Entrevista a Mireya Baglietto, artista plástica que ha sido capaz de invertir el concepto que tradicionalmente ha tenido el arte, y afirma vislumbrar cuál será el arte del futuro.
Por Cristina Montalbano
Para aquellos que aún no la conocen, Mireya Baglietto comenzó desde muy joven su carrera con el arte. El primer contacto fue con la cerámica. Realizó obras que fueron en franca evolución, pasando de la bidimensionalidad y la investigación sobre las distintas respuestas que ofrecían los materiales, hasta llegar a esculturas de bulto, donde los elementos esenciales, como la tierra y el fuego, cobraban dimensión de objeto de arte en las manos de Mireya.
Pero, mientras el tiempo pasaba, y ella crecía como artista en ese universo basado en la materia, de pronto se encontró inmersa en una búsqueda que la llevaría a una nueva concepción de su arte. Sentía la necesidad interior del cambio. Pasar de la materia, densa y grave, a lo leve, inmaterial, ingrávido. Mireya se repetía a sí misma: «Sí, tengo que sacar la gravedad…».
Parece algo imposible, ¿no?, pero les confieso que virtualmente lo pudo lograr.
En ese proceso intenso, surgió esta idea, que a principios de los años 80 iba tomando forma; a medida que la materia (el objeto de arte) perdía terreno, lo iba ganando así el espacio. Como en un juego de fondo y figura, el espacio cobraba el valor de la figura. Asínace el «Arte Núbico». Es el arte que invita a dejarse llevar por la percepción y la sensorialidad, desactivando todas las estructuras y las tradiciones pasadas.
Mireya nos cuenta que los Espacios Núbicos, al principio, se conformaron en los salones de la galería Jacques Martínez, donde podía disponer de telas y de otros materiales etéreos, como el celofán, colgando del techo, y como corolario, el acompañamiento de la música. El conjunto de elementos, que apelaba a la ausencia de símbolos y figuraciones, se completaba con un espejo colocado en el piso, el cual proyectaba la imagen de un universo ingrávido, atemporal, sustrayendo al participante a otra realidad, como a otra dimensión.
Luego esos espacios fueron creciendo y ganando complejidad; no solamente pudieron sumarse más metros cuadrados de exposición, sino que se agregaron otros elementos, como las luces, y el movimiento, en tanto que las tramas de las telas cambiaron, como así también cambió la modalidad del recorrido dela obra. Ahorase disponía de un espejo tal, que se pudiera llevar entre las manos, colocado debajo de los ojos, de modo que reflejara un espacio desmaterializado y sin límites claros, con el fin de sumergir y llevar a otro estado de sensibilidad, y poder así intervenir con mayor plenitud en el interior del propio ser.
¿Cuándo nace Mireya Baglietto, la artista?
Yo nací en el año 1936, y en el 54 comencé a hacer cerámica. Pero tardé 15 años en aceptar que era una artista. Fue el arte quien me dio el sentido del ser humano. Muchos años después, recién en el año 80, con el comienzo del Arte Núbico, fue el arte quien me permitió hacerme cargo de algo que tenía instalado en mi interior y que no podía expresar con las palabras.
Veo ese cambio de expresión como un proceso que va desde rodear a la obra de arte protagonista a ser rodeado por ella misma, donde la persona adquiere el rol protagónico. ¿Cómo pasó de realizar la obra-objeto a la obra-espacio?
Tenía la sensación de que el arte debía entrar en otra área del conocimiento. El arte puede tocar estamentos imposibles de imaginar, porque está en un territorio cercano al espíritu. El arte fue demasiado analizado desde el punto de vista formal, eso ya forma parte del pasado.
El espacio fue el hilo conductor en mi obra. Era el espacio el que iba tomando corporeidad. Me di cuenta de que los diferentes puntos de vista me daban como resultado un mundo distinto. El espejo me devolvía otra mirada de la realidad. Una realidad sin gravedad. El Arte Núbico propone un paseo sensorial que estimula la participación creativa, activando nuevos territorios del conocimiento. Hay que permitir la mirada introspectiva para que ese espacio comunicativo se sienta; en definitiva, hay que habilitar el sentido.
¿Qué opina del mercado del arte?
Al mundo del arte se lo valora casi enteramente por su morfología, y todo ese costado del precio de la obra… ¡es un chiste! Por supuesto que el artista tiene que vivir de algo. Puede realizar una obra con una cierta profundidad, y ponerle precio, pero creo que el arte debe llevarnos a un terreno que permita dejarnos impregnar, y ver ese otro campo energético que está en continuo movimiento. Porque, si esto no lo hace el arte, entonces ¿quién lo hará?
¿Cómo debería ser el arte del futuro?
El arte debería llegar a ser anónimo, como lo fue en su origen. El arte del futuro será movilizador. Porque el arte no pasa solo por el mundo de las ideas, sino por el de las sensaciones. Creo que ha comenzado a verse algunos cambios.
Un tema fundamental a tratar es el de la espiritualidad. Esto siempre estuvo ligado a las religiones, al dogma, pero se le ha dado muy poca importancia a aquello más universal que les dio origen a aquellas. Quizá los orientales poseen una matriz de contemplación interna, que es como un ir abriendo y abriendo hacia adentro, hasta llegar a la unidad.
Pero para que todo esto suceda necesitamos un cambio de tendencia, una fuerte vuelta de timón.
Todavía no existen géneros o tendencias desde donde los artistas puedan proponer cambios que incidan profundamente enla sociedad. Lagente tiene que prepararse para otra cosa.
¿Y cómo debería ser el artista?
El artista tiene que aprender a hacer obras que den lugar a la expansión de la conciencia de la gente.
Si bien en la actualidad hay cada vez más participación e interacción entre los artistas, y también con la tecnología, el artista tendría que ser como lo fue en el Renacimiento, alguien que abarque todas las disciplinas, hecho que hoy queda reducido en virtud de la profunda especialización. De esta manera, tendría una gran capacidad para llegar a captar y movilizar todos los sentidos.
Mireya, ¿qué conceptos habría que tener en cuenta para entrar en sintonía con esta nueva era del arte?
Habría que tomar lo que uno trae interiormente, esos pequeños trozos de sabiduría, juntarlos, y así poder realizar un nuevo aprendizaje. Valorar más el conocimiento pleno de sentido que el individuo trae ancestralmente, que aquel, muchas veces vacuo, que se adquiere en algunas universidades.
«Para habilitar una nueva humanidad, es necesario rescatar y revalorizar los sentimientos poniendo más corazón a la razón y más razón al corazón».
Mireya Baglietto invita:
«Por favor… busque un espejo que pueda sostener entre sus manos, colóquelo debajo de sus ojos enfocando al techo… y luego recorra libremente su casa. Allí brotará lo desconocido dentro de lo conocido, el universo simultáneo, ambivalente y fértil de su propia percepción. ¿Será esta una antesala para replantearnos la convención reductiva heredada del espacio-tiempo?»
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Sitio web: www.artenubico.com
Fotos: gentileza de Mireya Baglietto; fotos de la autor