Cristiano Rattazzi es el presidente de Fiat en Argentina y bisnieto del creador de la empresa en Italia.
Por: Gonzalo Figueroa
Es un empresario con pasión por los «fierros» y por el arte. Nació en Balcarce (provincia de Buenos Aires) hace 64 años. De joven, se dedicaba al automovilismo, hasta que en un momento tuvo que elegir entre la carrera como profesional de ese deporte y la administración de empresas, para seguir con el legado familiar. Eligió lo segundo, pero sin abandonar completamente las pistas. Recibe a El Gran Otro en la oficina que Fiat tiene en Puerto Madero, un piso 27 con vista al río y a la ciudad. Treinta sillas rodean la mesa ovalada con los extremos cóncavos. Nos sentamos en una esquina. Hace cinco años que preside la Asociación de Amigos del Museo de Arte Moderno.
¿Le gusta esa actividad?
Sí, me fascina. Hemos llegado a rehacer una parte del museo nuevo. Hacía doce años que estaba parado. Mi intención es llegar a terminar la obra. Después la gestión de la Asociación de Amigos tiene que ser hecha por gente que tenga más tiempo que yo, que también tengo otra función.
¿Encuentra alguna relación entre la actividad empresarial y el arte?
No sé si hay relación, pero el arte es una parte importante de la vida. Creo que, al contrario de hacer deporte, no es algo divertido. Pero, cuando uno conoce y lo vive, da placer. Ver un buen cuadro, una buena escultura, algo lindo que te toque. Lo lindo es muy subjetivo y muy interesante.
¿Cree que el valor del arte es subjetivo o que las obras tienen un valor intrínseco?
El arte tiene un valor intrínseco. Después, hay algunos que se devalúan muchísimo, pero esa es otra parte (se ríe). Hay arte subvalorado y arte sobrevalorado. Eso es subjetivo. Se le puede poner un valor en función del grupo de gente que considera que este vale más y el otro menos, aunque yo pueda pensarlo diferente.
¿Qué rama del arte prefiere?
Yo soy el presidente de la Asociación de Amigos del Museo de Arte Moderno, pero en realidad me encanta el arte clásico, mucho más que el moderno. Me gusta más la pintura. Hay que ver qué es arte, porque hay algunos que dicen que el cine es arte. Me encanta el cine, pero no lo considero arte.
¿Cree que el arte está perdiendo valor como cultura?
De valor económico, no hay mejor negocio que comprar arte porque sube el valor. Después, en cuanto al valor de cultura, yo creo que sigue apareciendo arte nuevo, diferente, supermoderno y sigue evolucionando. No creo que pierda valor. En el mundo sigue siendo tremendamente importante.
El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA) estuvo cerrado por refacciones hasta diciembre de 2010, cuando se lo volvió a abrir. Los arreglos habían comenzado en 2008, de la mano de Cristiano Rattazzi, y se planea terminar para el año que viene. ¿Qué planes tienen para 2013 con el MAMBA?
Para el 25 de mayo, estaría completo el museo. Sería sensacional. Sería una gran inauguración definitiva con todas las salas listas del museo, sería muy lindo.
¿Colecciona arte?
Algo, pero no mucho. No soy un gran coleccionista, porque soy más bien «fierrero». Me interesa más lo que tiene que ver con «fierros» que con arte. Admito que lo mío es volar aviones, helicópteros, los autos. Me gusta más ese tipo de hobbies que el arte. Admito que es un error porque seguramente, desde el punto de vista patrimonial, es mejor coleccionar arte que vehículos. Aunque no los colecciono, los uso.
¿Usted corría en una época?
Y corro, ahora estoy corriendo en la Fiat Punto Abarth Competizione. Corremos como teloneros de la súper TC 2000. Corremos 12 veces por año. El año pasado era Fiat Línea Competizione, ahora este año compramos los Punto. Es divertida la categoría. Son 30 autos, todos iguales, entonces la lucha es pareja, quién llega a pasar al otro.
Pensé que se había alejado de ese deporte.
Cuando era adolescente, era semiprofesional prácticamente, pero cuando tuve que decidir si seguir hacia el profesionalismo o ser empresario, decidí ser empresario, dejé de correr profesionalmente y cambié totalmente de rubro. Muchos años después, se dio esta categoría, que es muy interesante, es una categoría para empresarios, y corro de vuelta hace 4 años. Pero sí, es un hobby.
¿Le gustó la decisión de dedicarse al sector empresarial y no a la competición?
Yo tengo siempre una frase: «si me hubiese tenido que morir de cáncer a los 40 años por la mala suerte de tener un cáncer terminal a esa edad, me hubiese divertido más correr». Hubiese tenido una vida más interesante siendo corredor. Debido a que eso no me pasó, estoy muy contento de haber sido empresario, porque a los 40 un piloto difícilmente siga corriendo, y siendo empresario por lo menos hasta los 70 podés seguir siendo.
¿Entonces fue una buena decisión?
Sí, en función de lo que pasó fue una buena decisión.
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