Naturaleza Muerta del colectivo DOMA en MAR Museo
Una crítica a la sociedad contemporánea en clave de parque de diversiones
Por Micaela Flavia Paz
La atractiva muestra que estuvo expuesta en el Centro Cultural Recoleta, se puede ver ahora en Mar del Plata. Arte contemporáneo para reflexionar sobre el uso de las nuevas tecnologías, ideal para visitar en familia durante el verano.
Naturaleza Muerta es una exhibición que interpela la esencia propia de la existencia humana en tiempos de capitalismo avanzado. Está integrada por 16 obras que abordan grandes temas contemporáneos como la adicción a las tecnologías de la información y la comunicación, el hiperconsumo, la exaltación de la belleza como valor y la exposición de la intimidad.
DOMA es un grupo de artistas integrado por Julián Manzelli, Orilo Blandini, Mariano Barbieri y Matías Vigliano, todos formados en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad de Buenos Aires. En 1998 aparecieron en escena con stencils, instalaciones y campañas absurdas que irrumpían en el espacio urbano de la ciudad. En estas dos décadas, su particular estilo -que incluye la creación de personajes, muñecos y objetos de arte contemporáneo- fue tomando relevancia e incluso una de sus obras forma parte de la colección del MoMA en Nueva York.
En Naturaleza Muerta, el espacio está planteado como una suerte de parque de atracciones siniestro que propone un recorrido con un inicio y un fin determinados por los artistas: el espectador deberá ingresar por un túnel de ataúdes que da la bienvenida -acompañado por una reflexión sobre la abulia y la autodestrictuctividad características de la sociedad actual-, para luego continuar con un itinerario de variadas propuestas en tono lúdico y crítico.
En el recorrido se destacan obras como Matafama, una instalación participativa que consiste en una alfombra roja rodeada de múltiples flashes, que se disparan al paso del espectador. El texto que completa la propuesta pone en relación la exposición de la vida privada con las AK-47 y las reflexiones del pensador alemán Boris Groys. También llama la atención Scroll, una escultura cinética que hace un guiño al código museístico tradicional exhibiendo el esqueleto de una mano humana en una vitrina; en los restos antropológicos del futuro el típico gesto que hacemos al mirar nuestro celular se repite ad-eternum. Las obras que integran la muestra tienen formatos y dimensiones variadas, que van desde la pequeña escultura en madera Políticos, hasta la imponente torre lumínica y sonora de 5 mts de alto Mantra. El fin del trayecto está indicado con una flecha que invita a atravezar unos rodillos gigantes de peluche -la instalación titulada Redención– que cierra con una cita a Mao Tse-Tung: «El único camino para construir un nuevo mundo es destruyendo el viejo».
Cabe destacar que todas las obras están acompañadas de textos con reflexiones teóricas y datos estadísticos, lo que da cuenta de un importante peso en el plano conceptual. Sin embargo, la fuerte apuesta visual y la resolución técnica de la propuesta hacen que funcione bien en distintas capas de lectura y que sea perfectamente abordable incluso por los niños.
Luego de visitar la muestra, tuvimos la oportunidad de hablar con Julian Manzelli, artista, diseñador y director de animación; integrante del grupo DOMA .
Naturaleza Muerta parte de una crítica teórica en torno a la contemporaneidad. ¿Por qué deciden abordar una propuesta artística desde el pensamiento?
En realidad, desde que comenzamos en el 98, el trabajo de DOMA siempre estuvo inspirado en una mirada crítica a lo absurdo de la sociedad contemporánea. Eso es lo que a nosotros nos moviliza para crear y proponer obra. Y lo que queremos con nuestro trabajo es también hacer tomar conciencia, generar otros puntos de vista y romper un poco con esa programación que plantea el sistema, que cada vez es más fuerte para con los individuos. Siguiendo la línea de trabajo que tenemos desde hace años, lo que nos llevó puntualmente a plantear esta propuesta de muestra fue, sin dudas, ver como estas nuevas mecánicas sociales de las redes y demás empezaron a transformar nuestro entorno familiar y nuestros grupos de amigos. Eso fue lo que de alguna forma hizo sonar una alarma en nuestras cabezas y una preocupación que desencadenó en esta exposición.
¿Cómo fue el proceso por el cuál una reflexión conceptual se convirtió en una muestra de arte?
El proceso de llevar un concepto a varias obras que construyan una muestra es algo a lo que estamos acostumbrados porque, como comentaba antes, todos los trabajos de DOMA siempre tienen por detrás un concepto, que es lo que primero aparece. Siempre partimos de una idea y después encontramos cómo materializarla. Entonces estamos acostumbrados a ese proceso que, al ser un colectivo, lleva muchas charlas y debates para ponernos de acuerdo y encontrar la fórmula perfecta. Así fue para esta exposición; estuvimos aproximadamente dos meses conceptualizando y después bajando a obras todas estas ideas. Inicialmente teníamos un listado de unas 30 obras, que después fuimos puliendo y seleccionando, y quedaron las 16 que forman parte de la exposición.
En relación a esta producción de obra ad-hoc, ¿de qué modo se vinculan con la tarea curatorial?
Cuando nos convocó en Centro Cultural Recoleta, ellos mismos nos dijeron que éramos artistas que podíamos armar una muestra sin curador. De hecho, creo que así es, porque la mayor parte de la carrera la hemos hecho sin trabajar con curadores. Cuando comenzamos a producir obra, la figura del curador no era lo que es ahora; una figura tan importante, casi al nivel del artista. Nosotros al ser un colectivo, trabajar en grupo y venir de una formación en la FADU -con una cabeza más proyectual-, la tarea curatorial siempre la asumimos con total naturalidad. Venimos también de esta cultura del hazlo tú mismo, del arte urbano, donde lo colaborativo se vuelve una filosofía de vida. En esa línea todo esto surgió de una forma muy natural; del mismo modo en que fuimos definiendo las obras, fuimos también determinando de qué manera se mostraban, cómo se iba generando un relato y qué textos acompañaban cada una de las obras. Fue un trabajo que hicimos dentro del grupo, junto con la colaboración de varias personas que nos ayudaron; como Gala Lucía, que colaboró con nosotros para englobar los textos que teníamos de distintos integrantes del grupo, y aportó también un poco de su mirada.
La obra de DOMA es a la vez crítica y lúdica. ¿Cómo piensan la acción política desde este contrapunto?
La obra de DOMA siempre tuvo este toque lúdico, y también diría de humor; que es algo que no es tan común en el arte contemporáneo y que a nosotros nos parece una herramienta muy potente, principalmente porque creemos que, a través del humor, una idea o un mensaje puede calar mucho más profundo. De repente si se trata un tema bastante denso y delicado, al tratarlo de forma muy explícita o «como una trompada en la cara», uno enseguida pone un muro. Nosotros entendemos que el humor, la caricatura, la parodia, la ironía; son herramientas de las que nos valemos para tratar temas delicados y profundos de la sociedad y hacer que tengan un efecto más fuerte en el espectador. Es algo muy característico de nuestra obra, que estuvo siempre presente y que es un poco nuestra seña particular en torno a cómo vivimos el arte y el tono en el que nos manejamos. Esto se puede ver en nuestros primeros trabajos, inclusive en los muñecos de diseño que hacíamos en un comienzo, que eran con un espíritu medio cute, lindos e infantiles; pero por detrás lo que representaban eran temas adultos. Es la forma que tenemos de entrarle a esos temas profundos y calar en el inconsciente del público.
Naturaleza Muerta se puede visitar en MAR Museo, Mar del Plata hasta el 31 de enero de 2019. Días de semana de 9 a 17h I Sábados, domingos y feriados de 12 a 20h I Miércoles cerrado. Entrada libre y gratuita.
Fotos: Gentileza MAR Museo