La feria más grande del mundo cumplió 20 años y marca tendencia
Por Marcela de Diago
Antes de Art Basel, Miami, era un destino turístico con poca vida cultural.
La semana posterior a Thanksgiving en Miami los hoteles estaban vacíos. Con la llegada de Art Basel Miami Beach la ciudad se llenó de arte, fiestas y eventos y hay que reservar hotel con tiempo para encontrar lugar.
La ciudad se transformó. Se ampliaron y crearon nuevos espacios de arte y museos: PAMM, ICA, MoCA, Design Museum, Rubell Museum (Museo desde 2019 cuando se mudaron a un antiguo almacén de 30,000 metros cuadrados), De la Cruz Collection, the Margulies Collection at the Warehouse y The Bass (que va a construir su nueva ala antes de fin de año) y Wynwood Walls.
Se instalaron empresas, galerías y aparecieron las ferias satélites.
Nació el Art Week, hoy en la agenda de los coleccionistas más importantes. Miami se convirtió en un polo cultural que revolucionó el mercado estadounidense y fue fundamental para la difusión del arte latinoamericano.
En la edición número 20 de Art Basel Miami Beach hubo casi 80.000 visitantes, más galerías, más pinturas, esculturas y objetos y se vieron más textiles que nunca.
Se imaginan recorrer una feria con 283 galerías donde no se sabe para qué lado mirar en unas pocas horas? Una locura! Algunos números para tener una idea de la magnitud de Basel Miami: en 2022 en Arte Ba 2022 hubo 72 galerías, en Art Basel Paris 156 y en Frieze Londres 160 y en ARCO Madrid 185, además hay que sumar las ferias satélites que son 20 o más, inabarcable!.
El evento para el público en general dura 3 días y hay una jornada previa destinada a los coleccionistas y a la prensa donde se venden las piezas más importantes, aunque algunas fueron vendidas antes de la apertura. Sucede que las galerías preanuncian lo que van a mostrar y los coleccionistas hacen sus reservas.
También están los coleccionistas que no pueden asistir y están presentes por medio de sus asesores, los “advisors”. Se los ve caminar por los stands con sus teléfonos encendidos mostrando las obras que pueden ser del interés de sus clientes que observan desde sus casas porque no se quieren perder nada. Algunos advisors contratan fotógrafos que pasan casi y fotografían todo lo que ven.
Un coleccionista que nunca falta a la previa de Art Basel Miami es Leonardo Di Caprio. La recorre con un asesor y cuando algo le interesa le toma una foto. Tiene una colección importante en la que combina obras de Egon Shiele, Pablo Picasso, Salvador Dalí con artistas emergentes.
Se interesó por el trabajo de Patrizio di Massimo Untitled (Monsters) de US$ 35,000 en el stand de Rudolphe Jassen y se quedó mirando un grabado de Grayson Perry en Paragon: The American Dream. Este grabado tiene un mapa de Estados Unidos y a Mark Zukerberg en la parte superior como un “Gran Hermano que todo lo ve”. El artista lo eligió porque representa el poder de las redes. El precio: US$ 75.000.
Este año en Basel hubo ventas millonarias y los nuevos talentos estuvieron a la par de los artistas de posguerra. Si bien no se conoce el valor de las obras, según Forbes, los aseguradores calculan que ronda los 2.000 millones.
En Meridians, el sector joven, la artista colombiana María José Arjona, representada por Rolf Art, sorprendió con su performance La Silla a dos metros del piso. Con el cuerpo suspendido en posición horizontal cada tanto movía lentamente los brazos o las piernas, se llevó las miradas de los que ingresaban a la feria.
También en Meridians imposible no detenerse ante la instalación Lost And Found (Achados e Perdidos) del brasileño Jonathas de Andrade, valorada en US$ 120,000. El artista coleccionó durante una década trajes de baño olvidados en los lockers de clubes de Recife, Pernambuco y convocó a artesanos y artistas que raramente habían trabajado la arcilla a esculpir torsos invertidos, de ahí las imperfecciones, y los vistió con sus trajes de baño.
En el sector principal: Galleries, se dieron cita las grandes galerías como Gagosian, Hauser & Wirth, Pace, Lisson, David Zwirner, White Cube y no faltaron obras maestras de Picasso, Bacon, Matisse, Léger, Richter y las estrellas emergentes del mercado.
Algunas con propuestas curatoriales interesantes como la galería Marlborough que relacionó tres artistas de la talla de Maggi Hambling, Frank Auerbach y Francis Bacon.
Algunos precios y ventas
Nahmad vendió Les femmes à la Toilette,1920, una obra maestra de Léger, por US$ 18 millones. También había un Basquiat de 1983 por 19 millones.
Pace vendió Untitled #14, 1998 de Agnes Martin por US$ 7 millones, Roda Coração III, 2021 de Beatriz Milhazes por US$ 1 millón y Flowers, 1964 de Andy Warhol por US$ 3.8 millones.
Van de Weghe, trajo un retrato de Dora Maar de Picasso de 1936 a US$ 11 millones, y The Ruffians, un Basquiat de 1982, su mejor año por US$ 20 millones.
White Cube sorprendió con Bowl with Eggs de Jeff Koons, una de las obras más comentadas: una escultura de 3 metros de ancho hecha en resina. Es una edición de cinco de 1994 a 2009 (celeste, rosa, naranja verde y amarilla). Según Forbes es el primero de la colección que sale al mercado secundario. Fue vendido por USD 7,5 millones.
Los Omnipresentes
Hay artistas que están en todas partes y es un placer descubrirlos, Basquiat es uno de ellos.
Lucio Fontana con su “arte para la era espacial” es un clásico. Esta vez solo encontré “conceptos espaciales “con tajos (tagli). Las piezas más costosas son las que tienen agujeros o perforaciones (buchi). Alcanzó su mayor precio en subastas con Concetto spaziale, La fine di Dio (1964) en 2015 con US 29,173,000. Los que tienen tajos pueden valer hasta 16 millones.
Otro artista que se repite en las ferias de arte y sobre todo en Miami es Keith Haring.
En Gladstone Gallery, Untitled de 1981, una cara sonriente sobre una lona amarilla se vendió por US$ 4,5 millones. En Edward Tyler Nahem había una obra monumental de seis metros y medio que fue mostrada en su primera exposición individual tenía un precio de US$ 4,5 millones.
También de gran tamaño, más de cuatro metros, en Gray Gallery se vendió una escultura espectacular de Alexander Calder, el creador de las esculturas colgantes: Clouds Over Mountain de 1962 por 7,5 millones de dólares. La pieza más cara estaba en Acquavella: un autorretrato de Warhol de más de 2 metros, Fright Wig de 1986 valuado en US$ 32 millones.
El Black live matters hizo tomar conciencia y dio visibilidad por fin a los artistas africanos y afroamericanos. Hoy son requeridos por museos, fundaciones, coleccionistas y también por especuladores. Lamentablemente estos últimos son los generadores de “burbujas”.
Amoako Boafo, la mayor estrella del mercado del arte con 38 años es el artista más popular. Sus retratos magistrales, pintados con los dedos son los más buscados. En Basel Miami se lo podía ver por todos lados. Las pinturas de Boafo que llevó Mariane Ibrahim se vendían entre 290 y 400 mil dólares.
En 2021 con Hands Up de 2018 alcanza los US$ 3, 434,132 en una subasta de Sotheby’s. Un ascenso meteórico que hay que manejar muy bien para no dañar su carrera.
La buena noticia es que el artista se asoció con Gagosian para su primera exposición individual en New York en marzo 2023. Seguramente lo va a representar. Una galería de la importancia de Gagosian va a poder corregir su rumbo. Gagosian vendió Brides Reflection de 2021 a un museo de Estados Unidos. Así se cuida la carrera de un artista!
Otra estrella Kerry James Marshall, Jack Shainman vendió – We Mourn Our Loss #2,1997 de sobre políticos asesinados en los ‘60 por 2,8 millones (Img 23). El artista alcanzó el récord de US$ 21.114.500 con Past Times en Sotheby’s en 2018 (el precio de subasta más alto para un artista afroamericano vivo) (Img 24). Kehinde Wiley de 45 años se reconoce por sus retratos heroicos de jóvenes afroamericanos inspirados en retratos hechos por los Old Masters con ropa urbana y
fondos ornamentados.
Fue elegido por Barack Obama en 2017 para pintar un retrato oficial para la exposición «presidentes de Estados Unidos» de la Galería Nacional de Retratos del Smithsonian Templon, llevó una obra de gran tamaño que formó parte de la muestra Kehinde Wiley: An Archaeology of Silence en la Bienal de Venecia Fondazione Giorgio Cini sobre la violencia policial: Morpheus (Ndeye Fatou Mbaye)de 2022 a US$ 1,25 millones y vendió otra por US$ 600,000.
Wiley alcanzó su récord en una subasta de Sotheby´s en 2021 con The Virgin Martyr St. Cecilia de 2010 de 145 x 315 cm en papel que se vendió por US$ 649,200.
Si bien lo hemos visto aumentar progresivamente su valor en ferias y subastas, 2021 ha sido un año especial. Lo comenzó con una exposición en la National Gallery, participó en la Bienal de Venecia y cerró con una muestra en el Museo de Orsay. En esta edición de Basel su rango de precios estuvo entre US$ 700,000 y 1,3 millones. Las esculturas de bronce se vendían entre US$300,000 y US$400,000.
La galería Sean Kelly reservó para una institución norteamericana Retrato de Soukeyna Diouf a US$ 700,000. En esta galería también se vendió una pieza del etíope norteamericano Awol Erizku: una Nefertiti de espejos dorada que colgaba del techo como una bola de discoteca: Nefertiti: Miles Davis (oro) por US$70,000.
Los stands más originales
La propuesta de Neugerriemschneider para mí fue casi perfecta. En un extremo, una bola metálica gigante del danés Olafur Elliason de U$S 1,25 millones. El stand fue una suerte de homenaje a Michel Majerus (1967-2002).
Enteramente cubierto con un papel creado por Thomas Bayrle (1937) en el que combinó 2 pinturas de Michel Majerus. Una elección impecable para mostrar la monumental XXX (2001), un videocasete de Majeurs de casi 4 metros de ancho aunque las demás obras se perdían un poco por la trama. Fue uno de los stands de mayor impacto, muy instagrameable.
La galería berlinesa impulsó la muestra del artista de Luxemburgo en el ICA de Miami.
Majeurs falleció a los 3 años en el mejor momento de su carrera en un accidente aéreo y no ha sido olvidado. En 2022 alcanzó su récord en Sotheby’s Singapur de US$ 795,452. Su instalación en Neugerriemscheneider está valorada en US$ 250,000.
Jeffrey Deitch fue otro punto de atracción con “Goddesses “una propuesta hecha con trabajos de mujeres africanas y afroamericanas.
Dos esculturas de Venus de Willendorf hechas por Judy Chicago ($ 225,000 cada una) franqueaban el impresionante retrato textil de 3 metros de altura “Hot, Cool y Vicious” de Bisa Butler, una artista que según su galerista casi pinta con tejidos. La pieza está hecha con telas encontradas, telas de Ghana y otras muy especializadas como tela de cera holandesa, terciopelo. vinilo, lana y purpurina. Se inspiró en una fotografía de Janette Beckman de 1987 de la banda Salt-N-Pepa para su álbum debut “Hot, Cool y Vicious”. Fue vendido por US$ 175,000.
Dicen que fue uno de los espacios más concurridos y que vendió la mayoría de sus obras el primer día. En este stand vi a Pharrell Williams mirando tán fascinado como yo la obra de Butler. Era increíble.
Charlie James Gallery fue con una instalación de neón de Patrick Martinez sobre temas sociopolíticos recientes con frases como: Abort Scotus, en referencia a la anulación por parte de la Corte Suprema de una sentencia que garantizaba el derecho al aborto en Estados Unidos. SCOTUS es la sigla de la Corte Suprema de Justicia en USA. Los neones están montados sobre una lámina de plexiglás con transformadores en la parte superior. Las frases pueden se propias o pertenecer a discursos conocidos. También se inspira en letras de canciones.
En octubre, el Whitney compró 10 piezas de neón que montó en estos días. Como dicen que en las ferias de arte el tiempo no pasa, el stand de Meredith Rosen Gallery resultó ser un casino, otro lugar donde parece que el reloj no existiera. Se trata de una instalación de Guillaume Bijl, Casino de 1984. El artista conceptual belga hace una analogía del impulso del juego con el coleccionismo.
Entré para ver los cuadros de los Old Masters holandeses exhibidas en las paredes de la instalación que resultaron ser tan falsos como el casino: eran impresiones. Bijl es conocido por recrear lugares como un lavadero, un hospital psiquiátrico o un refugio antinuclear. A estas instalaciones las llama: Instalaciones de transformación. Casino fue valuada en US$ 250.000 y leí que un museo europeo se mostró interesado.
En el stand de Moniquemeloche sobresalía una instalación impactante de Ebony Patterson, la artista jamaiquina de 42 años conocida por sus tapices coloridos con materiales mixtos, joyas, lentejuelas flores, purpurina y brillo. Pregunté el precio y me dijeron US$150,000. Se publicó que la obra fue adquirida por el Museo de Arte de Indianápolis y que pagó entre US$ 100,000 y 150,000.
En Perrotin vuelve a haber fila como en 2019 cuando la gente se agolpaba para ver Comedian de Maurizio Cattelan, una pieza conceptual que dio mucho que hablar: la banana pegada con cinta plateada. Dos versiones se vendieron en US$ 120.000 y una en US$ 150,000. Una de ellas, no sabemos cuál, fue donada de manera anónima al Guggenheim.
Esta vez la fila se debía a ATM Leaderboard del colectivo de arte MSCHF de Brooklyn en 2022, un cajero automático donde el rol del público es determinante. Cada vez que alguien retira efectivo el cajero automático aparece en la pantalla la foto del propietario de la cuenta y el saldo como si fuera el puntaje de un juego.
Durante dos días lideró la tabla DJ Diplo con tres millones de dólares pero el ganador resultó tener 9 millones de saldo.
Buen comienzo de año
2022 fue un año excelente para el arte, además de las ventas en ferias y galerías las subastadoras alcanzaron las mejores cifras de su historia.
Según Artnet News el presidente de Hauser & Wirth, Marc Payot, dijo que la respuesta de la gente fue “eufórica” y que fue el año que más vendió. “Para el mediodía, nuestras ventas superaron los US$ 18 millones, incluida una pintura histórica de Philip Guston, el nuevo y poderoso neón Untitled (America/Me) de Glenn Ligon y nuevas obras sobresalientes de Mark Bradford, George Condo, Nicole Eisenman y Rashid Johnson, entre otros. Tal energía positiva en la feria parece presagiar grandes cosas para el mundo del arte en 2023”.
En 2023 las primeras subastas importantes del año vinieron de la mano de los Old Masters: En Sotheby’s Annual Masters Week, las ventas superaron los US$ 100 millones. La joya de la semana fue la subasta de la Fisch Davidson Collection, la colección de arte barroco más importante en salir a subasta en la historia. Obviamente fue una venta de “guante blanco”, esto significa que se vendieron todos los lotes.
Ya se están llevando a cabo algunas ferias y muy pronto abre el juego de las “grandes” ARCO Madrid. Van a participar 214 galerías de 37 países y por lo que vimos en Art Basel Miami promete ser un éxito.
ARCO Madrid entre el 22 y el 26 de febrero.
Algunas cifras mencionadas fueron extraídas de Art News, diciembre 5 2022