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22 octubre, 2012

ENTREVISTA

Ante el inminente estreno de su primera película de ficción, el director de “Cornelia frente al espejo” revela cómo trabajó en la adaptación del cuento homónimo de Silvina Ocampo, respetando escrupulosamente cada línea de diálogo del texto original, sin dejar de otorgarle profundidad cinematográfica a su obra.

Por: Carlos Algeri

Daniel Rosenfeld exhibe un respeto reverencial por la palabra. Piensa el tiempo que juzga necesario antes de responder cada pregunta. No debe extrañar, entonces, que  su nueva película, “Cornelia frente al espejo” (basada en el cuento homónimo de Silvina Ocampo), tenga como premisa fundamental reproducir textualmente cada uno de los diálogos escritos por la gran autora argentina. “Cada punto, cada coma, está rigurosamente respetado en la película”, asegura a El Gran Otro el director, quien asumió junto a Eugenia Capizzano la escritura del guión cinematográfico. En lo que el cineasta denomina “una aventura, una exploración” lo acompañó un elenco integrado porla propia Capizzano, Rafael Spregelburd,  Eugenia Alonso y Leonardo Sbaraglia.  Con antecedentes  como realizador en el documental (“Saluzi, ensayo para bandoneón y tres hermanos”, 2000; “La quimera de los héroes”, 2003), por diversos motivos, su flamante film es mucho más que un cambio de registro.

¿Por qué decidió debutar en el cine de ficción adaptando el cuento de Silvina Ocampo “Cornelia frente al espejo”?

Mi película anterior, “La quimera de los héroes”, desde el punto de vista de la narrativa tenía cierto parentesco con un film argumental. “Cornelia frente al espejo” nació del deseo  de trabajar con los diálogos literales de Silvina Ocampo. La película tiene la singularidad de respetar con exactitud extrema, con puntos y comas, los diálogos escritos por Silvina Ocampo. Fue un trabajo arduo el que emprendimosla coguionista Eugenia Capizzano, pero nunca nos apartamos de esa premisa.

¿Qué espíritu le adjudica a su nueva película?

Tiene algo del espíritu de “Las mil y una noches”, y  también puede verse como  una versión oscura de “Alicia en el país de las maravillas”, de Lewis Carroll, novela que aSilvina Ocampole gustaba mucho. Lo importante es que en la película siempre está la figura deSilvina Ocampo: a veces intangible, otras veces con digresiones, lo cual determina que no siempre aparezca lo que uno espera. Era la aventura de meternos en el universo literario de Silvina (Ocampo) con una estructura cinematográfica.

¿Cuál fue el resultado estético de una obra  en la que se respetan a rajatabla los diálogos, pero en la que también, por la naturaleza propia del cine, se exige generar acción visual?

El propio lenguaje elegido por la autora genera una belleza que,  si uno intentara adaptarla al cine, podría caer en la tentación de generar acción visual y deshacer eso tan rico que tiene que ver conla palabras. Lapelícula está vinculada con la belleza propia de las palabras y no con generar solamente  acción visual.

¿Cómo interpreta que Cornelia, la protagonista del cuento y del film, no pueda cumplir con su deseo de suicidarse con facilidad? ¿Colocarla  –metafóricamente- frente al espejo de otras personas, la empuja a quedar más ligada con la vida que con la muerte?

Sí, hay algo de eso. Por eso dije que me recuerda a “Las mil y una noches”, pues hay un personaje deseando la muerte pero no de una forma totalmente coloquial.  Siempre, al encontrarse con otros personajes a los que ella ruega que la maten, algún elemento hace que eso se disperse, como ocurría con Sherezade.  Además,  hay algo de la pulsión por la muerte que está ligada especularmente con la pulsión de estar vivo. Esto queda en evidencia en los  diálogos geniales de Silvina Ocampo. Uno de ellos dice: “Los seres humanos somos irreales como las imágenes”.  Los temas que toca el cuento son universales: la frustración, la tentación del suicidio, presentados con el surrealismo de Silvina.

 El trabajar sólo con cuatro personajes, ¿ayuda a lograr una puesta más intimista y –a la vez- más alucinante o alucinatoria? 

En el original, son sólo diálogos. El desafío fue leer entrelíneas lo que enunciaban secretamente esos diálogos. Esos cuatro personajes están y de alguna manera es Cornelia quien nos permite conocerlos. Hay algo surrealista en varios de ellos. La muestra más impactante es el ladrón con antifaz tipo Fantomas, que compone Rafael Spregelburd.  Los diálogos son siempre ingeniosos y perturbadores a la vez, por lo que había que acompañarlos en forma surrealista, no sabiendo de qué lado va a estar uno. Para los actores era una aventura. La película comenzó como una aventura,  como una exploración. Tuvimos suerte que los actores hicieran que esos textos que no son coloquiales estén vivos.

El género fantástico no es habitual en el cine argentino. ¿Es consciente del riesgo que asume?

A mí me gusta bastante Henry James. Pero en James no es tan importante la palabra como en “Cornelia…”, donde hay algo fantástico pero muy argentino: ese sentido del humor escondido. La puesta o el riesgo tienen que ver no sólo con lo fantástico, sino con invitar al espectador a hacer un viaje aSilvina Ocampoen estado puro. Con todas las letras, con todas las comas. Pasa de temas surrealistas al melodrama, la intriga o el misterio que podría tener ese mundo de lo fantástico.

En la premiere mundial realizada en Rotterdam, la película fue definida como un  “drama literario elegante, opresivo y misterioso”. ¿Coincide con ese juicio?

Sí, puede ser acertada esa definición.

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