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28 agosto, 2019

La depredación de los bosques nativos y sus consecuencias

Por Anabella Almonacid Fernández

La depredación de los bosques nativos y sus consecuencias

Tres países, tres situaciones y una alternativa.

Brasil registró un aumento del 13,7 por ciento en la tasa de deforestación anual, Argentina mantiene el norte anegado por lluvias inusuales como resultado de la tala indiscriminada y Noruega plantea la primera promesa para salvar el mundo.

 

Según el último relevamiento realizado por la organización ambientalista Greenpeace Brasil, aproximadamente 1.185 millones de árboles de la selva amazónica se talaron en un área equivalente al tamaño de 987.500 campos de fútbol. La cifra representa el nivel más alto de los últimos 10 años. La Amazonia es la mayor región de bosque tropical del planeta. Desde 1970 se perdió sólo en Brasil una superficie forestal más grande que Francia.

Especialistas de la región manifestaron públicamente su preocupación por el aumento drástico en la tasa de deforestación del país carioca, especialmente después de que el flamante presidente de ultraderecha, Jair Bolsonaro, declaró a medios internacionales que abrirá la Amazonia al desarrollo de la industria maderera.

El informe, que fue elaborado entre agosto de 2017 y julio de 2018, indica que se talaron unos 7.900 kilómetros cuadrados de bosque en la Amazonia brasileña, lo cual representa un aumento del 13,7 por ciento con respecto al mismo período del año pasado. La reducción de estas cifras es fundamental para evitar un empeoramiento del cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y garantizar la supervivencia de los pueblos indígenas.

En un comunicado, el ministro de Medio Ambiente de Brasil, Edson Duarte, culpó a la tala ilegal por el aumento de la deforestación en la Amazonia y pidió al gobierno que aumente la vigilancia en los bosques, informó Reuters. Sin embargo, Greenpeace afirma que el gobierno brasileño no está haciendo lo suficiente para detener la deforestación. Además, con Bolsonaro al mando, «las predicciones para el Amazonas (y para la lucha contra el cambio climático) no son buenas».

 

 

Argentina

La tala indiscriminada es un problema a nivel mundial. En Argentina, las últimas inundaciones en las provincias del norte y el litoral permitieron entrever la problemática a nivel local. El aumento de las precipitaciones por el cambio climático y la destrucción de los bosques nativos, como consecuencia del avance de la frontera agropecuaria, dejaron anegadas a más de 8 mil personas, que debieron ser evacuadas de sus hogares, más de 5 muertos e incalculables pérdidas económicas.

«Es una situación compleja por el carácter de emergencia a nivel nacional, ya que son muchas las provincias involucradas. En algunas por suerte ya hemos normalizado la situación particularmente en el este de Tucumán y Santiago del Estero, y otras siguen en vilo», comentó a medios de comunicación el director nacional de Respuesta a Emergencias y Desastres de Cruz Roja Argentina, Rodrigo Cuba.

Por estos días, la problemática continúa en las zonas fronterizas de Santa Fe, Formosa y Santiago del Estero. Ésta cronista accedió a la palabra de profesionales de la salud del Hospital Distrital Juan Carlos Salinas de los Juríes, departamento de General Taboada, población ubicada a unos 280 kilómetros de la capital santiagueña. «La situación más crítica que se presenta ahora es el incremento de los criaderos de mosquitos, favorecido por el intenso calor y la incapacidad de los suelos para absorber el agua estancada», explicó la doctora Sandra Ibarra Acosta, que participó junto a los rescatistas en la evacuación de los inundados, especialmente en el campo, donde familias enteras habían quedado aisladas por el bloqueo de caminos y rutas interprovinciales. Incluso unos 30 metros de la Ruta Provincial 1, en el kilómetro 190, se hundieron por efecto de la presión del agua a la altura de la localidad santafesina de Colonia Teresa.

«Las inundaciones serán recurrentes si no se frena la deforestación», coinciden en señalar los especialistas en meteorología y expertos en ambiente. Si bien el país cuenta con una reglamentación para los bosques nativos, plasmada en la Ley 22.331, la tala indiscriminada persiste gracias al accionar irresponsable de grupos empresarios y funcionarios públicos.

La alternativa para revertir el impacto sobre los bosques nativos

En esta línea, Noruega es el primer país del mundo en prohibir la deforestación. «Esta es una victoria importante en la lucha para proteger la selva tropical», aseguró en un comunicado Nils Hermann Ranum, jefe de política y campaña de Rainforest Foundation Norway. «Durante los últimos años, varias empresas se han comprometido a detener la adquisición de bienes que pueden vincularse a la destrucción de la selva. Hasta ahora, esto no ha sido acompañado por compromisos similares de los gobiernos. Por lo tanto, es muy positivo que el estado noruego ahora esté siguiendo su ejemplo y haciendo las mismas demandas cuando se trata de adquisiciones públicas». Esto significa que cualquier producto que contribuya a la deforestación no se utilizará en el país escandinavo. A pesar de que la iniciativa se anunció hace algunos años, y aunque fue pensada para proteger los bosques noruegos, ahora también se aplica a las relaciones comerciales entre empresas locales y otros países.

Esta acción es importante para el mundo porque anima a otros países a seguir el ejemplo. La medida no es sólo apunta a dejan de talar el bosque en sí, sino que implica no financiar la deforestación y la destrucción de la biodiversidad en otros países.