¿Estás ahí? Autor y director: Javier Daulte
Por Dra. Raquel Tesone
¿Estás ahí?, esa es la pregunta que surge ante la duda de no saber si el otro está presente cuando está o, a la inversa, el otro no está, y pese a su ausencia, se encuentra presente, alojado dentro de uno mismo.
La obra ¿Estás ahí?, de Javier Daulte, nos presenta la historia de una pareja, Fran (Héctor Díaz) y Ana (Gloria Carrá), contada en tono de comedia y desde una visión sobrenatural, situación que nos permite una doble lectura. Se puede apreciar desde el punto de vista del hecho de que una pareja, al mudarse para vivir juntos, ella muere en un accidente y él debe elaborar el duelo, por lo cual, a Fran lo comienzan a habitar varios fantasmas: el de Ana, el de un extraño y el de su madre; pero también otro tipo de lectura nos llevaría a pensar que, como en todo vínculo de pareja, los «fantasmas» y las fantasías gobiernan la realidad, dado que toda relación amorosa es del orden de lo fantasmático.
En esta obra se pone en escena el decir de Lacan: «Amor es dar lo que no se tiene a quien no es». ¿Es que se ama lo que se tiene o lo que se pierde? Fran no puede ver a Ana no solo porque murió y es un fantasma, sino porque quizá nunca la vio como la empieza a mirar a partir de su pérdida. ¿Será que no es tan fácil ni tan naturalizado el mirar a los ojos y escuchar de verdad a los seres amados?
Fran logra ver y sentir que ella está ahí, y le habla; pero, en verdad, no le habla a ella, sino a su fantasma. ¿Quién es el otro en una pareja? ¿Quién es Ana para Fran? Podríamos suponer que la inclusión de Ana en la obra, interpretada con mucho humor por Gloría Carrá, es un artilugio para otorgar mayor teatralidad al texto; sin embargo, Fran siempre monologa, porque está más conectado con la Ana de sus fantasías que con la Ana real. ¿Será que las fantasías son esenciales en las cosas del querer ya que forman parte de la investidura amorosa?
El amor en el contexto de la obra se perfila como un aprehender al otro, ese otro que finalmente se nos perfila inaccesible. Fran intenta comunicarse con ese fantasma y así logra escuchar a su mujer como no lo había hecho en vida. Cuando conoce a Renata, su asistente, se da cuenta de que extraña a su mujer y es desde esa posibilidad de extrañar en la de extrañeza, o en la extranjeridad del otro, en la que el otro comienza a tener existencia. Extrañar es valorizar lo que se tuvo.
Justamente, la obra plantea por qué es necesario esperar que la muerte golpee nuestra puerta para descubrir que el otro está ahí.