreva para el casting de la fauna actoral que protagonizará sus misteriosas escenas es más amplia y diversa. Incluye la palpitación del animal retratado en vivo, los fondos ornamentales extraídos muy selectivamente del acervo bibliófilo de la artista, el registro de dioramas – una de las fuentes de inspiración de Aslan para la puesta en escena general de la muestra -, de empapelados que oscilan entre la fantasía decorativa y el gobelino, de detalles de cuadros. Y también apropiaciones de ‟naturalezas domesticadas: viveros, jardines, y fragmentos de jardines de cuadros del siglo XVlll”, segun sus propias palabras.

Pero esta enumeración es engañosa. E injusta. Puede inducir a creer que estamos en presencia de un mero juego archivista, de una simple acumulación de imágenes cargadas de empatía a punto de subsumirse en un módico scrapbook o, peor, en la típica galería de formatos varios con alegorías melancólicas a la que a veces es muy proclive la iconografía zoológica. Nada más lejos de lo que pasa aquí.

Un pavo real recibe a los visitantes de espaldas, caminando a sus anchas aunque dentro de un indefinible reducto bidimensional. Un corpóreo osito de peluche nos mira con sus ojos como botones. Son los extremos poéticos, o quizás la clave esencial, secreta, de la notable unidad programática a partir de la cual una Aslan regisseur ilusionista impondrá al elemento más reconocible la otra cara de una nueva cualidad dramática, una insólita expresividad. Una a una se exhiben sutiles  artes y habilidades combinatorias para extinguir cualquier sospecha de exotismo y extenderse en el riguroso, ambiguo territorio donde lo extraño, lo inesperado, lo inquietante, eso que incomoda a golpes de incerteza, se empeña en resultarnos bizarramente familiar.

Con pasión de retratista, corazón de zóologa, paciencia de cazador furtivo e imaginación de criatura traviesa, Aslan no se resiste ni por un minuto a la imperturbable tentación de orquestar esta extraña atonalidaddmaravillas depsuenan, ses e de lo m sus habilidades combinatoriasidermiaa  she has to confrontorquestar, con un humor no exento de sabores tenebrosos, esta trémula atonalidad de cráneos, cornamentas, garras amenazantes o peladas hasta el hueso, pelambres ríspidas o sensuales, picos, patas, plumas y colmillos, que suenan y resuenan, entran y salen de escena en medio de espacios, marcos, ámbitos y perspectivas, hallazgos de una ambientación tan maniática en su precisión como funambulesca en el artificio.

A través del collage tradicional, allí donde se corta y se pega manualmente, y de su correlato de edición, contrapunto, superposición y transparencia digitales, en composiciones tan dinámicas como para descoyuntar incluso las estructuras más equilibradas, Aslan ensaya esta suerte de versión anómala de algún perdido gabinete de maravillas para armar su caleidoscópica rapsodia de atávicas ensoñaciones, de fábulas indescriptibles, episodios herméticos y expansivas metáforas.

Gachi Prieto Gallery (Aguirre 1017, Villa Crespo, Buenos Aires) presenta a partir del 15 de Abril hasta el 22 “Pelos, huesos, garras, plumas y una breve secuencia de pormenores”, una instalación de fotografías, collages y objetos de Nora Aslan, con curaduría de Eduardo Stupía.

“En efecto, allí están, numerosos, variados, infinitamente variados, en la tierra, en las aguas, en los aires, con nosotros y fuera de nosotros, compartiendo un mundo donde existen desde hace mucho y del que quizás van a desaparecer, y algunos de entre ellos pronto. Pero digamos que aún están allí y que son o han sido nuestros compañeros, nuestros rivales, nuestras presas, nuestras víctimas, nuestros esclavos, nuestros conejillos de Indias, nuestros padres y también, a veces, nuestros hijos. Sea cual sea la manera en que se haya instituido la relación, desde la más oscura magia a la más fría racionalidad económica, ésta ha sido constitutiva de la fábrica humana: el hombre se deduce de su inquietud o de su hipocresía hacia esos otros vivientes que están ahí como él y de otra manera que él sobre la tierra.”

Jean-Christophe Bailly “El animal como pensamiento”  (ediciones Metales Pesados, Santiago de Chile, oct 2014)

 

Nora Aslan

Nace en Buenos Aires. Estudia de arquitectura en la Universidad de Buenos Aires.

Desde 1975 ha realizado numerosas muestras individuales en galerías y museos como el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires (1997) y participado en muestras colectivas e instituciones internacionales como el Islip Art Museum, New York, el North Dakota Museum of Art; la University of Essex, Colchester, UK; el Museo Haus Am Kleistpark, Berlín , Alemania; el Sainsbury Centre for Visual Arts, UK; el Museo de la Ciudad, Generalitat Valenciana, España; el Museo de Arte Moderno de Sarajevo y el Museo de Arte Moderno de Viena, entro otros.

Fue seleccionada para la I Bienal de Buenos Aires, la “Bienal de La Habana” Cuba (2000/1989/86) y la “II Bienal del Mercosur”, Porto Alegre.

Ha sido distinguida con diversos premios como el  “XIV Premio Federico Klemm”, Bs. As.; el Premio Saint Felicien, en el Museo Nacional de Bellas Artes; el Premio Novartis; el Premio Costantini; el Premio Universidad de Palermo; el Concurso de la Fundacion Mayorazgo; el Premio Agfa y el Premio Konex 1992 y 1982; el 1° Premio America 92 en el CAYC; el 1° Premio del Salon Municipal de Tapices y el 1° Premio del Salon Nacional de Tapices de Bs. As.

Sus obras se encuentran en colecciones internacionales como: the Internacional Collage Center, Fulton, Pennsilvania, USA; la Universidad Nacional de 3 de Febrero, Bs. As.; la Colección Neuberger Berman, Neuberger Museo de Arte, New York; la Colección Willkie Farr & Gallagher, New York; la Colección Ars Aevi, Museo de Arte Contemporáneo de Sarajevo; el Museo de Arte Moderno de Viena, Austria; la Colección de Arte Latinoamericano de la Universidad de Essex, UK; la Colección universidad de Palermo, Bs. As.; el Museo Sívori, Bs. As.; el Museo Michoacano de Arte Textil, México y diversas colecciones privadas en Argentina, USA y Europa.

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