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6 septiembre, 2011

Pausa la distancia requiere descanso, paréntesis en la larga caminata y el pensamiento

Por: Marifé Marcó

Mario Markic ha ganado seis Martín Fierros, sin embargo dice que “no se lo cree” vive como un incansable viajero por los laberínticos caminos de la vida.

Si tengo que pintar con una frase el enigma  que somos, el sentido de la vida, me atreveré  a revelar desde mi experiencia  el secreto que encierra todo aprendizaje, éste  se encuentra En el Camino,  no se trata de haber  alcanzado una meta, sino de la cintura que se tiene para encontrar soluciones y sortear  obstáculos.  Quizás es también ese camino que nos acerca a disfrutar  retazos de felicidad, donde  los pequeños gestos y la buena voluntad cobran estatuto de dignidad.

Pero  En el camino, que en esta oportunidad me  referiré, es más que una frase, es una metáfora, y también el nombre de un programa televisivo que pinta en cuerpo y alma a su mentor y conductor Mario Markic.

 

[showtime]

 

– ¿Cómo nace en El Camino?

– La idea era simplemente hacer viajes y algo tan simple como contar las vivencias de ellos.
Después andando y andando uno va descubriendo cosas que disfruta al viajar, entonces nos descubrimos contando historias como si estuviéramos desde el lugar de las tribus, no se si con la idea de que se transmita, pero si con el afán de no quedársela  para uno,  sino de hacerla un poco mas viva dándola a conocer. La historia en si es chiquita,  pero en definitiva se juntaba con esa vieja historia humana la de intentar relacionarse.

Y en la experiencia de viajar que es también la experiencia de renovarse, y la experiencia de volver del viaje siendo otro de algún modo, de refrescarse, de adquirir conocimientos, de aventurarse un poco a lo desconocido, quedaba el saldo  de esta aventura.
Íbamos  En el Camino  tratando de encontrar alguna explicación de los acontecimientos con los cuales nos encontrábamos,  caminábamos un poco mas allá del simple hecho de viajar y de conocer lugares, es lo que a mí básicamente me ha interesado siempre. La curiosidad periodística por sobre toda las cosas.

– ¿En qué año se lanzaron a  esta  travesía?

-Fue en un verano, en la época del uno a uno, entonces el verano venia tranquilo, por abajo se venia desarrollando todo un mundo y lo que sabemos que termino por explotar en el 2001, esto comenzó en  1996 cuando me dice el gerente de noticias “Mario, anda donde quieras, pero hace notas para el noticiero que tengan aire, que tengan color, que tengan fotografía, que sirvan para recrear un poco el noticiero, -(Porque era verano)- Pero no quiero que vayas ni a Mar del plata, ni a Punta del Este, ni a Pinamar ni a ninguna playa, anda a los lugares que vos quieras y contá la historia que quieras”.

Y así fui, cumplí al pie de la letra. El programa tiene lugares donde uno quiere ir y conocer pero es mas interesante en este caso porque yo podía dar a conocer la experiencia del periodista, de las cosas que quiero transmitir, entonces allí estábamos recabando información tejiendo historias.

– Cuéntanos  sobre tu primer programa.

– El primer programa fuimos a Tierra del Fuego para contar una historia del naufragio en un lugar escabroso al que solo se podía llegar a caballo o con unos cuadriciclos, porque no había más camino. Era la costa y era inaccesible.

Yo me quiera dar ese gusto y fuimos allí, logramos muy buenas historias con personajes que vivían en soledad absolutamente durante todo el año, por eso el aislamiento que tenían. El resultado fue tan favorable, tan bueno, que a partir de ese momento empezamos a viajar mas por la Patagonia contando historias más o menos con esa idea.

Cuando vuelve el gerente, me pregunta si eso no se podía convertir en un programa. Entonces le contesto, Y bueno habrá que seguir viajando en todo caso, un programa de media hora. Esto fue en el año 96, con alguna interrupción en el medio pero que después derivo en lo de hoy: un programa de una hora donde seguimos  haciendo lo mismo, solo que ahora pudimos avanzar mas con la experiencia encima, poder decir que es lo que recibo de la gente, que me preguntan, y como catalogan eso… Que simplemente era para mí,  grabar la experiencia del viaje.

Algo que puedo decir yo, profundizando el programa, es que todo tenemos ganas de viajar y cuando viajamos y lo primero que hacemos al llegar es contar el viaje. Aunque metafóricamente sabemos que el viaje, y el camino es otra cosa, es encontrarte con lo inesperado.

– El  Guión es “Pre” o es “En” y quién lo hace?

-Es “Pos”, “En” también, por ejemplo yo ahora voy a Córdoba voy a hacer El camino real, es una historia muy interesante porque de alguna manera es ir por el vínculo entre El Virreinato del Río de La plata de Buenos Aires y del Alto Perú.

Entonces el lugar donde mejor se conserva es Córdoba, digamos corre paralela a la Panamericana, a la Ruta 9, entonces hay algunos pueblos todavía un poco quedados en el tiempo, aunque no están lejos de Córdoba pero viste como son las cosas.

La riqueza que hay allí va más allá de descubrir viejas cosas, donde pasaron personajes que tienen que ver mucho con la historia de la Argentina, de la mancipación, de la guerra civil, también la historia de los Jesuitas, que no es poca cosa porque en definitiva los Jesuitas eran un misterio y fueron desalojados digamos de la noche a la mañana, entonces esa es la caja fina que hay dentro de la gran historia.

Y yo solo voy haciéndolo, el otro día me compre un libro que se llama precisamente “El camino real” y también estuve en otros lugares que cuenta la historia de las cosas,  o sea que  ya voy con una idea en la cabeza, posponiendo la historia, pero después la realidad me va indicando que va por otro lado.

–  Una vez hiciste  un programa que a mí me llamo muchísimo la atención,  fue cuando fuiste a los Andes, con los sobrevivientes Uruguayos, entonces me preguntaba, como será la trastienda de este programa, porque vi que cruzaban en mula por ríos torrentosos y mientras miraba el programa pensaba , esas escenas  que estábamos viendo no son fáciles de hacer, ¿podés contar ese entramado?

– Sí, claro, no es fácil para nada, es muy complicado. Mirá, yo en los viajes, no todos, trato de no dejar de lado a nadie, porque los que se realizan  dentro de todo el país,  quería encontrar la forma de que nadie se sienta desplazado, o ninguneado digamos, entonces hay algunos lugares que uno cree por la fotografía que están mejor que otros, o ese tipo de cosas, pero la realidad es otra, todos los lugares encierran un encanto particular.  Por eso  trato de ir a los lugares en los cuales  quiero o hacer  historias que a mí me interesan o me quedaron pendientes.

La historia de los uruguayos también es una de las que siempre había querido llegar, y se dio de casualidad, porque un contacto del noticiero apareció con la idea de que podía acompañar a una expedición, donde viajaba uno de los sobrevivientes y ahí fuimos, obviamente, sabíamos que iba a ser difícil y complicado.

Sabíamos también que te queda un cierto revuelto un poco amargo cuando haces el rejunte de todo, porque una cosa es lo que sale al aire, yo no se si a vos te gusto, o lo tomas como un programa interesante por el lado de la producción por lo menos, ahora te digo la verdad, el programa, en varios aspectos sobre todo en imágenes, aun cuando  quede muy conforme con las imágenes, el camarógrafo y yo sabemos que trabajamos al 50% de las intenciones reales que teníamos para mostrar de esa travesía en ese inhóspito lugar.

– ¿Llevaste un solo camarógrafo?

-Claro, un solo camarógrafo.

– ¡Que maravilla!

– Bueno, claro, es un chico que estudio el Aconcagua, ojo.  Es una persona maravillosa por donde lo mires.

– Me  preguntaba cuántas personas estarían trabajando en aquel momento, porque de pronto el programa se había convertido en una película de suspenso, donde esperábamos saber si al final podrían llegar hasta la cumbre, allí donde había caído el avión.

-Bueno, el tema fue el siguiente, nosotros no nos podíamos detener a trazar la edición por razones de tiempo y por el frío, en la noche había que armar las carpas, todo ese tipo de cosas. Fue una experiencia con mucha adrenalina en el sentido de que había que planear y sortear obstáculos en todo  momento.

Por ejemplo, el camarógrafo decía “Espérenme, acá yo me bajo me adelanto y ustedes bajen después” Y nosotros por ejemplo los ríos, los cruzamos unas quince veces cuando al aire salió solo una. Había mas de una mula, y como el que llevaba la cámara no  podía bajarse a cada rato para hacer las tomas,  nos turnábamos,  yo también filmaba mucho desde el caballo. Luego tuvimos que elegirle un caballo que sea igual al mío del mismo color así pareciera que fuera yo. Esas son necesidades, eso tuvimos  que hacer por falta de tiempo, y de presupuesto, todo lo que vos te imagines, entonces ahí están las situaciones de cómo nos ingeniamos para poder hacer una historia en la cual contábamos con muy poco tiempo real para hacer un documental bien logrado, que por otro lado  tuvo mucho debate, toda la gente aun habla.

Sabes qué pasa, en la vida uno tiene que aprender a ingeniárselas, esto les digo a los futuros periodistas, porque yo fui el peor alumno, el más indisciplinado y me fui haciendo en el camino.
Una vez una docente, colega de mi hermana dijo “porque cuenta eso Mario, siendo el ganador de 6 estatuillas” y se enojó, sin embargo una vez se acercó un joven estudiante de periodismo que me dijo; “soy lo que soy gracias a vos”, y yo me quedé pasmado. Y es que estoy convencido que al destino lo forja cada uno, solo hay que encontrar el norte, o dejarse llevar por el camino del deseo. No se si soy un paradigma, aun sigo buscando, buscándome  En el camino.

-Muchas gracias por tu tiempo

A mi regreso medité sobre estas ultimas palabras de Mario Markic, y recordé que me había comentado minutos antes, que también ejerce la docencia  como profesor universitario, entonces se me ocurrió que solo puede enseñar o intentar transmitir un concepto quien se deja atravesar por él, lo incorpora, lo vive, lo hace carne, pero desde su falta, y que su historia, que los jóvenes toman como modelo también desde sus carencias, nos remite a la conjunción de dos vacíos, lugar  donde se gesta el amor y la admiración. Deseo de  superación,  de no bajar los brazos, de no traicionarse en las decisiones y de ser insobornable  de la libertad. Si esto no es estar En el camino, entonces no hay camino posible para erigirnos y encontrarnos,  allí desde nuestra propia grieta, desde el agujero de la soledad.

 

Por: Marifé Marcó

Por: Marifé Marcó

Mario Markic ha ganado seis Martín Fierros, sin embargo dice que “no se lo cree” vive como un incansable viajero por los laberínticos caminos de la vida.

Si tengo que pintar con una frase el enigma  que somos, el sentido de la vida, me atreveré  a revelar desde mi experiencia  el secreto que encierra todo aprendizaje, éste  se encuentra En el Camino,  no se trata de haber  alcanzado una meta, sino de la cintura que se tiene para encontrar soluciones y sortear  obstáculos.  Quizás es también ese camino que nos acerca a disfrutar  retazos de felicidad, donde  los pequeños gestos y la buena voluntad cobran estatuto de dignidad.
Pero  En el camino, que en esta oportunidad me  referiré, es más que una frase, es una metáfora, y también el nombre de un programa televisivo que pinta en cuerpo y alma a su mentor y conductor Mario Markic.

[showtime]

– ¿Cómo nace en El Camino?

– La idea era simplemente hacer viajes y algo tan simple como contar las vivencias de ellos.
Después andando y andando uno va descubriendo cosas que disfruta al viajar, entonces nos descubrimos contando historias como si estuviéramos desde el lugar de las tribus, no se si con la idea de que se transmita, pero si con el afán de no quedársela  para uno,  sino de hacerla un poco mas viva dándola a conocer. La historia en si es chiquita,  pero en definitiva se juntaba con esa vieja historia humana la de intentar relacionarse.

Y en la experiencia de viajar que es también la experiencia de renovarse, y la experiencia de volver del viaje siendo otro de algún modo, de refrescarse, de adquirir conocimientos, de aventurarse un poco a lo desconocido, quedaba el saldo  de esta aventura.
Íbamos  En el Camino  tratando de encontrar alguna explicación de los acontecimientos con los cuales nos encontrábamos,  caminábamos un poco mas allá del simple hecho de viajar y de conocer lugares, es lo que a mí básicamente me ha interesado siempre. La curiosidad periodística por sobre toda las cosas.

– ¿En qué año se lanzaron a  esta  travesía?

-Fue en un verano, en la época del uno a uno, entonces el verano venia tranquilo, por abajo se venia desarrollando todo un mundo y lo que sabemos que termino por explotar en el 2001, esto comenzó en  1996 cuando me dice el gerente de noticias “Mario, anda donde quieras, pero hace notas para el noticiero que tengan aire, que tengan color, que tengan fotografía, que sirvan para recrear un poco el noticiero, -(Porque era verano)- Pero no quiero que vayas ni a Mar del plata, ni a Punta del Este, ni a Pinamar ni a ninguna playa, anda a los lugares que vos quieras y contá la historia que quieras”.

Y así fui, cumplí al pie de la letra. El programa tiene lugares donde uno quiere ir y conocer pero es mas interesante en este caso porque yo podía dar a conocer la experiencia del periodista, de las cosas que quiero transmitir, entonces allí estábamos recabando información tejiendo historias.

– Cuéntanos  sobre tu primer programa.

– El primer programa fuimos a Tierra del Fuego para contar una historia del naufragio en un lugar escabroso al que solo se podía llegar a caballo o con unos cuadriciclos, porque no había más camino. Era la costa y era inaccesible.
Yo me quiera dar ese gusto y fuimos allí, logramos muy buenas historias con personajes que vivían en soledad absolutamente durante todo el año, por eso el aislamiento que tenían. El resultado fue tan favorable, tan bueno, que a partir de ese momento empezamos a viajar mas por la Patagonia contando historias más o menos con esa idea.
Cuando vuelve el gerente, me pregunta si eso no se podía convertir en un programa. Entonces le contesto, Y bueno habrá que seguir viajando en todo caso, un programa de media hora. Esto fue en el año 96, con alguna interrupción en el medio pero que después derivo en lo de hoy: un programa de una hora donde seguimos  haciendo lo mismo, solo que ahora pudimos avanzar mas con la experiencia encima, poder decir que es lo que recibo de la gente, que me preguntan, y como catalogan eso… Que simplemente era para mí,  grabar la experiencia del viaje.

Algo que puedo decir yo, profundizando el programa, es que todo tenemos ganas de viajar y cuando viajamos y lo primero que hacemos al llegar es contar el viaje. Aunque metafóricamente sabemos que el viaje, y el camino es otra cosa, es encontrarte con lo inesperado.

– El  Guión es “Pre” o es “En” y quién lo hace?

-Es “Pos”, “En” también, por ejemplo yo ahora voy a Córdoba voy a hacer El camino real, es una historia muy interesante porque de alguna manera es ir por el vínculo entre El Virreinato del Río de La plata de Buenos Aires y del Alto Perú.
Entonces el lugar donde mejor se conserva es Córdoba, digamos corre paralela a la Panamericana, a la Ruta 9, entonces hay algunos pueblos todavía un poco quedados en el tiempo, aunque no están lejos de Córdoba pero viste como son las cosas.
La riqueza que hay allí va más allá de descubrir viejas cosas, donde pasaron personajes que tienen que ver mucho con la historia de la Argentina, de la mancipación, de la guerra civil, también la historia de los Jesuitas, que no es poca cosa porque en definitiva los Jesuitas eran un misterio y fueron desalojados digamos de la noche a la mañana, entonces esa es la caja fina que hay dentro de la gran historia.
Y yo solo voy haciéndolo, el otro día me compre un libro que se llama precisamente “El camino real” y también estuve en otros lugares que cuenta la historia de las cosas,  o sea que  ya voy con una idea en la cabeza, posponiendo la historia, pero después la realidad me va indicando que va por otro lado.

–  Una vez hiciste  un programa que a mí me llamo muchísimo la atención,  fue cuando fuiste a los Andes, con los sobrevivientes Uruguayos, entonces me preguntaba, como será la trastienda de este programa, porque vi que cruzaban en mula por ríos torrentosos y mientras miraba el programa pensaba , esas escenas  que estábamos viendo no son fáciles de hacer, ¿podés contar ese entramado?

– Sí, claro, no es fácil para nada, es muy complicado. Mirá, yo en los viajes, no todos, trato de no dejar de lado a nadie, porque los que se realizan  dentro de todo el país,  quería encontrar la forma de que nadie se sienta desplazado, o ninguneado digamos, entonces hay algunos lugares que uno cree por la fotografía que están mejor que otros, o ese tipo de cosas, pero la realidad es otra, todos los lugares encierran un encanto particular.  Por eso  trato de ir a los lugares en los cuales  quiero o hacer  historias que a mí me interesan o me quedaron pendientes.
La historia de los uruguayos también es una de las que siempre había querido llegar, y se dio de casualidad, porque un contacto del noticiero apareció con la idea de que podía acompañar a una expedición, donde viajaba uno de los sobrevivientes y ahí fuimos, obviamente, sabíamos que iba a ser difícil y complicado.
Sabíamos también que te queda un cierto revuelto un poco amargo cuando haces el rejunte de todo, porque una cosa es lo que sale al aire, yo no se si a vos te gusto, o lo tomas como un programa interesante por el lado de la producción por lo menos, ahora te digo la verdad, el programa, en varios aspectos sobre todo en imágenes, aun cuando  quede muy conforme con las imágenes, el camarógrafo y yo sabemos que trabajamos al 50% de las intenciones reales que teníamos para mostrar de esa travesía en ese inhóspito lugar.

– ¿Llevaste un solo camarógrafo?

-Claro, un solo camarógrafo.

– ¡Que maravilla!

– Bueno, claro, es un chico que estudio el Aconcagua, ojo.  Es una persona maravillosa por donde lo mires.

– Me  preguntaba cuántas personas estarían trabajando en aquel momento, porque de pronto el programa se había convertido en una película de suspenso, donde esperábamos saber si al final podrían llegar hasta la cumbre, allí donde había caído el avión.

-Bueno, el tema fue el siguiente, nosotros no nos podíamos detener a trazar la edición por razones de tiempo y por el frío, en la noche había que armar las carpas, todo ese tipo de cosas. Fue una experiencia con mucha adrenalina en el sentido de que había que planear y sortear obstáculos en todo  momento.
Por ejemplo, el camarógrafo decía “Espérenme, acá yo me bajo me adelanto y ustedes bajen después” Y nosotros por ejemplo los ríos, los cruzamos unas quince veces cuando al aire salió solo una. Había mas de una mula, y como el que llevaba la cámara no  podía bajarse a cada rato para hacer las tomas,  nos turnábamos,  yo también filmaba mucho desde el caballo. Luego tuvimos que elegirle un caballo que sea igual al mío del mismo color así pareciera que fuera yo. Esas son necesidades, eso tuvimos  que hacer por falta de tiempo, y de presupuesto, todo lo que vos te imagines, entonces ahí están las situaciones de cómo nos ingeniamos para poder hacer una historia en la cual contábamos con muy poco tiempo real para hacer un documental bien logrado, que por otro lado  tuvo mucho debate, toda la gente aun habla.
Sabes que pasa, en la vida uno tiene que aprender a ingeniárselas, esto les digo a los futuros periodistas, porque yo fui el peor alumno, el más indisciplinado y me fui haciendo en el camino.
Una vez una docente, colega de mi hermana dijo “porque cuenta eso Mario, siendo el ganador de 6 estatuillas” y se enojó, sin embargo una vez se acercó un joven estudiante de periodismo que me dijo; “soy lo que soy gracias a vos”, y yo me quedé pasmado. Y es que estoy convencido que al destino lo forja cada uno, solo hay que encontrar el norte, o dejarse llevar por el camino del deseo. No se si soy un paradigma, aun sigo buscando, buscándome  En el camino.

-Muchas gracias por tu tiempo

A mi regreso medité sobre estas ultimas palabras de Mario Markic, y recordé que me había comentado minutos antes, que también ejerce la docencia  como profesor universitario, entonces se me ocurrió que solo puede enseñar o intentar transmitir un concepto quien se deja atravesar por él, lo incorpora, lo vive, lo hace carne, pero desde su falta, y que su historia, que los jóvenes toman como modelo también desde sus carencias, nos remite a la conjunción de dos vacíos, lugar  donde se gesta el amor y la admiración. Deseo de  superación,  de no bajar los brazos, de no traicionarse en las decisiones y de ser insobornable  de la libertad. Si esto no es estar En el camino, entonces no hay camino posible para erigirnos y encontrarnos,  allí desde nuestra propia grieta, desde el agujero de la soledad.

 

Por: Marifé Marcó

Por: Marifé Marcó

Mario Markic ha ganado seis Martín Fierros, sin embargo dice que “no se lo cree” vive como un incansable viajero por los laberínticos caminos de la vida.

Si tengo que pintar con una frase el enigma  que somos, el sentido de la vida, me atreveré  a revelar desde mi experiencia  el secreto que encierra todo aprendizaje, éste  se encuentra En el Camino,  no se trata de haber  alcanzado una meta, sino de la cintura que se tiene para encontrar soluciones y sortear  obstáculos.  Quizás es también ese camino que nos acerca a disfrutar  retazos de felicidad, donde  los pequeños gestos y la buena voluntad cobran estatuto de dignidad.
Pero  En el camino, que en esta oportunidad me  referiré, es más que una frase, es una metáfora, y también el nombre de un programa televisivo que pinta en cuerpo y alma a su mentor y conductor Mario Markic.

[showtime]

– ¿Cómo nace en El Camino?

– La idea era simplemente hacer viajes y algo tan simple como contar las vivencias de ellos.
Después andando y andando uno va descubriendo cosas que disfruta al viajar, entonces nos descubrimos contando historias como si estuviéramos desde el lugar de las tribus, no se si con la idea de que se transmita, pero si con el afán de no quedársela  para uno,  sino de hacerla un poco mas viva dándola a conocer. La historia en si es chiquita,  pero en definitiva se juntaba con esa vieja historia humana la de intentar relacionarse.

Y en la experiencia de viajar que es también la experiencia de renovarse, y la experiencia de volver del viaje siendo otro de algún modo, de refrescarse, de adquirir conocimientos, de aventurarse un poco a lo desconocido, quedaba el saldo  de esta aventura.
Íbamos  En el Camino  tratando de encontrar alguna explicación de los acontecimientos con los cuales nos encontrábamos,  caminábamos un poco mas allá del simple hecho de viajar y de conocer lugares, es lo que a mí básicamente me ha interesado siempre. La curiosidad periodística por sobre toda las cosas.

– ¿En qué año se lanzaron a  esta  travesía?

-Fue en un verano, en la época del uno a uno, entonces el verano venia tranquilo, por abajo se venia desarrollando todo un mundo y lo que sabemos que termino por explotar en el 2001, esto comenzó en  1996 cuando me dice el gerente de noticias “Mario, anda donde quieras, pero hace notas para el noticiero que tengan aire, que tengan color, que tengan fotografía, que sirvan para recrear un poco el noticiero, -(Porque era verano)- Pero no quiero que vayas ni a Mar del plata, ni a Punta del Este, ni a Pinamar ni a ninguna playa, anda a los lugares que vos quieras y contá la historia que quieras”.

Y así fui, cumplí al pie de la letra. El programa tiene lugares donde uno quiere ir y conocer pero es mas interesante en este caso porque yo podía dar a conocer la experiencia del periodista, de las cosas que quiero transmitir, entonces allí estábamos recabando información tejiendo historias.

– Cuéntanos  sobre tu primer programa.

– El primer programa fuimos a Tierra del Fuego para contar una historia del naufragio en un lugar escabroso al que solo se podía llegar a caballo o con unos cuadriciclos, porque no había más camino. Era la costa y era inaccesible.
Yo me quiera dar ese gusto y fuimos allí, logramos muy buenas historias con personajes que vivían en soledad absolutamente durante todo el año, por eso el aislamiento que tenían. El resultado fue tan favorable, tan bueno, que a partir de ese momento empezamos a viajar mas por la Patagonia contando historias más o menos con esa idea.
Cuando vuelve el gerente, me pregunta si eso no se podía convertir en un programa. Entonces le contesto, Y bueno habrá que seguir viajando en todo caso, un programa de media hora. Esto fue en el año 96, con alguna interrupción en el medio pero que después derivo en lo de hoy: un programa de una hora donde seguimos  haciendo lo mismo, solo que ahora pudimos avanzar mas con la experiencia encima, poder decir que es lo que recibo de la gente, que me preguntan, y como catalogan eso… Que simplemente era para mí,  grabar la experiencia del viaje.

Algo que puedo decir yo, profundizando el programa, es que todo tenemos ganas de viajar y cuando viajamos y lo primero que hacemos al llegar es contar el viaje. Aunque metafóricamente sabemos que el viaje, y el camino es otra cosa, es encontrarte con lo inesperado.

– El  Guión es “Pre” o es “En” y quién lo hace?

-Es “Pos”, “En” también, por ejemplo yo ahora voy a Córdoba voy a hacer El camino real, es una historia muy interesante porque de alguna manera es ir por el vínculo entre El Virreinato del Río de La plata de Buenos Aires y del Alto Perú.
Entonces el lugar donde mejor se conserva es Córdoba, digamos corre paralela a la Panamericana, a la Ruta 9, entonces hay algunos pueblos todavía un poco quedados en el tiempo, aunque no están lejos de Córdoba pero viste como son las cosas.
La riqueza que hay allí va más allá de descubrir viejas cosas, donde pasaron personajes que tienen que ver mucho con la historia de la Argentina, de la mancipación, de la guerra civil, también la historia de los Jesuitas, que no es poca cosa porque en definitiva los Jesuitas eran un misterio y fueron desalojados digamos de la noche a la mañana, entonces esa es la caja fina que hay dentro de la gran historia.
Y yo solo voy haciéndolo, el otro día me compre un libro que se llama precisamente “El camino real” y también estuve en otros lugares que cuenta la historia de las cosas,  o sea que  ya voy con una idea en la cabeza, posponiendo la historia, pero después la realidad me va indicando que va por otro lado.

–  Una vez hiciste  un programa que a mí me llamo muchísimo la atención,  fue cuando fuiste a los Andes, con los sobrevivientes Uruguayos, entonces me preguntaba, como será la trastienda de este programa, porque vi que cruzaban en mula por ríos torrentosos y mientras miraba el programa pensaba , esas escenas  que estábamos viendo no son fáciles de hacer, ¿podés contar ese entramado?

– Sí, claro, no es fácil para nada, es muy complicado. Mirá, yo en los viajes, no todos, trato de no dejar de lado a nadie, porque los que se realizan  dentro de todo el país,  quería encontrar la forma de que nadie se sienta desplazado, o ninguneado digamos, entonces hay algunos lugares que uno cree por la fotografía que están mejor que otros, o ese tipo de cosas, pero la realidad es otra, todos los lugares encierran un encanto particular.  Por eso  trato de ir a los lugares en los cuales  quiero o hacer  historias que a mí me interesan o me quedaron pendientes.
La historia de los uruguayos también es una de las que siempre había querido llegar, y se dio de casualidad, porque un contacto del noticiero apareció con la idea de que podía acompañar a una expedición, donde viajaba uno de los sobrevivientes y ahí fuimos, obviamente, sabíamos que iba a ser difícil y complicado.
Sabíamos también que te queda un cierto revuelto un poco amargo cuando haces el rejunte de todo, porque una cosa es lo que sale al aire, yo no se si a vos te gusto, o lo tomas como un programa interesante por el lado de la producción por lo menos, ahora te digo la verdad, el programa, en varios aspectos sobre todo en imágenes, aun cuando  quede muy conforme con las imágenes, el camarógrafo y yo sabemos que trabajamos al 50% de las intenciones reales que teníamos para mostrar de esa travesía en ese inhóspito lugar.

– ¿Llevaste un solo camarógrafo?

-Claro, un solo camarógrafo.

– ¡Que maravilla!

– Bueno, claro, es un chico que estudio el Aconcagua, ojo.  Es una persona maravillosa por donde lo mires.

– Me  preguntaba cuántas personas estarían trabajando en aquel momento, porque de pronto el programa se había convertido en una película de suspenso, donde esperábamos saber si al final podrían llegar hasta la cumbre, allí donde había caído el avión.

-Bueno, el tema fue el siguiente, nosotros no nos podíamos detener a trazar la edición por razones de tiempo y por el frío, en la noche había que armar las carpas, todo ese tipo de cosas. Fue una experiencia con mucha adrenalina en el sentido de que había que planear y sortear obstáculos en todo  momento.
Por ejemplo, el camarógrafo decía “Espérenme, acá yo me bajo me adelanto y ustedes bajen después” Y nosotros por ejemplo los ríos, los cruzamos unas quince veces cuando al aire salió solo una. Había mas de una mula, y como el que llevaba la cámara no  podía bajarse a cada rato para hacer las tomas,  nos turnábamos,  yo también filmaba mucho desde el caballo. Luego tuvimos que elegirle un caballo que sea igual al mío del mismo color así pareciera que fuera yo. Esas son necesidades, eso tuvimos  que hacer por falta de tiempo, y de presupuesto, todo lo que vos te imagines, entonces ahí están las situaciones de cómo nos ingeniamos para poder hacer una historia en la cual contábamos con muy poco tiempo real para hacer un documental bien logrado, que por otro lado  tuvo mucho debate, toda la gente aun habla.
Sabes que pasa, en la vida uno tiene que aprender a ingeniárselas, esto les digo a los futuros periodistas, porque yo fui el peor alumno, el más indisciplinado y me fui haciendo en el camino.
Una vez una docente, colega de mi hermana dijo “porque cuenta eso Mario, siendo el ganador de 6 estatuillas” y se enojó, sin embargo una vez se acercó un joven estudiante de periodismo que me dijo; “soy lo que soy gracias a vos”, y yo me quedé pasmado. Y es que estoy convencido que al destino lo forja cada uno, solo hay que encontrar el norte, o dejarse llevar por el camino del deseo. No se si soy un paradigma, aun sigo buscando, buscándome  En el camino.

-Muchas gracias por tu tiempo

A mi regreso medité sobre estas ultimas palabras de Mario Markic, y recordé que me había comentado minutos antes, que también ejerce la docencia  como profesor universitario, entonces se me ocurrió que solo puede enseñar o intentar transmitir un concepto quien se deja atravesar por él, lo incorpora, lo vive, lo hace carne, pero desde su falta, y que su historia, que los jóvenes toman como modelo también desde sus carencias, nos remite a la conjunción de dos vacíos, lugar  donde se gesta el amor y la admiración. Deseo de  superación,  de no bajar los brazos, de no traicionarse en las decisiones y de ser insobornable  de la libertad. Si esto no es estar En el camino, entonces no hay camino posible para erigirnos y encontrarnos,  allí desde nuestra propia grieta, desde el agujero de la soledad.

 

Por: Marifé Marcó