Nacida en 1991, la Bienal de Lyon se afirma hoy, después de más de treinta años de existencia, como el evento más importante de Francia dedicado al arte contemporáneo. El Gran Otro por segundo año consecutivo se hace presente en este acontecimiento intitulado por los curadores Sam Bardaouil y Till Fellrath como “Manifesto of fragility” (“Manifiesto de la fragilidad”).

 

Al aceptar la fragilidad como una de las verdades más extendidas en nuestro mundo dividido, la 16ª edición de la Bienal de Lyon, reúne obras y objetos creados a lo largo de casi dos milenios que evocan, cada uno a su manera, la vulnerabilidad de personas y lugares, pasados ​​y presentes. Concebida como una declaración colectiva formada por palabras, imágenes, sonidos y movimientos de doscientos artistas, convoca a un conjunto de voces resilientes para proponer un manifiesto en un mundo irremediablemente frágil, al borde del colapso.

 

 

En esta oportunidad, La Bienal se estructura en torno a tres estratos distintos pero interconectados, dentro de los cuales se exploran respectivamente la fragilidad y la resistencia a través del prisma del individuo, la ciudad y el mundo.

Las disciplinas artísticas evocan la vulnerabilidad de personas y lugares, exponen sus cicatrices y deformidades, atestiguan sus tormentos o simplemente llaman la atención sobre las huellas imborrables del tiempo. ¿Qué sería de nuestro mundo si, en lugar de ver la vulnerabilidad como un signo de debilidad, la explotáramos en un intento por recuperar el poder?

 

 

En este nuevo escenario, el verdadero poder no consiste en conquistar nuevas fronteras sino en continuar su marcha hacia una especie de paz interior. La Bienal ofrece una declaración colectiva respaldada por voces resistentes  que prosperan en la adversidad, formando  una comunidad respetuosa de la fragilidad donde palabra, imagen, sonido y movimiento se unen, dando como resultado la redacción de un Manifiesto de Fragilidad para un futuro colectivo.

 

 

Un mundo de infinitas promesas se despliega, aquí y en otros once sitios de la ciudad de Lyon, encarnando las diferentes caras de la fragilidad a través de obras de arte contemporáneas e históricas, nuevos encargos in situ y numerosos objetos. Este panorama de momentos, antiguos y recientes, de perseverancia global, propone formas futuras de transitar el mundo.

 

 

El destino de Lyon siempre se ha construido sobre las particularidades de quienes han vivido allí y marcado por sus experiencias. La 16ª Bienal de Lyon se inspira en las múltiples historias de la ciudad, desde las fundaciones romanas de Lugdunum hasta los ecos de la declaración de amor de Napoleón al pueblo de Lyon o las imágenes filmadas por los hermanos Lumière, creadores de la fotografía. “Manifiesto de fragilidad” parte de estos testimonios para abrirse a temporalidades y geografías más amplias.

 

 

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