La temperatura media mundial llegó a su récord en 2018
Por Anabella Almonacid Fernández
El calentamiento global repite tendencia desde 2015.
Las consecuencias más directas son el aumento del nivel del mar, el calor oceánico, la acidificación de las aguas y el derretimiento de los glaciares. Además, aumentaron las condiciones meteorológicas extremas en todos los continentes.
«Los 20 años más cálidos de los que se tienen datos se han registrado en los últimos 22 años, siendo los últimos cuatro los más cálido», según reveló la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en un informe sobre el estado del clima en 2018. El documento registra que el promedio de la temperatura global para los primeros 10 meses de 2018 estuvo cerca de 1°C por encima de los valores preindustriales (1850 – 1900). De seguir este camino, el mundo no podrá alcanzar las metas fijadas para mitigar el cambio climático.
Los primeros meses de 2018 estuvieron marcados por el fenómeno conocido como «La Niña», que continuó hasta marzo. Para octubre, las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico tropical oriental mostraban signos de un retorno a las condiciones de su opuesto, «El Niño». Si este último se desarrolla, es probable que 2019 sea más cálido aún que 2018.
Gases de efecto invernadero
Las concentraciones de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso alcanzaron nuevos valores máximos en 2017. Los datos de diversos lugares, en particular Mauna Loa (Hawái) y el cabo Grim (Tasmania), indican que estas concentraciones siguieron aumentando en 2018. Los niveles crecientes de los gases de efecto invernadero en la atmósfera son factores clave del cambio climático y las concentraciones atmosféricas reflejan un equilibrio entre las emisiones debidas a las actividades humanas y la absorción neta por parte de la biosfera y los océanos.
A lo largo de la historia por mitigar los efectos del cambio climático en el mundo, muchos países se comprometieron a cumplir objetivos estratégicos, pero son un verdadero reto medioambiental, económico y social. Según la prospectiva realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), si los gobiernos no aplican políticas concretas en esta área, se prevé que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero aumenten un 37 por ciento más, y un 52 por ciento en 2050. Esto podría ocasionar un aumento de la temperatura mundial, lo que conllevaría un incremento de las olas de calor, las sequías, las tormentas e inundaciones.
Océanos
Los océanos absorben más del 90 por ciento del exceso de energía atrapado por los gases de efecto invernadero y el 25 por ciento de las emisiones antropógenas de CO2, lo que hace que se calienten y acidifiquen. Para cada período de 3 meses hasta septiembre de 2018, el contenido calorífico de los océanos fue el más elevado o el segundo más elevado desde que inició el registro. De enero a julio de 2018, el nivel medio global del mar fue alrededor de 2 a 3 milímetros más elevado que en el mismo período de 2017.
Hielo marino
La extensión del hielo marino en el Ártico se situó muy por debajo de la media durante 2018 y se mantuvo en niveles bajos sin precedentes durante los dos primeros meses del año. Los máximos anuales se produjeron a mediados de marzo y representaron los terceros más bajos de los que se tienen datos. La extensión mínima en septiembre fue la sexta más baja jamás registrada, lo que significa que los 12 años con la menor extensión de hielo de los que se tienen datos durante un mes de septiembre corresponden a los últimos 12 años.
Aumento de las condiciones meteorológicas extremas
El registro de fenómenos por tormentas tropicales superó la media de ciclones en las cuatro cuencas del hemisferio norte, con 70 ciclones que provocaron numerosas víctimas registrados al 20 de noviembre, en comparación con la media de largo plazo de 53. La cuenca del Pacífico nororiental, cuya energía ciclónica acumulada fue la más alta desde que comenzaron las mediciones fiables tomadas por satélites, estuvo particularmente activa en 2018.
Dos de los ciclones tropicales más fuertes fueron Mangkhut, que afectó a Filipinas, la Región Administrativa Especial de Hong Kong y China, y Yutu, que causó desastres en las Islas Marianas. Jebi fue el tifón más fuerte que ha azotado al Japón desde 1993, Son-Tinh provocó inundaciones en Viet Nam y Laos, mientras que Soulik provocó inundaciones en la península de Corea.
Los huracanes Florence y Michael estuvieron asociados a enormes daños económicos y se cobraron un gran número de víctimas en los Estados Unidos. Gita, en el Pacífico Sur, fue el ciclón más intenso y costoso que ha azotado a Tonga.
Las inundaciones y lluvias también marcaron un índice elevado. En agosto, el estado de Kerala, en el suroeste de la India, sufrió las peores inundaciones desde el decenio de 1920, que provocaron el desplazamiento de 1,4 millones de personas de sus hogares y afectaron a más de 5,4 millones. Gran parte del oeste de Japón sufrió inundaciones destructivas a finales de junio y principios de julio que causaron la muerte de, al menos, 230 personas y destruyeron miles de casas. En marzo y abril hubo inundaciones en diferentes partes de África oriental.
Entre otros países afectados, están Kenya y Somalia, que anteriormente habían sufrido una grave sequía, Etiopía y el norte y el centro de Tanzanía. Un intenso sistema de baja presión en el mar Mediterráneo a finales de octubre provocó inundaciones, fuertes vientos y víctimas mortales.
Además, olas de calor y sequías se instalaron en grandes partes de Europa, donde experimentaron condiciones excepcionales a finales de la primavera y en el verano de 2018, que provocaron numerosos incendios forestales en Escandinavia. En julio y agosto se registraron temperaturas máximas sin precedentes al norte del círculo polar ártico y largas series de temperaturas cálidas, incluidos 25 días consecutivos con temperaturas superiores a 25 °C en Helsinki (Finlandia).
En busca de una alternativa ambiental global
Estos datos son materia de análisis y se suman a la evidencia científica que se utiliza en las negociaciones de la 24ª Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Cambio Climático, también conocida por sus siglas como COP24, que se realiza del 4 al 14 de diciembre en Katowice, Polonia, con el objetivo de adoptar una guía para la implementación del Acuerdo de París, que busca limitar el aumento de la temperatura global a 1,5º C para fin de siglo.
Argentina no está exenta a los señalamientos internacionales en este campo. El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas manifestó públicamente su preocupación por la situación del país respecto al cambio climático y las obligaciones extraterritoriales. Puntualmente, el Consejo observa cómo avanzan los planes de explotación a gran escala de combustibles fósiles no convencionales (gas de esquisto y petróleo de esquisto) mediante fracturación hidráulica en la región de Vaca Muerta en la provincia de Neuquén, considerando que la explotación total con fracturación hidráulica de todas las reservas de gas de esquisto consumiría un porcentaje significativo del presupuesto mundial de carbono para alcanzar el objetivo de un calentamiento de 1,5º C, estipulado en el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.