arteBA
La celebración del arte
La feria de arte contemporáneo más importante de Latinoamérica abrió sus puertas, con 68 galerías nacionales e internacionales. Tradición y vanguardia coexisten bajo multiplicidad de técnicas y materiales plásticos. ¡Bienvenidos a la fiesta!
Por: Guillermina Flores
Nuevo año, nueva edición de la feria más convocante. Para ser más exactos, esta es la edición número veintiuno. Veintiún años del mejor arte argentino e internacional, expuesto en un mismo lugar, casi como un donativo estético para el público y una plataforma de intercambio indiscutida para coleccionistas e instituciones culturales.
En dos pabellones de La Rural, la feria despliega una curaduría distinta a la de otros años, básicamente por el uso de paneles un metro más alto que sus antecesores. Con mejor estructura en los stands y los ya conocidos amplios espacios dedicados al Premio Petrobras o al Barrio Joven, es un verdadero placer recorrerla (hecho que se evidencia en números: hasta el momento fue visitada por 75.000 personas).
Tal como se lo propone, arteBA funciona como centro de irradiación. Las galerías dan a conocer las obras de sus artistas más consagrados y las de aquellos que todavía no llegan a semejante calificativo —no por carecer de talento, claramente—, pueden disponer de la oportunidad y hacer con ella lo que quieran: exponer, hacerse notar, convertirse en un rumor boca en boca («¿Viste la obra de…?») y, último pero no menos importante, vender.
Algo así sucedió con la obra de Fernando Brizuela, un King Kong hecho de marihuana que descansa dentro de una caja de vidrio en Zabaleta Lab, comprada por el Malba en 1800 dólares, o con el Decaedro elíptico multidireccional de Marta Minujin, un colchón trabajado con vinílico a modo de instalación, que ella misma se encarga de promocionar vía Twitter («¡Amigos, los espero! ¡Quiero que vengan todos a vivir en arte, arte, arteBA!»).
A su vez, el testimonio del escultor Matías Mischung sirve para confirmar este objetivo: después de participar en la feria durante tres años desde el Barrio Joven logró exponer con la galería cordobesa Júpiter. Mischung trabaja con piezas de metal que encuentra en la basura (hace poco que decidió dejar su trabajo para vivir del arte) y se muestra optimista con la repercusión que han generado sus obras.
También tuvo mucho eco en la feria el gran Julio Le Parc. Del Infinito exhibe una obra imposible de obviar en nuestro recorrido: una esfera móvil color rubí que, suspendida en el aire por hilos transparentes, cautiva con su belleza abstracta. Allí estaba Le Parc el día de la inauguración, con sus 83 años intactos, sentado junto a su obra, como custodiándola. Fue pensada en los años sesenta pero recién en 2010 vio su materialización final. De plexiglás y nylon, brilla en el centro de la galería y protagoniza un diálogo interesante con las obras del colombiano Ricardo Cárdenas.
Ya por territorio de Isabel Anchorena, encontramos los trabajos de Miguel D´Arienzo. Artista nacido en Mataderos, usa el dibujo y los empastes estridentes para sacar a relucir nuestra cultura latinoamericana: mujeres cantantes de boleros, escenas de indígenas con referencias explícitas de La vuelta del malón de Angel della Valle y absurdos que arrancan varias carcajadas como Giotto en el Delta o La martirio by el sudaca. Sus grandes dimensiones satisfacen la mirada de los más exigentes.
Dentro del circuito obligatorio tenemos como primera parada las obras de Antonio Berni expuestas en Galeria Sur (Uruguay). Para aquellos que tengan el ojo más entrenado será inmediata la expresión de sorpresa al verlas (sobre todo frente a Los hacheros, de 1953). Como segundo alto, nuevamente Minujín. En Ro Galería de Arte se expone la fotografía de su performance más famosa: ella misma sentada de espaldas a una doble de Margaret Thatcher sobre un colchón de maíz. La artista manifiesta la resolución del conflicto internacional con una irónica entrega: maíz (el oro latinoamericano). Continúa la ruta por Jacques Martínez, donde podemos ver la obra de Ernesto Deira, y terminamos en el espacio de la Fundación Alon, para mechar con un poco de buena fotografía: retratos de Pablo Picasso por Lucien Clergue y ejemplares vintage de Sameer Makarius de la serie El Matadero. Karim, su hijo, habló con El Gran Otro sobre las puertas que abre la feria a nivel difusión; sostuvo que, si bien no cree recuperar la totalidad de lo invertido, arteBA le permite mostrarse a todos y a cada uno de los potenciales compradores de una vez.
Con charlas gratuitas en el auditorio y una cantidad de presentaciones de todo tipo bajo el marco del Barrio Joven (bandas, proyecciones, teatro, ¡hasta una subasta de libros…!) la feria se posiciona en suelo porteño como un Aleph, el Aleph de nuestro adorado Borges, donde todo pasa al mismo tiempo. Desde este espacio puede verse de manera simultánea cualquier otro punto del universo: vi a un tigre plateado acechar a un hombre, vi un Kazuya Sakai del 64, un dragón de resina de Lorena Guzmán, una escalera blanca de Guillermo Conte, vi la Plaza de la República de Rómulo Macció, vi una extracción de capa de pared de un museo de Martinat, vi una composición geométrica de Juan del Prete, vi la naturaleza esotérica de Xul Solar y el orden caótico de Noé, vi un desnudo masculino y una orquídea de Robert Mapplethorpe, vi los vecinos de Marcos López, la cosmópolis de Carmelo Arden Quin y la mirada mortal de Jasmine Rossi…
«Y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo». Jorge Luis Borges: El Aleph, 1949.
Premios. En su noveno año de apoyo a las artes, Petrobras premió a la obra Splatter Morfogenético/Arlt Maschine, del colectivo Post Traumatic Kunst Ensemble, integrado por los artistas Laura Bilbao, Silvina Aguirre, Roberto Conlazo y Lux Lindner. Una colección retrospectiva de 120 dibujos y un cuaderno de este último en la galería Nora Fisch fue adquirida por el Malba a través de una donación del Citi de 25.000 dólares, en el marco del Programa de Adquisiciones.
U-Turn Project Rooms por Merces Benz: Segunda edición para este proyecto. Curado nuevamente por Abaseh Mirvali, el espacio propone el intercambio y los correlatos que pueden generarse a partir de la exposición conjunta de distintos artistas y disciplinas. Este año son doce las galerías seleccionadas y 24 los artistas provenientes de Argentina, Brasil, Dinamarca, Suiza, Alemania, México, España y Colombia.
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