Mostrar la historia desde lo intrínseco
Entrevista a Julián Casella
Por Marifé Marcó
El campo de lo político, es donde las relaciones sociales toman forma y se ordenan simbólicamente. Este terreno articulado a la estética fue interpretado por muchos artistas modernos que supieron reflejar diferentes circunstancias sociales. Desde la fotografía, Julián Casella propone un abordaje socio-histórico. Sus ultima producción artística quedó seleccionada para el premio Ayerza , motivo por el cual El Gran Otro lo entrevistó.
¿Cómo se llama esta serie que presentaste para el premio Ayerza?
La serie en es un trabajo antropológico que estoy haciendo. Soy ferroviario, ya había arrancado con la fotografía y siempre me interesó mucho lo social, los trabajadores, lo que tiene que ver con lo político. Empezó bastante lenta la cuestión, el diálogo fue un trabajo diario, intentando armar una relación con los trabajadores de vía y señalamiento, que son los que aparecen en las fotos. Y justamente quienes aparecen en la escena son quienes están día a día en el ferrocarril. Y estar ahí adentro y poder sacar las fotos desde la vía la verdad que es increíble, incluso a mí que estoy acostumbrado hay momentos que me sorprenden.
¿Trabajas con equipos analógicos o digitales?
Trabajo en digital, principalmente por cuestiones casi técnicas, porque estando en la vía con el tercer riel que es de ocho mil voltios y los trenes pasando por los costados es casi imposible hacer una buena foto en analógico que quede realmente bien.
¿Te consideras artista, fotógrafo o ambas cosas?
Creo que soy fotógrafo, no me podría catalogar como artista, aunque tal vez lo sea. Estudio fotografía y genero el material que me interesa, la serie que presenté en el concurso, es muchísimo más compleja de lo que se ve en esas tres fotos. Yo trabajo en la torre que se ve en las fotos, es la torre de control del ferrocarril, vendría a ser una especie de controlador aéreo del ferrocarril. Más allá del lugar en el que me encuentro ahora, siempre tuve interés de la fotografía documental social, pero me gusta imprimirlo en algo artístico, con cierta estética.
¿Cuándo comenzaste con la fotografía?
Con la fotografía arranqué a los 17 años de forma bastante incierta porque no sacaba grandes fotos, pero con el correr del tiempo fui perfeccionándome, hice muchos cursos, participé de muchos concursos y me dio bastante experiencia. Hoy estoy en la escuela del fotógrafo Diego Ortiz Mugica.
¿Cuáles son tus referentes nacionales e internacionales?
Dentro de lo nacional me gusta mucho lo que hace Cymerman Raota pero la verdad es que tomo distintas referencias. De afuera me gusta mucho Sebastián Salgado y Lewis Hine.
Si tuvieras que elegir una serie con la que te sientas identificado, ¿Cuál sería?
La del ferrocarril me identifica bastante y creo que es porque es parte de una etapa de maduración mía, es mi trabajo más fuerte, más serio, y desde ahí voy creciendo también a nivel fotográfico.
Tu serie me recuerda a «la prepotencia del trabajo» de Roberto Arlt, ¿no?
Tiene que ver un poco con eso, hay mucha perspectiva, grandeza, y sumisión. Son como estatuas que están ahí presentes pero también están ausentes. Yo trato de mostrar mi visión desde adentro, lo que no se ve afuera, a veces me pregunto con las fotos ¿a dónde van? Tal vez son como la vía, que va hacia la nada, y en parte la historia del ferrocarril la hacen estas personas, y eso no se ve, no está muy tangible. Estar desde adentro, permite mostrar la historia desde lo intrínseco. La historia ferroviaria es una historia de nostalgia y actualidad.
Más allá de lo estético, se puede leer la serie desde lo político – geográfico, un mapa de territorios.
Sí, creo que sí. Me parece que es un momento en el mundo en el que resurge el sujeto del trabajador, también con polémica. El sujeto del trabajador hoy en día es algo muy interesante, el trabajador va mutando, y una cosa que está en las fotos y que es muy evidente es que cuando uno ve una fotografía de otra época, del 1900, tiene una esencia atemporal, si ves estas fotos pueden ser de retiro de 1910. Es muy mecánico, y hace que tenga una reminiscencia y nostalgia que genera una especie de viaje en el tiempo, y eso es lo que más me gusta a mí.
«Vanguardia, internacionalismo y política» fue según Andrea Giunta (2009) la constelación bajo la cual se situó e instituyó el campo artístico argentino durante el siglo XX. Cuestión que Julian Casella, – artista emergente- trae nuevamente al ruedo, con aire de compromiso social digno de destacar.
