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4 agosto, 2020

Shaman Herrera: «El camino sinuoso es el más bello»

Por Rafael Giménez

Shaman Herrera: «El camino sinuoso es el más bello»

Ícono de la música independiente rioplatense y ahora residente del pueblito de Epuyén, Shaman Herrera es a la vez un referente del indie platense y el máximo exponente de un género esquivo, que probablemente esté constituido por un solo artista: él mismo. En diálogo con El Gran Otro nos cuenta sobre el sur, sobre la música y sobre su nuevo trabajo: ISLA.

 

Es bastante cliché empezar un artículo sobre un músico señalando que resulta difícil encasillarlo, lo admito. Pero lo voy a hacer de todos modos y con total impunidad: no se puede ponerle nombre a la música de Shaman. Todas las palabras suenan demasiado contundentes, determinantes, mientras que sus canciones y discos tienen que ver más con sensaciones.

Si vamos por el lado de las sensaciones, sí podríamos esbozar alguna definición. Hay un hilo conductor a lo largo de su obra, una paleta de colores. Hay algo folclórico, hay algo de rock y hay algo nuevo. Sus primeros discos tenían cierto tinte apocalíptico. Con el tiempo se fue definiendo un matiz más espacial, sintético. En los últimos hay una vuelta ambiental.

 

 

El remate del chiste

A Shaman le gusta que su música resulta difícil de etiquetar:

«Estar encasillado a un estilo o a una moda es estar atado a las reglas que proponen. Mi idea es siempre salirme de mi lugar de confort. Explicar el arte es como explicar el remate del chiste, para mí. Lo que sé es que soy un artista honesto con raíces en la Patagonia y en el follaje por todo el mundo».

Dentro de unos días Shaman lanzará ISLA, su nuevo disco en formato solista que estará disponible en todas las plataformas a partir del 7 de agosto. Confiesa estar ansioso, pero contento. En 2017, después de más de 15 años viviendo en la capital bonaerense, respondió al llamado del sur. Y se fue a la montaña, nomás. Con familia y todo.

Cualquiera que esté un poco por dentro de la movida indie argentina, y/o haya frecuentado los bares, centros culturales y salas de concierto de La Plata durante las primeras décadas del siglo, conoce su nombre.

Shaman Herrera es uno de los mayores referentes de la música independiente argentina. En La Plata es sin duda una figura clave en el desarrollo del indie en los últimos años, tanto en su papel de cantautor, junto a sus bandas, como en su rol de productor.

Entre otros proyectos, Shaman produjo los primeros tres álbumes de El mató a un policía motorizado. Trabajó, además, con bandas emblemáticas de la ciudad, como La Patrulla Espacial y Prietto viaja al cosmos con Mariano (proyecto de Maxi Prietto, de Los Espíritus).

Además, nunca ha dejado de tocar en Sr. Tomate, una banda cuyo estilo ya ha sido definido con gran puntería por otro periodista como “rockfolk-psicótico”. (1)

¿Quién no quisiera laburar con Shaman? Le pregunto porqué cree que los músicos platenses lo estiman tanto. El dice no saber porqué, pero arriesga una respuesta muy acertada:

«Siempre me relaciono a través de la experiencia y la sensibilidad. La música es para mi la manera de llenar el espacio entre nosotros; nos acerca, nos une. En esa relación me comprometo completamente».

 

 

El camino sinuoso

Shaman es dueño de un estilo musical muy propio, alternativo, sin duda. Extraño. Hermoso. Onírico. Shaman despliega, además, una poética intrigante y le gusta trabajar con lo conceptual. Estudió cine, algo sabe.

Además está su voz. Una voz grave, antigua. Y tiene un truquito, a veces lo usa: el canto gutural. Místico. Shaman se llama así: Shaman. No es un apodo. Y es un tipo grandote con cara de bueno. Muy amigo de sus amigos, amante de los bichos. Un gran poeta.

Le pregunto a Shaman por la experimentación y me dice que sí, que pasa por ahí, que procura romper sus propias barreras mentales. Que ese es el mejor incentivo para hacer música.

«Creo que en el constante cambio», me dijo: «el camino sinuoso es el más bello».

Shaman tiene varios discos con distintas formaciones y formatos. Algunos con Shaman y los Hombres en Llamas, otro como Shaman y su Guitarra Embrujada y otros tantos con Shaman y los Pilares de la Creación

Con su nuevo proyecto, Shaman y el Fuego, lanzó el año pasado un simple con tres canciones, En la helada (2019), y como solista acaba de terminar un EP de 6 canciones llamado ISLA (2020). Estará disponible en estos días. Anticipadamente, lanzaron el video del tema Espina, animado por el artista marplatense Javier Almirón, y que forma parte del nuevo trabajo.

Con respecto a ISLA, Shaman promete proveernos de música “electrónica orgánica” con altas dosis de “experimentación sonora digital, lirismo metafísico”. A juzgar por el arte que nos ha regalado en el pasado y al cual nos tiene acostumbrados, no podemos esperar sino un discazo.

El mismísimo Daniel Melero produjo dos de los álbumes de Shaman y sobre ellos dijo:

«Los dos discos de Shaman y Los Hombres en Llamas para mí son de las mejores cosas que hice y es folclore, folclore del espacio, pero folclore». (2)

 

 

El Sur

Cuando escuché sus discos por primera vez, vivía yo en una pensión de estudiantes cerca de la cancha del Lobo, en el barrio Mondongo, pegado al Bosque. Shaman vivía atrás de la nueva Facultad de Periodismo, no lejos de casa. Por amigos en común, Matías y Germán, terminé conociéndolo. Lo cierto es que yo quedaba petrificado en su presencia. Me parecía un ser de otro planeta.

Sus canciones tenían algo de folclore, pero algo psicodélico también. ¿Eran indie? ¿Eran folk? Hablaban de cambios, del fin y del sur. Y del infinito. Me daba la sensación que el autor de estas canciones habría de ser, necesariamente, una especie de brujo errante que venía, con su guitarra embrujada, a confirmarme lo que ya intuía: hay otros mundos.

Hay también mucha belleza en sus canciones y esperanza. Hay un canto a la tierra y una conexión con la naturaleza que se fue acentuando disco a disco.

«Mi música está impregnada del amor y el sentimiento de pertenencia a esta tierra, pero no tiene raíz en la tradición de un pueblo, no perduró a través de los siglos y las “conquistas” genocidas hasta un lenguaje actual. Aquí los pueblos originarios y gran parte de su historia y cultura fueron diezmados».

El sur siempre estuvo presente en sus discos. Le pregunto cómo juega la Patagonia en sus canciones y me dice:

«Juega en el imaginario, en los escenarios desde donde se cantan las palabras. Siempre hay Patagonia, de una manera u otra, en todas mis obras. Soy un artista patagónico».

Algún día, pasados algunos años (no muchos, espero), Shaman será reconocido como uno de los grandes autores del folclore patagónico, ese género difuso que, por su propia condición de ente dudoso, se nos presenta predispuesto para que los hijos de la tierra lo nutran de canciones.

Me atrevo a decir que el folclore patagónico está en creación y que Shaman tiene un lugar asegurado en el panteón apócrifo de la música popular austral.

Durante años, desde su casita en el barrio Mondongo, Shaman añoró el sur. Pero La Plata lo había adoptado y él a ella. Después los tiempos cambiaron y un día llegó Govinda, su hijita. Ahí decidió, junto a Regina, su compañera, que había llegado el momento de buscar horizontes distintos. Junto a Suri y Jodorowsky, los perros, la familia tomaba forma. Pero todavía faltaba Bruna.

Le pregunto a Shaman como lo trata la llamada nueva normalidad. Dice que le afecta, «como a todes», pero que se siente privilegiado por estar rodeado de montañas y bosques. Se angustia pensando en los que la están pasando mal: «pienso en los excluidos y los desprotegidos por el sistema».

Desde Epuyén, a poco más de 30 kilómetros de El Bolsón, Shaman me cuenta que que su primer año fue duro, que se la pasó en el bosque hachando leña:

«Ahora estoy más en la civilización, tengo gas. Eso me dejó bastante tiempo para meterle a la creación. La vida aquí va a otro ritmo diferente que en la ciudad, aunque ahora estamos todes parados».

 

 

Mis cosas favoritas

En estos tiempos de aislamiento, suelo preguntarle a mis entrevistados si han aprovechado para encontrarse o reencontrarse con algún artista.

Al momento de realizar esta entrevista, en pleno invierno de 2020, Shaman estaba escuchando el disco My Favorite Things (1961), de John Coltrane:

«Hermosa puerta a ese mundo nuevo y antiguo».

También me dijo que estaba esperando con ansias el nuevo disco de Werner Schneider (que trabajó con El mató a un policía motorizado, Maxi Prietto, Las Piedras, Abelardos y Proyecto Aventón Simples, entre otros).

Se lo escucha bien a Shaman. Con proyectos. Hace poco presentó El Primero es el último, un disco/película con la dirección de Manque La Banca. Fue filmado en Super8 y la producción ejecutiva corrió por cuenta de Andrés Calamaro.

En las vísperas del lanzamiento de ISLA, y en tiempos de tanta necedad, conspiranoia y falsos profetas, este disco llega como una bendición, como un conjuro de arte frente a la desazón. Yo, al menos, lo espero como quien está en la víspera de un buen viaje.

Puede que a veces me venga el bajón y piense que todos los caminos son el mismo, que no vale la pena. Pero, entonces, viene Shaman, una vez más, invocando sus canciones.

Y se me pasa.

 

 

Escuchá acá Espina, el adelanto de ISLA (2020), con video producido por Javier Almirón:

 

 

 

Citas

(1) QuéDigital, Cultura: “Sr. Tomate, rockfolk psicótico made in La Plata”. 25/03/2016. Disponible en: https://quedigital.com.ar/cultura/sr-tomate-rockfolk-psicotico-made-la-plata/

(2) Télam, Espectáculos: «Leonardo Favio es el artista argentino más grande que hay», 17/06/2015. Disponible en: https://www.telam.com.ar/notas/201506/109232-daniel-melero-piano-volumen-2.html?fbclid=IwAR0ztVNaG3Pzl7TcO6EcnPjm7PAIUWUvgCW1iOVaqj2mRHzaVz_5ZrkFMSE