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24 junio, 2021

«Un tipo de coleccionismo es: tratar de reunir y conservar momentos»

Por Margarita Gómez Carrasco

«Un tipo de coleccionismo es: tratar de reunir y conservar momentos»

Entrevista a Gustavo Bruzzone

Gustavo Bruzzone es coleccionista, Juez, editor y co-fundador de la revista Ramona. En 1995 comenzó a registrar en videos las exposiciones, trabajo que aún continúa haciendo y los publica – para sus nueve mil setecientos ochenta y cinco seguidores – en su cuenta de Instagram. En 1999 el Museo Nacional de Bellas Artes le otorgó el Premio Leonardo por ser poseedor de una de las colecciones más completas de arte argentino de los años ‘90. No cabe la menor duda que es uno de los más grandes coleccionistas de nuestro país, motivo por el que fuimos hasta su hogar para conocer su colección y hablar sobre arte contemporáneo.

 

¿Qué hay en esa cabeza de coleccionista?  Hablemos de tu pasión por adquirir piezas…

Yo no sabía que estaba generando una colección en el momento que empecé a reunir obras, y en un determinado momento alguien me dijo que yo era coleccionista, pero me vino impuesto de afuera. Estaba guardando obras y comprando obras de mi generación, es decir,  comprando algún cuadro que otro. Tuve mi día de iniciación con Jacques Martínez, pero ya había comprado una obra, una tinta china de Alberto Greco que había comprado en el ’91. Entonces comencé a conocer toda esta generación que fue entre el ’93, ’94, ’95, es decir, a la gente más o menos de mi edad que estaba emergiendo en ese momento en la escena de Buenos Aires, yo tenía treinta y pocos y era gente de esa misma edad. También había gente más joven, obviamente, que confluían y se cruzaban en ese movimiento que era El Rojas.

Empecé a tener obras de algunos en casa para conservarlas y cuidarlas. Y en un determinado momento lo que quise es completar una historia general, sobre la base de un guión. Eso fue lo que tuve en la cabeza: me di cuenta que podía seguir incorporando obras para que no se perdieran; que a esas obras yo les atribuía algún valor. Un valor cultural, un valor fundacional de lo que estaba ocurriendo como un cambio de época, de era, de lo que fuese. Yo no sé si lo sentí de esa manera, pero lo cierto es que sirvió un poco para reflejar ese cambio tan grande de vector en la historia del arte argentino que fueron los años noventa.

Ahora, ¿qué es lo que tiene alguien en la cabeza para empezar a coleccionar? Y bueno, tiene que tener algún trastorno obsesivo compulsivo. Esa persona que colecciona puede haber empezado, dentro de sus posibilidades, comprando barcos, o autos, o estampillas con la idea de conservar ese tipo de cosas. El coleccionista de arte compra arte, compra cuadros, compra lo que le parece. Y después hay un tipo de coleccionismo de arte que no es solamente de adquisición e incorporación de cuadros, sino que se trata de reunir y conservar momentos con los que estas conviviendo. Muchas veces esas colecciones sirvieron para formar parte del patrimonio de los museos, como el de Bellas Artes, o el de La Plata. Todos los museos que tiene la República Argentina parten de alguna colección privada que donó obras. Es decir, los coleccionistas que marcaron algo en el arte contemporáneo fueron también aquellos que, como el arte contemporáneo, produjeron quiebres y dejaron de coleccionar como se coleccionaba antes, y apuntaron a su época.

Lo que a mí me paso fue eso; estaba al lado de un momento de la historia del arte argentino, que fue el surgimiento de El Rojas, y bueno tuve la suerte, o la atinada decisión, de querer seguir el criterio curatorial de Jorge Gumier Maier para conservar esas obras. Atinada en el sentido de preservación cultural de un momento; del punto de vista económico, quizás no fue la mejor decisión, tendría que haber adquirido otro tipo de obras en aquel momento, pero lo que yo quise hacer es tener un ejemplito de todo lo que había sido la muestra de Gumier. Eso es lo que hice, y cuando me dicen tuviste buen ojo, les digo no, tuve buen oído.

 

 

Se podría decir que reunís obras de una etapa que no entrarían dentro de la ecuación «dinero – inversión» ¿Sentís que lo que hiciste fue coleccionar algo que excede lo material?

Siento que excede lo material, pero que igualmente fue una inversión en dinero. Tal vez podría haber sido mejor, por otro tipo de artistas que estaban presentes en ese momento, pero que yo no reunía, o no conservé obra de ellos. Un ejemplo tonto: podría haberme ocupado de conservar obra de Pablo Suaréz,  y desde el punto de vista del valor hubiera sido otra cosa. Lo que quiero decir es que había un momento donde lo que quise hacer es preservar eso, el criterio curatorial de Gumier, y tener todos los artistas o una representación de cada uno de ellos.

 

¿Qué es el arte para vos?

Es muy difícil poder definir el arte, porque no es una definición que uno pueda establecer, sino que el arte es aquello que los que reconocemos como artistas nos dicen que es arte. ¿Quiénes son los que definen esto? Bueno, eso es difícil de saber, y hay momentos en que la academia conservaba la llave de que era o no era arte, y eso se fue manteniendo durante años, no aparecían cosas nuevas. Entonces empezó a haber rebeldías en ese sentido y las vanguardias empezaron a romper los esquemas que había a finales del siglo XIX y principios del XX. En Argentina, cuando vos hablas con los que formaron Di Tella, te hablan de como se maravillaron ellos con las nuevas figuraciones. Entonces hay lenguajes nuevos, y esto lo tenemos que ir averiguando. No es solamente pintar grandes cuadros o acuarelas al aire libre; no es solo esculpir con cincel, sino que se puede utilizar cualquier cosa, como por ejemplo la obra de Vic Papagni, que es impreso digital.

 

 

Siguiendo tu cuenta de Instagram he visto que apoyas mucho a Galaxia y Mar, ¿que nos podés contar sobre ellxs?

Galaxia y Mar lxs estoy apoyando en este último tiempo porque hemos trabado una relación prácticamente de un año a través de una membresía. Ellxs tienen una membresía y me ofrecieron una a mí. Amalia Amoedo tiene otra, ¿En qué consiste una membresía? Es una relación de un año donde yo pago una cuota mensual y ellxs me van entregando distintas obras a lo largo de todo el tiempo. Y así lo están haciendo con otrxs.

Ellxs son una manifestación de arte queer muy específica y muy autentica. Además son muy inteligentes. No es solamente que están haciendo arte queer, que aprovechan un momento y demás. Y por supuesto, una de las primeras cosas que yo quise hacer fue reunirnos con uno de los artistas más queer que tiene el país, que es Benito Laren, hablando de queer como algo raro y extraño.

Galaxia y Mar tienen muy buen discurso y apuntan en materia de diversidad y de libertad sexual. En cuanto a la obra, está en desarrollo y en evolución. Hay muchas obras que se asemejan y que también interpelan determinados discursos anteriores, Lo que tenemos que hacer es escuchar y mirar. Esa es una de las cosas que en la pregunta ¿qué es arte?, no es que yo vaya a saber qué es o no es, sino que siempre tengo que estar atento a que me digan qué lo es. Cuando yo comienzo a escuchar en círculos de artistas que estxs dos chicxs valen, y que son buenxs, entonces yo empiezo a escuchar y veo la ratificación en diferentes lugares.

Además son dúo. Hay una fantasía que yo tengo en la cabeza con los dúos, porque viste que en MARCO (Museo de Arte Contemporáneo de La Boca) está la muestra de Juan Stoppani y Jean Yves Legavre. Ese es un dúo. El dúo de Chiachio & Giannone sería otro, y también el dúo de Lolo y Lauti. Entonces con el dúo de Galaxia y Mar quiero un día que se junten lxs ocho, ya que son todos dúos que tenemos en Buenos Aires.

Yo apoyo y estoy con ellxs en esta relación, así que seguiré manteniendo ese tipo de relación y ojala no se acabe nunca.

 

 

¿Cuál es tu opinión acerca del coleccionismo en la Argentina? ¿Es un coleccionismo desarrollado o subdesarrollado? ¿En vías de extinción o en vías de seguir aumentando?

Yo creo que el coleccionismo en Argentina recién está en pañales. Porque lo que era el coleccionismo está rompiendo un montón de barreras y de prejuicios, por ejemplo, la idea de que solo un millonario puede ser coleccionista. Claro que hay que tener algo de dinero; si yo no tengo cubiertos los recursos mínimos para existir, no se puede hacer absolutamente nada. Me puede interesar el arte e ir a ver muestras, pero no puedo hacer otra cosa.

Si tengo un excedente de dinero y me parece que lo que quiero es compartir mi vida conviviendo con cosas bellas, en ese caso se puede comenzar, pero ese es un prejuicio que ya se quebró, no es que hace falta solamente ser un señor millonario. Un señor millonario puede darse cualquier gusto; y si quiere comenzar a coleccionar, podría comenzar coleccionando Van GoghGaughinGonet, y así empieza una colección de arte. Pero yo hablo de un coleccionismo aventurero, y que acompañe; no de políticas culturales, sino movidas culturales. Que trate de acercar e intuir por dónde va un determinado momento.

Cuando a mí me preguntan varias veces que hay que hacer, yo no sé qué contestar. Porque no lo sé, no sabría indicarle a nadie que es lo que tiene que hacer, pero que está ocurriendo, está ocurriendo. Y lo que hay que tratar es estar vinculado a esos lugares o espacios. Por eso vos me ves en el instagram donde me ves. Puedo estar yendo a ver una muestra en Quilmes Este realizada por Hoco Huoc  porque encontró unos artistas en una casa y dijo esto hay que mostrarlo, y vamos hasta esa trinchera de la vanguardia a ver qué está pasando y volvemos para acá.

A mí lo único que me apena en este momento es no poder estar conociendo la totalidad del país y su arte, como a mí me gustaría.

 

 

Para las personas que se están iniciando en la colección, ¿qué les podes decir sobre cómo elegir una obra y cómo entablar ese diálogo con la obra y el artista?

Lo primero que le diría a la gente en general es que mire la casa como está, y si tiene muchas paredes blancas y hace mucho tiempo que está viviendo en ese lugar, que piensen si no sería conveniente llenarlo de color, o de algo para vibrar permanentemente. En segundo lugar lo que yo les diría es que si quieren, que se compren cuadros y que se vuelva una costumbre comprar cuadros.

Después es acercarse a lugares que sientan intuitivamente que tienen algo para darles. Que escuchen a la gente que sabe, porque los van a ir guiando. El coleccionismo de arte contemporáneo es actividad de riego desde el punto de vista de inversión. Pero si tenés buenos asesores, no vas a tener problema en hacerlo. Claro que si querés empezar a coleccionar, haces el recorrido de la historia del argentino y empezás en donde sea. Pero para lo contemporáneo hay que estar abiertos y escuchando a aquellos que vienen siendo legitimados de alguna manera por el medio, que más o menos nos advierten donde están. Yo no puedo nombrar a nadie porque son un montón, pero son actores importantes que saben quiénes son los que están haciendo algo que va a perdurar y quiénes están incorporando con su poética algo nuevo al discurso.

Lo que si ocurre es que en este momento existe una gran cantidad de gente trabajando y haciendo cosas. Es muy bueno estar atento a lo que está ocurriendo. Si alguien quiere comenzar, que comience donde sea. Que vaya a algún lugar que considere que tiene reconocimiento, y que se empiece a mover. El mundo del arte es muy esponjoso, y está abierto permanentemente a recibir gente.

Hace muy bien vivir con obras de arte, es agradable y es un mundo bastante encantador.

 

 

Me alejo del pequeño «museo – hogar» de Gustavo Bruzzone, voy pensando en su soledad, la que disfruta en compañía de sus obras que son retazos de cada artista. En ellos se encuentran «los síntomas» de cada época, los malestares que aparecen en representaciones que, sobrevienen e irrumpen en el curso de los acontecimientos de la vida. Todas esas «imágenes – síntomas» también son los tiempos heterogéneos y memorias entrelazadas que nos ofrece la producción artística argentina. Es interesante poder interrogarlas, pensar y pensar.

 

Fotografía: Lucas Compañy