HERODES RELOADED
Dramaturgia, actuación y proyecto artístico: Emilio García Whebi
Dra. Raquel Tesone
Fotos: Nora Lezano
Herodes habla de un sistema, el capitalista, que amasa la infancia domesticándola con los juguetes que fabrica el consumismo para engordar al mercado. Nos habla de como ese sistema capitalista disciplina cuerpos modelando y reprimiéndolos. Herodes representa el filicidio, la violencia del poder y la alienación al poder que regula y normativiza nuestros deseos. «(….) Ese cuerpo fue un territorio a ser invadido, conquistado y colonizado con la misión de imponerle nociones de cultura (…), para así transformarlo en un espacio ajeno a su propia subjetividad» – ese cuerpo no es de nuestra total propiedad. Es un cuerpo que pertenece a los deseos de los padres y a los avatares de una cultura y una época. En tono irónico, Herodes Reloaded nos golpea y provoca un cuestionamiento sobre la modalidad de dominación capitalista que se instala hasta en nuestros vínculos, infiltrándose en las relaciones entre padres e hijos y en el sostenimiento de una institución: la sagrada familia; herramienta de los discursos de poder (discurso religioso, político, médico, educativo…) «Digámoslo, los niños son rehenes de sus padres. Económicos, afectivos, sociales y sexuales (¿o acaso debemos recordar el enorme porcentaje de abusos sexuales intrafamiliares?»- y señala que es un dato estadístico flagrante tanto en clases bajas como en las altas; agregando que el “80% de los niños violados lo han sido por sus papitos y/o mamitas”.
Con muchos toques de humor ácido y sarcasmo, como cuando Herodes hace una advertencia: «No sometáis a vuestros hijos, recordad que serán ellos quienes elijan vuestros geriátricos», logra generar carajadas en el público como una forma de catarsis del impacto recibido.
García Wehbi apoya su crítica social en la filosofía, la psicología (Fourier, Foucault, entre otros) tanto como en diversos mitos. Los fragmentos de la película Emperor Tomato Ketchup con fondo del tema musical Souzousuru Neji del grupo femenino punk japonés Nisennenmondai, mientras se rompen a martillazos los juguetes, símbolos del capitalismo, es otra invitación a la reflexión crítica, por lo que podemos afirmar, que esta obra es de un profundo cuestionamiento social.
El Gran Otro lo entrevistó para ahondar sobre su performance y algunos de los temas en los que trabajo para llegar a su realización.
¿En que te inspiraste para la realización de Herodes Reloaded?
Me interesa tratar unas citas de la cultura occidental, revisité muchos las tragedias griegas, a Shakespeare, ya que estos elementos están muy instalados en nuestra cultura. La Biblia también es un gran relato que tiene que ver con la cultura, historias y situaciones, los mitos bíblicos me llevaron a hacer una reflexión sobre la infancia, sobre el regreso a los mandatos de occidente y del capitalismo. Los movimientos que aparecieron en los 60 y 70 se han ocluído, y se recuperaron los valores que fueron puestos en crisis, como el valor la institución familiar. Hoy parecería que esa crisis no existió y vemos que se reproducen construcciones del capitalismo más conservador como si la historia de Occidente, no hubiese atravesado por un momento de crisis. La paternidad y el tema del los hijos, me resultó interesante. Leí un libro, «Álbum sistemático de la infancia» de dos psicoanalistas franceses de los años 70 de Guy Hocquenghem y René Schérer, que habla de una estructura libidinal, gozosa, del niño y toman a Fourier, como paradigma de una infancia libertaria y me puse a trabajar sobre eso. Cómo el niño es sometido en todas sus potencialidades y cómo el amor parental no es sino un gesto de disciplinamiento recubierto de un envoltorio rosado. Es decir, de cómo la generación más vieja oprime a la generación más joven y esto es Shakespeare; en Hamlet hay un mandato paterno que manda al hijo a la muerte, el hijo tiene que asumir la palabra del fantasma y termina muerto por culpa. Lo manda a la guerra y las generaciones mas viejas producen filicidio constante, y esa es mi hipótesis de trabajo, también incluyendo materiales del campo de la filosofía y de la psicología.
¿Cuál es la devolución de la Fundación Osde respecto a tu perfomance?
En la Fundación Osde fueron muy receptivos. La curadora María Teresa Constantin la conozco desde hace mucho tiempo, ya participó en otro proyecto mío en una intervención urbana, la invité como crítica artística para que diera su punto de vista. Hemos compartido diferentes proyectos.
¿Cómo estableces la relación entre infancia y capitalismo en tu performance?
Me pregunto de qué modo el niño funciona como una prenda de mercado, y los padres también. Me interesa mostrar cómo uno como padre es productor del sujeto de mercado.
¿Porque son lo adultos que rompen los juguetes si son ellos que los compran?
Sería complejo hacerlo con niños, sería peligroso, sería difícil en términos legales. Tampoco está planteado de esa manera, porque quizás los adultos que rompen todo son los niños que quisieron ser o que aún siguen siendo niños y se siguen rebelando. La potencia del cambio está en la niñez y la niñez no es una cuestión epocal o temporal, sino que también puede ser un gesto de adultos. Hay interpretaciones varias, no es algo tan cerrado, o la polisemia que puede aludir a muchas cosas, pero el adulto rompe las cosas como un niño que se rebela frente a esos mandatos.