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12 agosto, 2014

Entrevista a Susana Villarroel

Entrevista a Susana Villarroel

Por Raquel Tesone | Fotos: Nano Jiménez

Susana Villarroel es diseñadora y fabricante de zapatos de tango. Johana Copes luce sus zapatos desde los 14 años en sus espectáculos, al igual que la compañía de tango de Juan Carlos Copes, entre otras importantes compañías como las de Miguel Ángel Zotto y Milena Plebs, Osvaldo Zotto, Cacho y Gloria Dinzel. Además, Valeria Lynch los utilizó, para su casamiento y todos sus espectáculos, al igual que Aníbal Pachano, entre otros. Nos recibe en su casa y en medio de la entrevista contamos con la presencia de Johana Copes, recién llegada de Colombia, que vino a probarse zapatos para llevar en su próxima gira. Se generó un clima distendido y placentero.

¿Cómo fueron tus comienzos?
La historia fue así: Trabajé desde el año ‘78 hasta el ‘98 en una fábrica de calzado donde se fabricaba la línea de zapatos Luis XV. En el ‘98 falleció el dueño y me quedé sin trabajo. En ese momento tenía cuarenta y pico de años y me dije: «¿Qué hago ahora, después de tantos años en relación de dependencia?».En esa fábrica aprendí todos los procesos de fabricación, venían bailarines, la compañía de Copes, el Ballet Nacional; entonces se me ocurrió continuar por mi cuenta. Como se declararon en quiebra, arreglé como indemnización que me dieran una cantidad de pares de zapatos y empecé así, vendiendo en mi casa. Me contacté con los bailarines que conocía y comencé. En el año ‘99, me contactó un empresario japonés de Tokio ‒yo recién empezaba‒ al que le encantaron mis zapatos y me hizo un pedido de cien pares. Tuve que hacer una inversión, porque me habían dado un plazo y me comprometí a enviarlo en ese tiempo. Contacté a mis amigos y familiares, y me prestaron el dinero para la producción. Gracias a Dios pude cumplir, fue un paso importante.

Eso te dio tu prestigio internacional.
Sí, a esos clientes los mantuve por diez años más. Sigo trabajando para el exterior,  tengo muchos clientes en todo el mundo. Me compran por Internet, me piden zapatos exclusivos, hacen los encargos y se los mando; eso me ayudó mucho. También hacer los zapatos para la compañía de Copes, a Johana desde los 14 años que le hago los zapatos.

¿Es algo artesanal en el sentido de la exclusividad que tenés con estos artistas?
Sí, tenés que pensar que para el bailarín es su herramienta de trabajo, tiene que poder  despreocuparse. Es que la característica del zapato de baile es que tiene que ser cómodo, elegante y estéticamente bello. Por eso tiene que estar hecho con materiales genuinos, no se puede utilizar sintético, y tiene que ser fuerte. Agradezco y me siento afortunada de trabajar en lo que me gusta. No todos tienen esta suerte. Para mí es un placer ver que el cliente se pone el zapato, le queda bien y se va feliz.

Parece que hay mucho amor en lo que hacés. ¿Porqué pensás que te gusta tanto?
Para mí es una pasión. Pienso que el hecho de que me guste tanto lo que hago con el tango ‒que también lo bailo‒ tiene mucho que ver con mi papá. A él le encantaba, todo el día estaba cantando y escuchando música. Yo veía las películas antiguas, siempre miraba el pie. Si pienso en algún modelo para crear, me lo imagino terminado. Es un placer preparar el diseño, pensar con qué materiales fabricarlo y, de acuerdo al modelo, la forma y el tipo de taco. También me fijo que el zapato vaya con la ropa.

Hay un concepto estético global en lo que hacés.
Sí, a veces me vienen a consultar con la ropa porque están dudosos de lo que va con esa indumentaria y yo les digo si ese modelo de zapato va o no. Porque me imagino a la persona bailando con esa ropa, que le quede bien.

¿Te imaginaste de niña tener este renombre?
¡Jamás! No fue un sueño, me pasó. Creo que estas cosas están marcadas.

¿Te marcó tu papá?
Sí, puede ser. Mi hermana baila tango y está en Estados Unidos. El otro día me dice:«Acá la famosa sos vos», porque fue a una milonga y le preguntaron el nombre y cuandoella dijo: «Silvia Villarroel», le contestaron: «¿Vos tenés algo que ver con Susana?». Justo los que organizaban esa milonga en San Francisco eran unos bailarines que organizan un festival en el mes de febrero y que llevan mis zapatos para allá. Todo eso me da mucha satisfacción.

Y a la vez, luchaste mucho para lograr esta satisfacción. Sos como el ave fénix…
Sí, toda mi vida luché y renací de mis cenizas con muchísimo trabajo, pero también con mucho amor por lo que realizo.

Se notan en tus diseños el buen gusto y todo el amor que depositás en lo que hacés. Te agradezco esta entrevista.