«El fin justifica los medios»
El hombre más buscado, un thriller que nos permite bucear en el alma humana.
Por Margarita Gómez Carrasco
El hombre más buscado es una película de espías, influenciada por el ataque terrorista del 11 de septiembre, que deja ver las miserias humanas en carne viva. Este excelente film, dirigido por Anton Corbijn, está basado en la novela de John le Carré –escritor británico especializado en relatos de espionaje– sobre un caso real. La historia gira sobre dos situaciones, la primera es la traición y la segunda son todos aquellos «errores que cometen las instituciones de un país en nombre del bien y la seguridad de sus ciudadanos», frase contundente con la cual John le Carré desarrolla la tesis de su libro.
Es impecable la actuación de Philip Seymour Hoffman, encarnando a un espía alemán llamado Günther Bachmann, y de su equipo de inteligencia compuesto por Nina Hoss y Daniel Brühl. Hoffman interpreta a un hombre agudo y cerebral, paradójicamente apasionado y brutal, solitario, alcohólico y un tanto desalineado, que con su fuerte personalidad llena la pantalla en su descollante rol protagónico. Las impecables tomas dirigidas por Corbijn dejan al descubierto su experimentada mirada de fotógrafo.
La historia comienza cuando un hombre mitad ruso y mitad checheno, Issa Karpov (Grigoriy Dobrygin), emerge de las aguas en el puerto de Hamburgo para convertirse en El hombre más buscado, sin papeles, de religión musulmana y portando un único salvoconducto: una carta de su fallecido padre que da cuenta de una herencia millonaria. Con esas pocas vituallas, se encamina en busca del destinatario, el banquero Tommy Brue, relacionado con la mafia rusa.
Issa se refugia en la casa de una familia turca, también indocumentada, que le presenta a una abogada: Annabel Richter (Rachel McAdams), idealista, ética, intransigente, y defensora de residentes ilegales. Sin embargo, ni aún con todas esas virtudes que la fortalecen, logrará escapar de los métodos que emplea el espionaje para dar con el paradero de Issa. Este es un thriller atípico porque el procedimiento de los agentes es persuasivo, no se ve sangre, ni torturas, solo un trasfondo de conductas cínicas que reflejan la estrategia sutil pero de agudeza exacerbada y que, en cierta forma, son el espejo de una porción de la realidad que enarbola el eslogan «el fin justifica los medios».
Lo que proponen el escritor y el director, más allá de buscar a un hombre sospechoso, es narrar el mundo en el que habitan esos personajes, donde la paranoia es la punta del iceberg. La narración del film transcurre en escenarios de sórdidas tabernas atestadas de borrachos, mujeres masoquistas y calles desoladas, con cabinas de escucha claustrofóbicas, enmarcando la ciudad de Hamburgo. Aunque no se puede negar que el temor a un posible ataque está fundado en una verdad: la razón por la cual se elige esa ciudad para rodar el film es que allí Mohammed Atta y sus colaboradores planearon los ataques del 11 de septiembre.
El hombre más buscado está compuesta por un atractivo elenco de actores de primera línea y está muy bien dirigida por Anton Corbijn, que en su haber cuenta con la dirección de Control y The American; lo único que se le puede reprochar son los primeros trechos un poco densos. Lo destacable del director es que supo sacar ventaja de los planos de Hoffman para mostrar la angustia y la soledad de un personaje signado por la traición, y aunque Philip Seymour Hoffman, en un misterioso arrebato de dolor, se haya arrancado la vida, nos deja un gran legado, su arte. Quizás esta película sea el cenit de su consagración al mejor actor.
El hombre más buscado (A Most Wanted Man, Estados Unidos. 2014). Dirección: Anton Corbijn. Guión: Andrew Bovell, basado en la novela de John le Carré. Fotografía: Benoît Delhomme. Edición: Claire Simpson. Diseño de producción: Sebastian Krawinkel. Elenco: Philip Seymour Hoffman, Rachel McAdams, Willem Dafoe, Robin Wright, Grigoriy Dobrygin, Nina Hoss y Daniel Brühl. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 121 minutos.