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Mariano Sardón Percepción, lenguajes y construcción de mundos

por Mercedes Casanegra
Mariano Sardón (Bahía Blanca, 1968), referente de las artes electrónicas en la Argentina, es autor de obras como Morfologías de la mirada (2012), Variaciones de lo invisible (2011) y Diálogos no euclideanos (2010), entre otras. En una corta entrevista con el físico y artista pretendimos vislumbrar su pensamiento en torno al tema de la mirada, no solo en tanto trampolín que interviene entre la obra y el espectador, sino también en tanto medio de apertura al conocimiento del mundo y de la realidad a través del arte. Sin embargo, ese tema se fue encadenando con otro y luego con otro, sucesivamente, hasta tejer una red de migraciones móviles y constantes entre disciplinas —ciencia, arte, tecnología, filosofía—, cuyos vínculos no hacen otra cosa que ampliar visiones sobre el mundo.
En el comienzo de nuestro diálogo con él subyace el interrogante sobre la diversidad de lenguajes artísticos, dentro de los cuales las artes electrónicas ocupan hoy un espacio significativo. A partir de allí, nuestra pregunta recae sobre cuál es su modo de considerar la mirada del espectador en obras que  utilizan un lenguaje más ligado a la tecnología que a la
tradición de las artes visuales. La respuesta de Sardón refiere a que los temas con los cuales suele conectarse son aquellos que hacen a la ciencia y al arte, aunque no queden solo  circunscriptos a esas esferas. Desde ese lugar, se concentra en el campo de la percepción porque le interesa el campo de la experiencia de estar en el mundo —el ser y estar ahí— y de conectarse con el mundo, como también construirlo.

Su primer campo de proveniencia es la física, sin embargo, fue el arte la disciplina que lo proveyó de modos de expresión y materialización de estrategias diversos a los del área científica. Por lo tanto, el científico-artista ha encontrado toda una red de migraciones y aperturas entre un campo y otro. Esto se evidencia también en el área del sentido de las palabras, según estas jueguen en un espacio y en otro. «Construimos el mundo con palabras». En Morfologías

de la mirada, trabajo realizado junto a Mariano Sigman, neurocientífico, se advirtió el funcionamiento de las palabras tanto en el medio técnico-científico como en el poético. Al referir a la investigación de la gestualidad del rostro, de determinados microgestos, como ejemplo, Sigman nombró la advertencia del «fragmento de la tristeza», a la cual siguió la ineludible interpretación metafórica y poética de esa expresión verbal.

Se encuentran otros ejemplos en el área de construcción de los procesos cognitivos, entre otros. Todo ello conduce a una interacción permanente entre nuevas ciencias, arte, diseño y más. Sin embargo, el artista señala un tipo de alerta —cuando se es protagonista de estas migraciones— que consiste en ser conscientes de los bordes de esas mismas disciplinas que delimitan un campo y otro. Allí es donde Sardón cita una expresión acuñada por Esther
Díaz: la «vigilancia epistemológica», que designa el estar atentos al campo de pertenencia que otorgan las especificidades de cada una de las ciencias o las artes. Es decir, una toma de conciencia de estas, al instante de tender cruces con otras prácticas y teorías en el momento de construir una nueva obra, o formular teorías o pensamientos.
Nuevamente, una obra como Morfologías…, una vez concluida, transita diferentes espacios como galerías de arte o congresos neurocientíficos, dada su proveniencia desde distintos espacios disciplinares. Fue realizada en un laboratorio de neurociencia de la UBA, pero lo que se muestra obedece a una decisión estética. Sin embargo, no pasó nunca por un taller de arte.
Para el cierre, hacemos una reflexión que pretende diferenciar la desarrollada apertura de canales entre ciencias y artes frente a la contemporánea hiperextensión del campo de la información. Esta puede conducir al engaño de creer que se conocen muchas cosas. Mariano Sardón responde que esa es una fuerte prueba realizada al nivel de conexión con la vida que cada uno tiene.
Es decir, se trata de una decisión personal desde el anclaje que tenemos con la vida. El eje es la consciencia de la elección. «Para mí, podrían pasar un millón de datos delante de mí, pero no me importan. Me importa el que tiene sentido para mí. Uno podría quedar desmembrado por completo, en los océanos de la información. La prueba más fuerte sería la diseminación total o, de lo contario, uno se ancla en una elección desde su propia constitución vital»