Iván y Mey de Pequeños Grandes Mundos, viajaron por las veintitrés provincias de Argentina, para dar vida, junto a niños de escuelas rurales de cada comunidad, a los Guardianes de la Cultura.

 

Durante estas vacaciones de invierno puede visitarse Guardianes de la cultura en la Fundación Andreani en el Distrito de las Artes del barrio de La Boca. Los generadores de este proyecto, Iván Kerner y May Clerici, recorrieron escuelas rurales por las veititrés provincias argentinas y, en cada una, realizaron actividades artísticas con los alumnos.

El Gran Otro asistió a la inauguración el pasado jueves 18 de julio. En esa ocasión, Iván y Mey contaron sobre su trabajo alrededor del mundo y su posterior experiencia en nuestro país, cuyos resultados pueden vislumbrarse en esta muestra.

«Nosotros tenemos una organización que se llama Pequeños Grandes Mundos, con la cual dimos talleres de arte para más de diez mil chicos y chicas en Argentina y también (previamente) en otros treinta y dos países de América, Asia, África y Europa. Dimos talleres de arte gratuito en escuelas, hospitales de niños, orfanatos, bibliotecas, centros culturales, en la calle, en desiertos, selva, montañas muy altas, por todos lados.» contó Iván.

 

 

Mey agregó: «Teníamos ganas de hacerlo acá en Argentina. Cuando pensamos el proyecto decidimos que íbamos a hacerlo específicamente, en este caso, en escuelas rurales. Teníamos ganas de pensar en un ciclo que finalmente terminó siendo una semana en cada escuela (…) una semana especial de arte donde pudieran disfrutar cada día de una actividad artística diferente en escuelas donde muchas veces no tienen plástica porque no tienen materias especiales. Contamos con el apoyo de Red de Comunidades Rurales y de APAER que nos ayudó con la logística, a elegir las escuelas, a contactarlas. También tuvimos el apoyo del Fondo Nacional de las Artes e hicimos un financiamiento colectivo. (…) Simbal, que es una marca de productos para pintar y para dibujar, nos donó todos los materiales para las escuelas para dar los talleres. Pequeño Editor, que es una editorial argentina, nos donó muchos libros para poder llevar a cada escuela.»

Iván y Mey, al pensar su proyecto, se plantearon los «…pilares de Jeniffer Groth: comunicación, colaboración, creatividad y pensamiento crítico.» Propusieron la creación de un cuento, «una historia que de algún modo diera cuenta de su comunidad. las historias fueron creadas de forma grupal con todos los chicos de las escuelas primarias, les decíamos: ustedes van a hacer un libro, un libro de verdad, que va a quedar acá en la escuela. Entre hoy y mañana van a crear una historia y la van a ilustrar. Los chicos abrían los ojos muy grandes, se reían de nervios, de emoción, un poco sin creerlo del todo al principio. No pasa tan seguido que en las escuelas los chicos tomen un rol tan activo y se conviertan ellos mismos en autores, en creadores.»

«Les contábamos que luego lo leerían chicos y chicas de otros lugares», siguió Mey. « La idea era entonces es que contaran cosas que ellos quisieran de ellos mismos, algo bien de ahí, de ese lugar, que pudiera tener puntos en común con otros pero también un montón de particularidades. (…) Los chicos naturalizan, todos naturalizamos lo que tenemos a nuestro alrededor, y muchas veces nos decían que no tenían nada especial que contar de su lugar. Entonces les proponíamos que dijeran en voz alta todo lo que formaba parte de su vida y nosotros anotábamos en el pizarrón, los quehaceres de sus familiares, los animales, la vegetación del lugar, las leyendas, las celebraciones, las personas de la comunidad y todo lo que se les ocurriera. De todo ese material plasmado ahí en el pizarrón iba a salir la historia y toda historia tiene un protagonista que nosotros en este caso llamamos Guardián de la Cultura.»

«Tanto el guardián como los otros personajes del cuento eran construidos con maderas, piedras, semillas y demás elementos del entorno» continuó Iván. «También hacían ilustraciones que finalmente, junto con las fotos de las esculturas y el texto terminaban de dar cuerpo al libro. Nosotros los diseñábamos en las largas trasnoches de los jueves. lo imprimíamos, lo encuadernábamos artesanalmente y el viernes cuando venían los chicos a la escuela se los mostrábamos. Una copia quedaba en cada escuela y otra igual iba a la escuela siguiente. Pasaba algo genial cuando el último día, que era cada viernes, hacíamos una exposición con todo lo hecho esa semana en los talleres. Invitábamos a las familias y a toda la comunidad a acercarse a la escuela.»

Para finalizar, Iván contó que están en la búsqueda de fondos para hacer un libro que recopile estas veintitrés historias y poder distribuirlo en escuelas y bibliotecas públicas.

Dijeron algunas palabras Federico Chevallier, Presidente de Red de Comunidades Rurales; María Rosa Andreani, Directora de Fundación Andreani y Karina Castiglioni, Gerenta de Fundación Andreani. Los tres coincidieron en resaltar el valor del trabajo realizado por Iván y Mey, orgullosos de haber formado parte y, cada uno a su manera, haber aportado para que este Proyecto se concrete y hoy se traduzca en una muestra.

A diferencia del hombre de hojalata de El Mago de Oz, que sólo deseaba recuperar el suyo, estos guardianes tienen la suerte de poseer un corazón lleno de lo que los chicos eligieron poner para darle vida. El corazón como dueño de tantos tesoros de sus comunidades, que dan vida a las creaciones que, gracias a Fundación Andreani, viajaron hasta Capital Federal y volverán a su lugar de origen para continuar su labor como cuidadores de la cultura.

 

 

Guardianes de la Cultura puede visitarse hasta el 4 de agosto.
Acceso libre y gratuito, de martes a domingo de 12 a 18 horas.

Fundación Andreani
Av. Don Pedro de Mendoza 1981, Distrito de las artes, La Boca.
Se realizarán talleres para chicos, de martes a viernes a las 15 hs, y los sábados y  domingos a las 11 y a las 15, con previa inscripción.

 

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