MUSGO en la Gran Paternal
Por Pablo Paniagua
Durante el mes de septiembre se realizó la quinta edición de La Gran Paternal. Como artista integrante del Taller Musgo, les compartimos, puertas adentro, como fueron los preparativos y la jornada de talleres abiertos.
La Gran Paternal es un evento que surge como iniciativa de artistas que tienen sus talleres y trabajan en el barrio porteño de Paternal. Esta edición fue la quinta, anteriormente los talleres abrieron de manera simultánea en mayo de este año, mayo y septiembre de 2018 y la primera edición, que fue en Septiembre de 2017.
Dos veces al año, se realiza este evento que cuenta con más de treinta espacios abiertos al público, artistas de diversas prácticas dentro de los distintos talleres e invitados exponen sus obras y producciones en proceso.
Mudados al barrio de Paternal, hace poco más de un año, el Taller Musgo es la segunda vez que participa de este evento. Este taller está integrado por diez artistas con diversas formaciones y especialidades. Este eclecticismo pivota entre las artes visuales, el diseño, la música, la joyería y la arquitectura. Los integrantes del grupo son: Diego Cusani, Marcelo Hsu, Cristian Battista, Marina Aleman, Soledad Belcuore, Veronica Acevedo, Matias Feruglio, Paulo Meconi, Paris Barrera y Pablo Paniagua.
Este espacio surgió desde la necesidad de tener un lugar apto para producir. Hoy es un lugar compartido desde la afinidad, que funciona bajo lógicas muy cercanas a las de una cooperativa.
Apuntando a un trabajo cada vez más profesional y dinámico, para esta edición de la gran paternal el equipo se organizó en grupos más pequeños: Redes y difusión, Tesorería, Producción general y Lenguajes. Dentro de este último grupo, se abrió la invitación a artistas amigos a participar; se seleccionaron las obras, se realizó la curaduría y el montaje de lo que pudo verse en esta quinta edición de la Gran Paternal.
Pensada de manera orgánica con el inmueble (el taller era antiguamente una fábrica pequeña) se realizó la muestra en dos espacios simultáneos: en el taller (que al mismo tiempo es nuestro espacio de producción y reuniones) y dentro de una de las dos oficinas, donde se montaron dos instalaciones. Todo el proceso de acondicionamiento del lugar, los modos y medios de exposición y la organización del montaje llevó casi tres semanas.
Para esta muestra invitamos a: Julián Gutierrez, Fernanda Laspiur, Jeremias Presutti, Marcia Ruiz Bochides, Geraldine Schroeder y Andrés Zerneri.
El sábado 28, cerramos con la música de Charles and the marimbas y el domingo nos acompañó Oscar «El Inca» Miranda con sus charangos.
Esta muestra, se presentó como un desafío, dado que habitan obras en una «situación expositiva», con algunas obras en proceso y otras en depósito. Para Musgo, La Gran Paternal es uno de los pocos eventos en los cuales se abre al público. La interacción con otros espacios de producción, colegas y vecinos nos permite conocer aún más nuestro entorno y enriquecernos de los intercambios que eso genera.
En este evento, las zonas del barrio donde están los talleres (puede verse el mapa y un detalle de los talleres y artistas en la página del evento: http://www.lagranpaternal.com.ar/) tienen una circulación de gente más fluida que lo habitual, algunas obras incluso, se instalan dentro del espacio público. Hay talleres que también hacen uso de este espacio, invitando a las personas a participar de las distintas propuestas.
Cada taller que participa de La Gran Paternal genera un espacio de relación directa entre el público y artistas (con sus espacios de trabajo y sus producciones) sin la necesidad de entes mediadores.
Los talleres, además de ser espacios de producción, son lugares de encuentro. Musgo es consecuencia de una sumatoria de individualidades que se potencian en lo colectivo, en el intercambio y en los aprendizajes que derivan de este.
Como una suerte de manifiesto o leitmotiv, existe un texto que da nombre a este espacio y está en la puerta del taller, dando la bienvenida:
Cuando estamos en un bosque con frecuencia nos perdemos en su densidad, en su sonido, en lo macro y su belleza. Pero más al detalle, hay muchas entidades a las que quizás no le prestamos la atención que se merecen: inmersos en tanta inmensidad están los musgos.
El musgo es una de las plantas más antiguas, frágiles en apariencia, pero con una inmensa fuerza interior. Resisten sequías, diluvios, se adaptan a los ambientes más hostiles. No ostentan follaje cargados, no imponen grandes alturas en una verticalidad aparentemente necesaria. Toman del medio sólo lo que necesitan, obstinados en continuar existiendo de la manera más elemental y efectiva posible: en grupo.
El musgo es fractal, es el bosque dentro del bosque.
Nosotros somos la consecuencia de algo más grande que se disgregó. Una especie de oasis pequeño en este archipiélago de solos, flotando entre tanto cemento. Una fracción de lo que fuimos, que decidió, entre la casualidad y la causalidad, volver a encontrarse en este camino. Continuar respirando, continuar produciendo, expandirse, evolucionar, continuar diciendo cosas, apostar a lo plural, a la autogestión. Más allá de ser visible o admirado en el corazón de los bosques, el musgo crece y se expande desde sus propios fragmentos generando comunidades, esa es su pulsión vital.
Fotografías: Soledad Belcuore.