Maya Ponce, artista ecuatoriana radicada en Argentina y directora de IntraNOS, nos cuenta sobre su obra, las presentaciones en los Encuentro Nacionales de Mujeres, sus procesos de creación y como se prepararon para la presentación en el FAUNA (Festival Artístico de la Universidad Nacional de las Artes).   

 

¿Cuándo comenzaste con la obra?

Fue en una clase de fotografía con Alejandra Niedermaier (2016). Vi las fotos de Misha Gordin. En esa clase vimos mucha obra de distintos fotógrafos, pero las fotos de él me parecieron, de repente, lo más poético que había visto.

Tenías algo en mente desde lo corporal y las fotos cerraron un poco ese mundo o partiste de ver esas fotografías.

Aparecieron desde ahí, después seguí leyendo y viendo más fotos de él. Luego pensé que quería hacer algo con espaldas, pero en movimiento.

 

 

¿Las secuencias de movimientos partían de eso que vos veías ahí? ¿O fue una experimentación aparte?

En la cabeza tenía una idea, apareció muy rápido a partir de la foto, ya sabía que «esto se va a mover, así», como si lo que está sucediendo ahí (en la foto) seguiría en el tiempo; sería esto. Algo así fue mi relación con esas fotos.

¿Y nunca le escribiste para contarle lo que hiciste a partir de sus fotos?

-Si.

– ¿Y…?

Me dijo: «muchas gracias por decirme esto Maya, es muy importante para mí saberlo y te deseo que todo vaya muy bien.»

El nueve de marzo (2018) fue el estreno, el 10 de marzo estaba en mi casa después de tener la primera función en mi vida como directora.  Estaba en una que me sentía muy rara, estaba nerviosísima. De repente, me llega un mensaje, diciendo: «espero que todo vaya muy bien y que encuentres tu camino». Ahí fue que me puse a llorar, entendí que se lo tomó en serio, que sabía que fue el estreno, fue muy importante, Ahí entendí que había mucha gente sosteniéndonos.

Todo lo estábamos gestando entre nosotras, que fueron mis amigas, mi primer sostén: Ilda (Ilda Mariana Di Silverio), Yas (Yasmín Jacobo), Lu (Luciana Schmit) y Belu (Belén Giménez) (y en su momento, antes de Belén estuvo Malú Sales.). La obra la veníamos sosteniendo entre nosotras, pero aparecían estos seres, que eran una buena señal. Después aplique a un premio de la facu (UNA) y fue otra. Medio que en un trip místico flasheaba con que el camino se estaba abriendo para que pueda hacer esto.

 

 

¿Cómo fue el proceso creativo?

Empezó por una imagen mental de espaldas moviéndose de una determinada manera, (todo a partir de las fotos de Gordin) en un principio lo veía en blanco y negro, pero sabía que en la realidad no lo podía generar. Pensaba en una falda muy gigante larga, luego eso pasó a ser faldas individuales. Siempre en un minimalismo, que no haya muchos objetos. Que se vea la piel, me llama mucho la piel. Me interesa mucho como se ven los huesos, los músculos.

Después, el proceso de creación de danza era pasar esa imagen que tenía en la cabeza al cuerpo de ellas, pero sin decirles que hacer. Llegamos a un lenguaje en común, a partir de un estado de total recepción, como un estado donde bajas el umbral y estas más pendiente de escuchar como el resto se mueve y a partir de ahí reaccionar.

Es llamativo que sea escuchar cómo se mueven y no mirar.

Sí, porque trabajamos mucho el escuchar. Me interesaba que, de cierta manera, la visión se vuelve mimesis, se vuelve copia y quería buscar otros sentidos que permitan construir un grupo, que no sea solo por como veo, no porque eso no valga, sino porque lo otro es tan importante como la vista. Tuvimos un año de entrenamiento en eso y luego dos años de funciones con ensayos para seguir entrenando eso, porque no es fácil, realmente tienes que entrar en un estado que te permita percibir esas cosas.

La improvisación en esta obra es el tema en sí, el concepto, por eso es IntraNOS porque quería investigar, que hay entre las personas, mas allá de las formas convencionales de la comunicación. Como generar un nosotras sin decir: «bueno nosotras hablamos de este tema y somos este grupo…» sino, que pasa ahí, cuando estas en presencia de la otra persona y como tú podrías comunicarte sin decir nada. Por eso hay algo de como usamos la respiración, por ejemplo. La respiración empieza a ser una forma de comunicación en la obra, yo sé dónde está la otra persona porque la escuché respirar.

¿Cuándo arranco la obra?

En 2017 tuve la primera reunión con las chicas.

¿Cuántas veces la presentaron?

Casi 20 funciones en 2 años.

 

 

¿Cómo fue la experiencia de presentarla en el encuentro nacional de mujeres?

Fuimos dos veces, la primera vez fue en Puerto Madryn (2018) fue muy potente, era la primera vez que iba a un encuentro, entonces incluyó toda esa emoción, pero por laguna razón, el público se emocionó mucho más, hubo otro tipo de potencia. Todas nos emocionamos, fue bastante potente el contexto de por sí.

Y el otro fue en La Plata.

El otro fue en La Plata (2019), en un lugar enorme, que hubo como 200 mujeres y que también ahí yo estaba muy tomada por lo que estaba pasando en Ecuador en ese momento, entonces, no podía realmente, estar del todo en ese contexto. En mi ser había algo más grande que estaba sucediendo, más allá del encuentro.

¿Cómo ecuatoriana como lo viviste, qué pasa con la situación en Ecuador?

Sentía demasiada velocidad e intensidad en lo que sucedía, e impotencia, sobre todo por saber que lo que pasaba en el gobierno de allá, porque no toma sus propias decisiones. Me daba mucha pena, por todas las personas de allá, hay tanta violencia y sobre todo porque hay gente que de verdad cree que es necesaria tanta violencia y eso es lo que te da pena. Que haya gente que está manejando una fiesta donde matan a millones y hay gente que está ahí arriba diciendo: «si hagamos esto y llevémonos los recursos cuando se pueda».

Ese día volví en tren sola, desde La Plata. Llore todo el viaje en tren, porque es tan triste que sea así, que mucha gente lo sepamos y que no podamos hacer nada. Y que mucha gente no lo sepa y que no lo quiera creer por más de que se lo digan. Es una situación de impotencia con la que hay que aprender a vivir o encontrar los medios para encausar cosas que sean copadas. Lo que me pasó ahí, fue que entendí que mi lugar era ese: Estar en La Plata y llevar una obra y hablar de eso.

¿Qué pasa con el diseño sonoro?

Todo fue un proceso de ir sumando y luego restar algunas cosas. En un principio trabaje con unos amigos: Francisco Cossavella y Damien Poots, que son tremendos músicos. Las primeras funciones tenían música en vivo, con ruidos y frecuencias. Después, en ciertos puntos de la construcción se complicaba ensayar, empezó a ser un elemento que no estaba compenetrado con lo que hacían los cuerpos, necesitábamos otras disposición, entonces ahí resolví solo disparar frecuencias que están dentro del rango (del oído humano) utilizando un generador de frecuencias que me enseño  Francisco, él utilizaba ese programa en las primeras funciones.

Para el FAUNA va a estar Erico Schick en el diseño sonoro, usando un sintetizador, respetando la misma idea minimalista, generando frecuencias con pocas variantes para generar determinados estados.

¿Qué te parece participar en el Fauna (Festival Artístico de la Universidad Nacional de las Artes)?

Me da bastante ternura y alegría, me parece muy bello el trabajo de la gente de la universidad que hace un festival tan grande, me parece hermoso todo ese trabajo, de generar algo súper profesional para sus estudiantes. En lo personal, es cerrar un ciclo. Siento que mis imaginaciones ya no van tanto para IntraNOS. Me vuelvo a Ecuador entonces es nuestra función final y lo vamos a hacer impecable.

Las almas de IntraNOS son: David Seiras en luces, Erico Schick en sonido, Santiago Bone como asistente. Las intérpretes son: Ilda Mariana Di Silverio, Yasmin Jacobo, Luciana Schmit y Belén Giménez. Dirección: Maya Ponce.

 

 

Para ver más trabajos de Maya Ponce: https://www.instagram.com/disolutio/  – https://vimeo.com/disolutio

Fotografías: Mili Morsella: https://www.instagram.com/milimorsella/

 

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