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27 noviembre, 2014

Reloca por el tango

Reloca por el tango

Por Raquel Tesone

Mirta Katz, actriz y psicoanalista, nos brinda un espectáculo donde se vuelven a lucir sus personajes combinados con la danza del tango en una comedia musical plena de sentido del humor. Recreando una milonga con distintos personajes extranjeros, nos adentra en el mundo del tango, con un toque de picardía y de romanticismo. Luego de su función, Mirta recibe al “El Gran Otro” y nos cuenta acerca de su producción.

¿Cómo se armaron estas dos funciones de “Reloca por el tango”?
En realidad, íbamos a reponer “Un diván de dos plazas” y el actor tuvo un problema personal y no podía asistir, con lo cual, rearme un espectáculo con algunos momentos de “Un diván de dos plazas” y personajes de mis obras anteriores, como “Loca por el tango”.

Y acá representas a una organizadora de una milonga.
Si, es muy divertido el personaje y la obra es un varieté que me gustaría llevarlo por el cono urbano, como en el caso de Lomas de Zamora; en que la Municipalidad nos pagó un cachet, gastos para la vestidora, y el teatro municipal se llenó con cuatrocientas cincuenta personas. Un público hermoso que nos besaba, nos abrazaba y se rieron mucho. Este varieté es muy transportable para countrys porque tiene poca escenografía.

El vestuario es bellísimo tanto el tuyo como el de los bailarines.
Me caracterizo por eso, mis personajes se arman a través de la ropa y la gestualidad, y este caso, eso le da un toque internacional. Por eso, los personajes cantan en idioma extranjero, en inglés, francés, italiano e idisch. Es muy cansador porque tengo cinco cambios de vestuarios y los bailarines también, ellos están hace cinco años conmigo y me siguen en todos mis espectáculos.

¿Bailaron en  “Yendo del diván a la milonga”?
Si, y en “Loca por el tango”, “Gracias al tango” y ahora “Reloca por el tango”. Ellos hacen maravillas y tienen algo muy actoral. Por eso me siguen, tienen muchos shows y sus clases de tango, pero conmigo tienen lo actoral. Me encanta hacer esto, la transformación en la voz, en lo corporal, el vestuario. No pude poner todos mis personajes, tengo un dúo de compadritos que hago de varón. En mi formación actoral en comedia musical, encontré el espacio para lograr este tipo de transformaciones. Desarrollar mi propia creatividad para después darles un texto a mis personajes y una carnadura. El teatro más convencional, como la comedia o la tragedia, no tiene esa posibilidad, en cambio, en el varieté que proviene de la revista argentina, son números, variedades, puedo hacer varios personajes.

¿El psicoanálisis te aporta algo para esto?
Desde la vivencia de vida, ostensiblemente, en mis otras obras aparece el actor como psicoanalista. Esto aparece en forma espontánea, me da una riqueza mi trabajo de psicoanalista, y el estar analizada, me permite abordar de manera más compleja mis personajes. Pero como psicoanalista mantengo separado el mundo del psicoanálisis y el del teatro. El humor ya lo decía Freud es una alta función del aparato mental y agradezco mucho al mundo del tango. Empezar a bailar tango, ir a las milongas, y conocer la diversidad de personas del mundo de la milonga, y salir de la estrechez del mundo psi para acceder a la calle, y a mis compañeros de milonga, me divierte y aprendo mucho. Siempre el eje es el amor, para mi una comedia que no tenga algo de romántico, me parece que no es atractivo, ni para mí, ni para el espectador.

 

Guión y actuación: Mirta Katz
Bailarines: Daniel Cruz y Eliana Mola
Dirección: Leandro Rossati