Cada dos años Italia se prepara para recibir miles de visitantes. Venecia, protagonista y anfitriona,  es el punto de convergencia de miles de personas que asisten a una indeclinable cita con el arte: la Bienal de Venecia, en su 56° edición con el nombre «Todos los futuros del mundo», abrió sus puertas hasta el 22 de Noviembre.  Participan  89 pabellones de diferentes países y esta dirigida por el crítico de arte nigeriano Okwui Enwezor.

Se trata de una edición que pretende provocar en el público una reflexión sobre los problemas que aquejan al mundo en un momento de la historia que no es el mismo en todas partes.

Este año, el jurado concedió el León de Oro a la mejor participación nacional a «Armenity/Haiyutioun» de la República de Armenia. Una decena de artistas armenios de la diáspora se abocaron a plasmar la resistencia, la fuerza y la capacidad para encontrar un nuevo soplo vital en este año, en que se conmemora el centenario del genocidio armenio de 1915.

El León de Oro al mejor artista fue para la estadounidense Adrían Piper, por «The Probable Trust Registry: The Rules of the game # 1-3» y el León de Plata al mejor artista jove, fue para el sucoreano Im Heung-soon por su obra «Fatory Complex». Finalmente, la Bienal honró con una mensión especial a la estadounidense Joan Jonas de casi 80 años, considerada una importante artista, cuya obra ha influido en la historia del arte. Su instalación en video « The come tu us without a word» -se puede ver en el pabellón de los Estados Unidos- defiende la fragilidad de la naturaleza, «No se trata de que los artistas se interesen más por la política, sino de que se sienten más responsables por el mundo en el que viven».

El León de Oro al conjunto de obra, fue atribuido este año al ghanés El Anatsui, uno de los más grandes artistas africanos vivos, cuyas obras estan inspiradas en las tradiciones culturales africanas que conjuga con búsquedas estéticas contemporáneas y han sido expuestas en los más grandes museos del mundo.

Por otro lado, la crítica del sistema económico mayoritario y el compromiso político, medioambiental y social han inspirado a muchos de los artistas presentes en esta gran muestra de arte que encierra la Bienal. Se destaca el brasileño Vik Muniz, llegado en 1982 a Nueva York, y dice ser «sensible a la cuestión de la inmigración», afirma que le afectó mucho el accidente en 2013 cerca de Lampedusa, donde 400 migrantes provenientes de África, murieron ahogados.

Una vez más el arte invita a pensar, a mirarnos y a mirar al otro través del arte.

 

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