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6 julio, 2016
Shirin Neshat «La resistencia entre los opuestos»

Blanco/negro, hombre/mujer, patria/exilio, palabra/silencio, política/religión, Oriente/Occidente. La obra de Shirin Neshat transita desde sus comienzos entre pares de opuestos para establecer un doble discurso crítico.

Por: María Gncco

En primer lugar, sobre el carácter opresivo y postergado en que viven las mujeres en Oriente Medio; pero también, en segundo lugar, acerca de los estereotipos que Occidente ha forjado del mundo musulmán. Cualquiera sea el formato en que se corporice su obra, es siempre un alegato a favor de la resistencia, de la palabra y la búsqueda de un lugar de cambio, libertad y democracia.

La artista iraní se alejó de su tierra natal a los 17 años, para estudiar arte en los Estados Unidos, país en el que vive desde entonces. Aquella primera ausencia duró doce años. La revolución islámica de Irán, en 1979, no le permitió regresar a su país hasta 1990, cuando encontró un clima aterrador, al mismo tiempo que excitante, producto de la reestructuración política de un país que había pasado de la cultura persa a la instauración de una sociedad tradicional islámica. A partir de esta impactante experiencia, Neshat comienza un derrotero artístico marcado por cuestiones que se afilian a la dimensión, tanto social como cultural, de los  poscolonialismos, de la transculturación, del exilio, pero fundamentalmente del feminismo y, específicamente, de la posición de las mujeres dentro del patriarcal sistema islámico. Emplaza el eje de contenido de toda su producción en la fortaleza y la valentía que trasciende la aparente quietud y sumisión de las mujeres musulmanas, y en el arte y la cultura como agentes posibilitadores de un nuevo lenguaje de liberación.

 La resistencia

Mujeres de Allah (1993-1997). Fotografías en blanco y negro. Mujeres semiocultas tras un chador, metáfora del límite y la restricción. Primer elemento controvertido: el rostro y las manos cubiertas con poemas escritos en caligrafía persa, lengua que remite a la tierra que dejó la artista y que pocas personas fuera de Irán pueden comprender; esta decisión literaria connota una idea fundamental que es basamento de toda la producción de la artista: para entender una cultura, debemos conocerla. Poesías que fueron escritas por mujeres iraníes que hablan del deseo, la vergüenza, la culpa, el amor. Versos que son la voz muda y contenida de seres cuya individualidad y cuya libertad han sido enterradas bajo el Hiyab. Y la poderosa presencia de armas de fuego, referencia simbólica a la lucha, la acción, el valor. El paradigma del sometimiento de la mujer islámica, inmersa en una herencia atávica de exclusión, queda trastocado ante estas imágenes que se constituyen como espacio de resistencia.

 La palabra

Turbulent (1998). Dos videos presentados en enormes pantallas confrontadas. Shirin Neshat, desde una perspectiva crítica hacia los efectos de la revolución islámica, sitúa al espectador en medio del conflicto. De un lado, el mundo masculino, imagen rígida, fija y frontal, experiencia directa; un auditorio repleto y un hombre que canta; un universo vestido de blanco y negro; el privilegio de la música, de la voz, del discurso. Enfrentado a este universo, una mujer sin público, butacas vacías, y la imagen femenina que se recorre  tangencialmente; la cámara la rodea despacio, como escrutándola, al mismo tiempo que perfila su imagen oscura: no emite palabras, su canto son apenas sonidos guturales, un desafiante gesto de reivindicación, de libertad y de capacidad de transformar la opresión en caudal creativo.

La búsqueda

Mujeres sin hombres (2009) es el primer largometraje dirigido por Shirin Neshat, con el cual ganó el León de Plata a la mejor dirección en el Festival de Cine de Venecia de 2009. Neshat incorpora la historia y nos ubica en 1953, cuando Estados Unidos y Gran  Bretaña financiaron un golpe de estado organizado por la CIA, para derrocar al líder elegido democráticamente, Mohammad Mossadegh. Todavía lejos del Irán revolucionario del 79, que cambió la ideología del país, y que dio lugar a toda su producción anterior, en esta película la artista suaviza las ásperas aristas de la problemática de género y pone en evidencia las vidas de cuatro mujeres que, aun sin chador, viven inmersas en un universo opresivo, buscando ideales de libertad, de cambio y democracia. Mujeres que intentan escapar del mundo de la culpa, de la vergüenza y de la sumisión, para construir un espacio seguro al que puedan llamar hogar. Un relato fragmentado que transita dos caminos paralelos: el mundo feminista y el mundo de la política.

Shirin Neshat les pone voz a las mujeres iraníes, mujeres cuyas vidas han sido definidas por la política, y que fueron, en el más estricto de los significados, re y desconsideradas, re y desvalorizadas, según los cambios políticos del poder de turno, de manera tal que introducirse en sus universos permite captar la esencia de la ideología del Estado. Mujeres de Allah, Turbulent y Mujeres sin hombres posiblemente sean tres instancias coyunturales en la obra de esta artista iraní. Tres obras que representan o encierran la cuestión fundamental desarrollada en toda su producción: la resistencia, metáfora de la acción; la palabra como espacio de libertad; y la búsqueda de un lugar nuevo, seguro, democrático e igualitario.

 

Shirin Neshat EGO-3-(3)-046 EGO-3-(3)-047 EGO-3-(3)-048 EGO-3-(3)-049 EGO-3-(3)-050