Por Margarita Gómez Carrasco

La obra de teatro La Señora Klein  trata la conflictiva relación entre madre e hija. Esta pieza, dirigida por Eva Halac, fue escrita por el reconocido dramaturgo Nicholas Wright que, fascinado por la vida de la psicoanalista Melanie Klein, articuló el psicoanálisis y el teatro para hacernos bucear por los laberintos del inconsciente. La lectura de la obra teatral va mucho más allá de la relación madre‒hija; quedan al descubierto cuestiones relacionadas con la ética y con el seguir el propio deseo, con el saber ser madre y con las relaciones de amo. Un mar de culpas y pasadas de factura se dirimen en esta excitante obra.

Las personalidades de tres mujeres tensan las escenas, haciendo que el sentido del tiempo se diluya en la butaca. La historia transcurre en la casa de Melanie Klein en Londres, en el año 1934, donde también sobrevuela el fantasma de la muerte de su segundo hijo. El nudo central gira en torno a una carta escrita por su hija Melitta a su madre, que cuando llega a destino no es leída. El tejido de la misteriosa trama marca el final del proceso del destete, metáfora del destierro forzoso al que a veces somos impelidos por una madre en pos de nuestro crecimiento y de encontrar una verdadera identidad.

La Señora Klein, con su dureza, dice verdades: «Una hija debe ir más allá que su madre» y con esa frase nos hace pensar en la superación, en encontrar el propio camino, en la inmortalidad. También reafirma la enseñanza freudiana de que una madre haga lo que haga, siempre lo hará mal. Con eso, el maestro nos quiere decir que no existen fórmulas, ni manuales, que enseñen a ser una buena madre. La Señora Klein antepone su vocación, su deseo, a cualquier situación: en el momento en que ella está atendiendo en su consultorio, literalmente, no está para nadie más, jamás responderá el teléfono o abrirá la puerta. ¿Será el destino de los grandes sacarse el corazón y, a la hora de decidir, optar por el propio deseo que, en cierta forma y al decir nietzscheano, es como vivir en el frío del desierto?

El elenco está formado por tres mujeres; son pocas las veces en las que uno puede decir: «Esta es una obra actuada de forma magnífica, con total maestría», como es el caso de María Leal interpretando a la Señora Klein, Fabiana García Lago a Melitta y Laura López Moyano a Paula, también psicoanalista. Excelente dirección, vestuario y escenografía.