Los trenes en Paris por lo general son puntuales para partir, sin embargo, mire varias veces el reloj controlando que saliera a tiempo. Para mí no era un simple viaje, sino que estaba por arribar a una fiesta, a un encuentro con el arte y con el maestro costarricense Carlos Póveda en su estudio ubicado en Plessis-Trévise. A sus ochenta años, presentó una retrospectiva- todo el camino de su multifacética carrera e investigación-.

 

De todas las obras expuestas maestro ¿podría elegir una, y por qué?

¡Qué pregunta más difícil! Yo he hecho un círculo completo en mi vida y he vuelto, en cuanto a la temática, a la figura humana. La diferencia es que mis primeros trabajos son sobre papel y la parte de atrás de un pincel. Los cuadros no tienen una textura ni una pátina de espátula, sino que son investigaciones de elementos adheridos a las telas. Hay un momento que las telas no perciben ciertos materiales entonces es por esta razón que recurro a la escultura, pero en realidad es una pregunta muy difícil de contestar, pero sí podría decir que es la investigación de los materiales y como usarlos con diferentes posibilidades. Pero elegir una obra preferida es como decirle a un padre qué hijo prefiere.

 

 

¿En qué tradición se reconoce y cuáles serían sus referentes contemporáneos?

Estoy más ligado al concepto académico que al contemporáneo en el sentido que como he hecho dibujo, pintura y escultura (que en realidad son objetos encontrados y yo los re trabajo para convertirlos en otros objetos, valga la redundancia) y en cuanto a la temática ha sido una evolución permanente del dibujo hacia la escultura. Una de las cosas que me alegra precisamente es que no lo hice de manera consciente, se fue haciendo sobre la marcha. El mismo dibujo me fue llevando a la pintura y luego a la escultura. Pienso que haber hecho ese periplo me lleva ahora a encontrarme con lo que voy a hacer mañana y me alegra mucho el detalle. Es la búsqueda constante.

 

 

 

En líneas generales ¿Cómo sugiere leer sus obras?

Es también una pregunta compleja ya que cada persona lee de acuerdo a su sensibilidad, de acuerdo a su conocimiento, a lo que lo rodea y de cómo la materia actúa. Pienso que la gente que tiene un sentido poético de la lectura de las cosas, encuentra comentarios en mis trabajos, por más blancos que sean y eso me da una gran felicidad.

 

 

¿Qué piensa sobre las generaciones? ¿Se identifica con el arte contemporáneo actual?

No podría, ya que no trabajo con la geometría que es para mí el arte actual, la investigación con materiales como el fuego o espacios lúdicos en el cielo, en la vegetación, en los mares, es algo que todavía no he intentado ni realizado. Yo he seguido muy contento mi vida y el desarrollo, en mi espacio y muy ocupado en mi «círculo».

 

 

Fotos: Mariano Barrientos, corresponsal en Francia.

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