En octubre, se celebró Halloween, que es la deformación de la frase en inglés All Hallow’s eve (la víspera de todos los Santos), es decir la víspera del día de los Santos Difuntos según el Cristianismo que es el 2° de noviembre.

 

A partir de fin de mes se dio comienzo a tres días de observancia en el que se reflexiona sobre los mártires y los seres que han partido de este plano.

Es una celebración que se hace en varios países del mundo y que es la festividad cristiana que se inspiró en la celta llamada Samhain un festival para despedir a la temporada de cosecha y darle la bienvenida al invierno. En el hemisferio sur se celebra Beltane, festividad que corresponde al comienzo de la primavera y al renacer de la naturaleza.

De estas fiestas viene la noción de ‘noche de brujas’, en el que el mundo de los vivos y los muertos se conecta.

La creencia en la existencia de las ‘brujas’ es de antigua data y es difícil precisar un origen.

Ya en Babilonia y Egipto había documentos que hablaban de magia y en el Antiguo Testamento se prohíbe su uso.

 

 

Dentro de los textos El Talmud, La Biblia y el poema épico de Gilgamesh se hace mención a Lilith, la primera esposa de Adán, un espíritu libre e independiente que por querer yacer encima de su marido fue tildada como prostituta y demoníaca. Lo que sí sucedió es que ante la negativa de su esposo, su naturaleza cambió y empezó a yacer efectivamente con demonios.

En la literatura griega, más precisamente en el texto de Homero La Odisea apareció la maga Circe que se enamoró de Ulises quien pasó por su isla y hechizó a sus navegantes convirtiéndolos en cerdos para que no pudieran abandonarla.

Eurípides en Medea, relata la historia de una sacerdotisa de la diosa lunar Hécate por su personalidad adelantada a su época.

En la saga artúrica hizo su aparición Morgan Le Fay, una hechicera de Avalon que tuvo mucha inferencia en los asuntos del Rey Arturo y la mesa redonda al igual que el Mago Merlín, maestro de las artes naturales y ayudante de la corte.

En la literatura española, hizo su aparición Claudina, la madre de Pármeno uno de los criados de Calisto en la obra La Celestina, cuya protagonista también tendría poderes mágicos.

 

 

Por otro lado, en los cuentos folclóricos recopilados por los Hermanos Grimm las brujas, magas o hechiceras: el arquetipo malvado por excelencia, que Walt Disney trajo a la vida en el celuloide.

Son por demás conocidas las historias de Blancanieves, con la bella bruja que le dio una manzana mortal a la inocente protagonista, Úrsula, una bruja tentacular en La Sirenita que quiso robarle la voz y el pretendiente a la joven sirena Ariel y también está la muy famosa bruja del cuento Hansel y Gretel que quería comerse a los dulces hermanitos.

Y como olvidar a Maléfica, la bruja de la Bella Durmiente que tuvo un revival en los tiempos modernos y cuya personificación la hace la muy talentosa actriz estadounidense Angelina Jolie.

De tradición sajona también está El maravilloso Mago de Oz de Lyman Frank Baum donde aparece la malvada Bruja del Oeste, que quiso interceptar los planes de Dorothy y sus amigos.

Cabe también mencionar a las tres brujas de la obra hegemónica de William Shakespeare, Macbeth, que recuerdan a las moiras griegas que manejaban los hilos de las vidas de los humanos.

Otro texto donde aparecen brujos y hechiceras es el Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien, con la figura del rey mago de Angmar, Saruman que quería con su legión vencer a Sauron, Gandalf El Gris que ayudó a Frodo a conseguir el anillo y otra maga que lo ayudó fue la elfa Galandriel.

El escritor galés Roald Dahl también ha escrito sobre el tema en su novela infantil Las brujas, que en la versión cinematográfica la Gran Bruja fue estelarizada por Anjelica Houston que antes había interpretado a Morticia Adams que también realizaba sus buenos hechizos.

En 1933 H.P. el escritor norteamericano Lovecraft publicó un cuento llamado ‘Los sueños en la casa de la bruja’, donde el protagonista, un estudiante de matemáticas llamado Walter Gilman, aficionado a mitos urbanos, alquila la habitación de la casa donde solía vivir Keziah Mason una vieja hechicera que había escapado de los tribunales de Salem.

Veinte años después, su compatriota el escritor Arthur Miller relata sobre la situación en Salem en la obra de teatro Las brujas de Salem donde hizo un relato bastante cruel y ficcional acerca de la cacería de brujas en Estados Unidos, que hacía eco de la sucedida durante la Edad Media en Europa.

Más recientemente aparecen magos en la saga de Harry Potter de J. K. Rowlings con su escuela de niños mágicos.

 

 

También en el texto de C.S. Lewis Las Crónicas de Narnia volumen dos, El león, la bruja y el ropero hace su aparición la Bruja Blanca, que come del Fruto de la Vida Eterna para obtener la vida eterna y remite a la Eva bíblica.

En el plano de la literatura nacional tenemos el inolvidable texto de Julio Cortázar, Rayuela, donde hace su aparición el misterioso personaje de La Maga cuya personalidad deslumbra al protagonista, Oliveira.

Ha salido el año pasado un libro llamado Brujas Literarias de la escritora Taisia Kitaiskaia y la ilustradora Katy Horan quienes hacen un racconto de escritoras que fueron ignoradas y maltratadas como los fueron las supuestas brujas y resemantizan el término para dotarlas de sabiduría y poder y nos muestran que la magia literaria está de moda y vigente en el imaginario colectivo.

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