«Es mi deber cuidar y sostener la continuidad de la vida»
Por Mariana Gioiosa
Entrevista Daehyung Lee, curador de BTS Connect,
Lee actuó de fuerza impulsora detrás de algunos de los espectáculos y de los artistas más innovadores de Corea del Sur. Fue encargado de curar el pabellón coreano en La Bienal de Venecia 2017 y el programa internacional para jóvenes curadores tanto en Seúl como en Beijing. Además, implementó el exitoso programa de arte en la compañía de autos Hyundai. Se distingue por su compromiso con la sociedad y el cuidado del planeta, siempre a través de una aguda mirada filosófica.
Él y los miembros de BTS tuvieron una conversación durante el verano pasado en la que reflexionaron sobre las grietas profundas que se generaron entre las personas y países. En esa ocasión, debatieron sobre como tender puentes con el fin de achicarla. Consideraron que el arte es una de las maneras más eficientes de lograr esas uniones. Así fue cómo surgió Connect BTS, una iniciativa de «arte global» que busca establecer nuevas relaciones entre el arte y la música, lo material y lo inmaterial, los artistas y sus audiencias.
Este proyecto se desarrolla en 5 ciudades: Londres, Berlín, Buenos Aires, Seúl y New York; participan 22 artistas que se valen de audio, video, música, luces, pintura y objetos para proponer estos enlaces.
¿Cómo se conecta el producto artístico del grupo BTS con el de los artistas seleccionados?
No hay gran diferencia entre la originalidad del arte de BTS y los otros artistas. La filosofía del grupo musical se basa en estar atentos a su comunidad y la unificación de las diferencias sociales, romper fronteras y representar a las minorías, similar a la de los artistas visuales elegidos que revolucionan el arte actualmente. Ellos hablan en un mismo idioma que se expresa de manera distinta.
¿Qué tiene el grupo BTS de singular?
«Si no puedes volar, entonces corre.
Hoy vamos a sobrevivir
Si no puedes correr, entonces camina.
Hoy vamos a sobrevivir
Si no puedes caminar, entonces gatea».
Cuando escuchamos la letra de BTS encontramos en ella historia, psicología y espiritualidad. Ellos ponen en las letras sus experiencias de vida y sus aprendizajes de una forma sincera. Esto tiene una fuerza sanadora, que inspira y ayuda a muchas personas.
¿En qué consiste el trabajo de los artistas elegidos?
Estamos creando experiencias para el futuro. Hasta ahora podemos decir que el intercambio sucedía entre el artista y una persona adinerada que puede pagar el valor de la obra. Nosotros vemos este proyecto como una democratización del arte, cualquiera que quiera ser parte de estas experiencias puede participar.
Lo que buscamos es que trascienda el mensaje y la espiritualidad que está contenida en las experiencias de aquellos artistas que trabajaron durante décadas para lograr su arte.
Un ejemplo es el artista Bill Fotana que participa en la ciudad de Berlín logrando grabar el sonido de un árbol de 3000 años de antigüedad. Para esta instancia, lo hará escuchar en vivo en la capital alemana y otras ciudades. Esta instalación sonora da cuenta que la experiencia de vida no es solo de nuestra edad humana. Esta planta sigue viviendo y también interactuando con la comunidad.
Otro ejemplo es la exposición de Ann Verónica Jansssens que se presentará en Seúl. Ella atraviesa las barreras entre lo físico y lo no físico. Sucede en un cuarto lleno de neblina. Estamos acostumbrados a que toda nuestra realidad ingresa a través de nuestros ojos, pero en ese lugar desaparece esa capacidad cognitiva y se despiertan los sentidos del oído y del tacto. Como no nos podemos ver a nosotros ni a otros, desaparece la autopercepción y esa puja entre lo que la sociedad espera de mí y lo que soy. Para completar la experiencia hay un baile liberador.
Una de las experiencias más esperadas es la que sucede en New york: una obra pública que no se veía hace 10 años realizada por el artista Antony Gormley. Consiste en un dibujo realizado en aluminio por el espacio a lo largo de 18 kilómetros. Lo interesante de esta obra es que según la perspectiva desde donde la mires, cambia. Se crean nuevas formas. Le da la oportunidad a cada espectador de erigir su propio paisaje.
En este sentido, se relacionan con el mensaje que aparece en muchas de las canciones de BTS «se tú mismo». Cuando los visitantes caminen dentro de la obra, ellos van a ser los autores de su entorno. Cada uno obtiene su propia imagen de la obra, y la participación de mucha gente dentro de esta crea una capacidad de movimiento que Antony llama «energía artística pura».
¿Cuál es el aprendizaje de trabajar con este grupo de 22 artistas en 5 ciudades distintas?
No he podido dormir en mucho tiempo por las diferencias horarias (risas) pero estoy muy contento por todo lo que está sucediendo en este momento. He descubierto que es importante que yo sea coreano, para los orientales son muy importantes nuestras raíces, pero haber trabajado en conjunto me ha hecho entender que es más trascendente aún que yo sea miembro de la humanidad.
¿Dónde se va a volcar toda esta experiencia?
Cada una de estas acciones se van a trascribir sobre papel. El objetivo es que llegue el material impreso a personas que no pudieron participar de estos eventos y la preservación para las nuevas generaciones. Todas ellas contribuyen a un aprendizaje para el futuro.
En Salinas Grandes, Jujuy «Aerocene Pachá», la escultura voladora de Tomás Saraceno despegó el 28 de enero del 2020 y logró el primer vuelo humano, libre, impulsado solo por el sol y el viento, sin la utilización de combustibles fósiles ni la extracción de minerales. Para el acontecimiento, se acercaron también representantes de comunidades originarias para transmitir sus mensajes, el que resonó más fuerte fue «El Agua y la Vida Valen más que el Litio». ¿Cómo fue trabajar con el artista argentino elegido?
Estoy asombrado que Saraceno siempre muestra proyectos nuevos y los curadores casi no le podemos seguir el paso. Por otro lado, pienso que tiene dos corazones, que son sus instrumentos de visión: uno con mucha ambición, con trabajos de una envergadura inmensa, pero a la vez, el otro corazón es tan amable, tan cálido, que siempre trabaja a su alrededor con grupos comunitarios, compartiendo su vida y dolor.
¿Cómo fue la experiencia en Salinas Grandes?
Hay que subir 4000 metros sobre el nivel del mar para llegar a ese lugar, y te da la impresión de estar muy cerca del cielo. Las nubes estaban arriba y abajo, es una naturaleza de gran belleza, que todavía no fue tocada por la mano del hombre. Cuando estuve allí me desconecté del teléfono y del mundo cultural. Se me abrieron los ojos y ahora veo con mayor valor una gota de agua o un brote verde.
¿Te pudiste comunicar con los representantes de las comunidades originarias?
Me acerqué a los representantes de los pueblos originarios y no necesité traductor para comunicarme con ellos. Nos entendimos con un abrazo y el contacto de las manos. Fue uno de las experiencias más impactantes que tuve como curador y cómo ser humano me llevaron a reafirmar que es mi deber cuidar y sostener la continuidad de la vida en la tierra.