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20 julio, 2012

Con motivo del 35 aniversario de la Institución Psicoanalítica Mayéutica, entrevistamos a la psicoanalista Diana Voronovsky, miembro analista, presidente entre 1992 y 1998, en una charla sobre los objetivos de la institución, el porqué del nombre y la concepción del analista desde la cual parten.

Por Alejandra Santoro

Sus treinta y cinco años de constante labor por el camino de la praxis psicoanalítica, compartida con quienes estrechan un lazo común en torno de las enseñanzas de Freud y Lacan, hacen de Mayéutica una de las instituciones lacanianas más antiguas local e internacionalmente. Desde su fundación, trazó su objetivo esencial: la formación de analistas a partir del saber que es necesario cultivar para encauzar una clínica lacaniana.

 

El término «mayéutica» proviene de la palabra griega maieutiké, que se traduce como obstetricia, el arte de quien que se ocupa del parto o del «arte de hacer nacer». Luego, a partir de un juego de palabras, mayéutica significó «el arte de hacer nacer o dar a luz al humano pensador», una técnica que consiste en interrogar a una persona para hacer que llegue al conocimiento a través de sus propias conclusiones, y no a través de un mero conocimiento aprendido o preconceptualizado.

Efectivamente, esa es la idea directriz que hemos tomado para dar cuenta del modo según el cual entendemos la formación de un analista, que se enlaza a la función del análisis, en la medida en que se dirige la cura y no al paciente.

El psicoanalista no tiene una teoría sino un modo de articularse a ella, no aplica una teoría reencontrándola en el analizante, sino que debe no saber sobre este, a los efectos de conducir la cura de modo tal que él mismo llegue a la dilucidación de su implicación. Se trata de estar advertido de sus síntomas pero en relación con el deseo y el goce que lo habitan y que dan lugar a su sufrimiento, a fin de que pueda llegar a hacer otra cosa con aquello que prestó su causa a su padecer.

La institución cuenta con un logo muy particular. ¿Cuál es su significado?

Se trata de dar cuenta, mediante este grafo, de la reticulación, por un lado, esto es, las relaciones en red dada por la multiplicidad de artificios que la institución propone a sus miembros y a la comunidad en general. Se trata de la red que implica y teje, por otro lado, la relación con las instituciones convocantes de la Reunión Lacanoamericana y de la Convergencia, Movimiento Lacaniano por el Psicoanálisis Freudiano. Tanto de una como de la otra, Mayéutica ha sido fundadora, junto con otras instituciones y escuelas de la Argentina y del mundo. Todas estas son multiplicidad de significaciones que se metaforizan en un significante maître que Roberto Harari y los colegas que fundaron Mayéutica en el año 1977 encontraron adecuado para decirlo en el logo y el nombre de la institución.

¿Cuál es el objetivo esencial de Mayéutica?

El objetivo se escribe en documentos que sostienen las Designaciones de Miembros Analistas (MA) en Mayéutica —de vencimiento temporal—, así como su consolidación en la institución, donde los así designados deben dar sus pruebas de formación suficiente. Momento de crecimiento sostenido de miembros, adherentes y participantes —algunos residentes en ciudades del interior y del exterior del país—, nutriéndose de la formación permanente puesta en juego entre los que componemos Mayéutica, donde rige el Documento de las garantías.

Se trata de la formación del no-todo analista, la cual es permanente, no académica ni burocrática, ya que no hay un título a alcanzar que habilite formalmente.

El objetivo es propiciar, para todo aquel analista que se interese por encontrar un espacio de formación y de lazo con otros analistas, la posibilidad de cumplimentar el tres más uno necesario para la formación permanente, esto es su análisis personal, el análisis de control, el estudio de los textos rectores de nuestra praxis, y el espacio institucional que da lugar al lazo con la comunidad psicoanalítica en su conjunto.

 

La concepción clásica del alumno sostiene que este es aquel que aún no tiene luz, de ahí el término a-lumno, quien debe ser «alimentado» por aquel que sí tiene conocimientos. Sin embargo, este no parece ser el concepto que Mayéutica tiene de aquellos que se forman en la institución. ¿Cuál es el enfoque que ustedes sostienen respecto de sus estudiantes?

Podría decir que, efectivamente, el término «alumno» no lo consideramos el más feliz, dado que la «luz» no es el atributo que responda a alguna categoría del psicoanálisis. En cambio, consideramos y tomamos en cuenta las diferencias en el tiempo de la formación y el modo de implicarse en la praxis del psicoanálisis.

Tampoco el término «estudiantes» nos parece pertinente, dado que, en un sentido, todos somos estudiantes de la obra de nuestros maestros y no marcamos en esa dirección diferencia alguna, pero hay algunos que están en condiciones de orientar una enseñanza y otros no. Es por esta razón que llamamos «participantes» a los que encaran una formación en nuestro Programa de Formación.

 

Muchas veces la teoría y los saberes quedan cristalizados, y las prácticas, sujetas a conceptos que se encuentran en desuso. ¿Considera que es necesario remover e interrogar la teoría psicoanalítica, para poder ir avanzando en la práctica?

La interrogación de la teoría es considerada estructurante de la misma teoría; las preguntas que la habitan es preciso formularlas. Para resolver las cuestiones cruciales que la praxis psicoanalítica nos brinda, es necesario un cuestionamiento permanente de sus formulaciones. Nuestra disciplina no esta constituida por saberes terminados, acabados o completos; se trata de una praxis cuyo propósito es el análisis del discurrir analizante; la relación teoría-práctica tiene un vínculo de mutua imbricación; no hay relación sexual entre teoría y práctica, ambas se van entretejiendo en la experiencia del análisis y la dirección de la cura. Entendemos que no hay análisis posible si el analista no es el único responsable de su palabra y de la conducción de una cura. Allí se hace acreedor de una responsabilidad que implica una inversión: autorizar el psicoanálisis en el mundo, su circulación, no sin una novación permanente que significa, además, una invención.

 

¿Cómo deberían ser la figura y el papel del analista para Mayéutica?

Los lugares en la institución se sostienen en y por la producción, y no por haber «llegado» a un Olimpo del cual nunca se desciende. En esa dirección consideramos que no hay un deber-ser, sino un deseo de cada analista en la vida institucional. Cada uno dará o no sus pruebas en los artificios para ello diseñados. A tal fin, la institución se remite a los documentos de Designación y del Órgano de Garantía y de Designaciones que rigen en ella.

 

En la página web de Mayéutica, se realizan algunas publicaciones donde van discurriendo diferentes conceptos psicoanalíticos. ¿Cómo consideran y qué importancia tiene la escritura desde su práctica?

La función de la escritura forma parte de los diversos modos de transmisión del psicoanálisis. De hecho, tanto Freud como Lacan se han transmitido en la Argentina, al menos, sólo por el escrito. Vale decir que es múltiple la función de la escritura en el psicoanálisis; sin ir más lejos, y para tomar una incidencia de lo epocal en la transferencia de trabajo, por ejemplo, nos encontramos con el funcionamiento de numerosos grupos de trabajo de asociaciones pertenecientes a la Convergencia, que trabajan y se comunican por e-mail. En esa condición de escritos los trabajos se «suben» a la Web, siendo los encuentros personales limitados a congresos, coloquios etc. Se transmite por el escrito, con sus características singulares, ya que no remplaza a lo presencial tal como se da, por ejemplo, en la transmisión oral.

Ahora bien, la escritura como medio de transmisión es dable separarla de la función de lo escrito, como así también de aquellos analistas que ponen en un libro los trabajos presentados a lo largo de su recorrido pero que, a mi entender, en muchos casos, no pueden ser considerados escritores, aunque se transmiten por el escrito.

Dado que nos importa la mayor circulación posible de las ideas, el significante circula, tiene que difundirse, recordando —por supuesto— una insistencia advertida de soslayar la banalización de los conceptos fundantes.

Recordemos que la extensión es una experiencia que se funda en la intensión, pero siempre tomando la palabra. Es por ello que, en la historia del movimiento psicoanalítico, la transmisión reconoce lo oral y lo escrito; eso sí, nuestra praxis reconoce en los escritos el modo de transmisión tanto de Freud como de Lacan; en lo oral, la homofonía por el sonido puede dar lugar a la equivocidad propia de lalengua; el escrito entonces deviene el camino obligado de la intensión a la extensión, pero en la extensión no se funda el psicoanálisis.

En Argentina se trabaja de un modo serio, y con referencia documentada y fundada a las obras de los maestros, obras donde restan aún muchos territorios vírgenes que nos aguardan, para decirlo sexuadamente.

La experiencia analítica permite aprehender a su término (¡Lacan no se cansaba de repetirlo!) que la letra en su lógica no puede verdaderamente encontrar su lugar sino allí donde la persona de su escriba se ha retirado. Es a esta cita con los lectores de Lacan que, a su turno, sus alumnos de la generación precedente son invitados: pasar a un discurso sin habla, sin el habla de Lacan. Verba manent, «las palabras permanecen», contrariamente al adagio aquel que reza «las palabras vuelan, lo escrito queda»; las hablas permanecen fijadas al acontecimiento que ellas determinan en la historia singular de cada uno. Pero los scripta vuelan y se transfieren.

 

¿Qué es Convergencia, Movimiento Lacaniano por el Psicoanálisis Freudiano? ¿Cuál es la función de cada organización miembro de Convergencia, como lo es Mayéutica?

Convergencia es un movimiento internacional fundado en Barcelona en 1998 y que agrupa asociaciones de Francia, Italia, EE. UU., Brasil, Uruguay y Argentina. Su condición es alojar los diversos modo de articularse al psicoanálisis, vale decir que se converge en las diferencias, lejos del discurso amo hegemónico, sin marcarle a cada institución cómo debe estar constituida, sino tomando en cuenta toda la heterogeneidad habida y por haber, aquí y en todas partes del mundo.

Es mediante el sostén de las actividades institucionales regulares que, en cada ciudad, en cada provincia, en cada estado, en cada país, en cada región, en cada continente, dan cuenta de los actos de efectivización de la Convergencia. Entonces, se crearon Comisiones de Enlace —con designaciones limitadas en el tiempo, y sin jerarquías internas— en tales distintas instancias, las que realizan, en primer término, la difusión de todas las actividades programadas por las instituciones participantes de la Convergencia. Desde ya, las Comisiones de Enlace pueden a su vez organizar nuevas actividades, vale decir, más allá de las planteadas por sus propias instituciones —mas dependiendo de estas—, y enlazadas, eventualmente, con las de otra ciudad, provincia, país, región y/o continente —en tanto pertenecientes a la Convergencia—, y siempre de acuerdo con las modalidades organizativas que las circunstancias (tan diversas) aconsejen como las más pertinentes para la ocasión. Por otro lado, las Comisiones de Enlace estarán habilitadas para contactarse con otras instituciones de todo el mundo, a los efectos de acercarlas a la Convergencia. En el mismo respecto, encaran la publicación de textos en forma de libros, revistas, actas, disquetes, CD-ROM, o cualquier otro recurso que se proponga, tanto como la concreción de teleconferencias. En fin, se trata de la instrumentación consensuada de todo recurso válido para la mayor circulación posible de analistas y de ideas.

Se lleva a cabo todos los años una reunión de la Comisión de Enlace General, con representantes de cada institución, donde se trata el orden del día pertinente a esa reunión. Cada tres años, se lleva a cabo el Congreso Internacional de Convergencia, un año en América y otro en Europa. En junio de este año, tuvo lugar el V Congreso, en la ciudad brasileña de Porto Alegre, con una concurrencia de 800 personas y enorme producción de todo el mundo.

 

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Diana Voronovsky

Miembro Analista (MA) de Mayéutica Institución Psicoanalítica desde 1981. Fue presidenta de dicha institución desde 1992 a 1998. Forma parte del Comité Editorial de Redtórica, publicación de Mayeútica y del programa de Formación en Psicoanálisis. Es representante de Mayéutica en Lalengua, órgano editorial de la Comisión de Enlace de Buenos Aires; y representante de su institución en la Comisión de Enlace Regional de la Argentina y del Uruguay. Dicta cursos y seminarios en varios países, y en ciudades de la Argentina y el exterior. Ha publicado en la revista Redtórica, como así también en otras revistas especializadas y numerosas publicaciones; por ejemplo: el libro colectivo La eficacia del inconsciente, El sinthoma, consecuencias clínicas, en la revista Lapsus Calami; ha compilado  libro El control, cuestión para psicoanalistas. Presenta sus trabajos en los congresos de Convergencia, Movimiento Lacaniano por el Psicoanálisis Freudiano, red multiinstitucional de carácter internacional, y de la Reunión Lacanoamericana de Psicoanálisis, desde sus respectivas fundaciones.