Sincretismo y arte contemporáneo latinoamericano
DANIEL LÓPEZ CULLARI
Por Grace Bayala
Llegar a Daniel López Cullari es hallarse en su obra. La contemplación de su hacer nos lleva más allá de la observación y el análisis del trabajo, porque la naturaleza de este artista sugiere la exp
loración de su hábitat creativo, cuyos afluentes están impecablemente detallados en su relato autobiográfico. Es posible percibir cómo todas las etapas de su vida impregnan el trabajo, capas de vivencias palpitan en la tela y sólo quien se adentre en su mundología, podrá abarcar la experiencia unívoca de ser hombre, artista y obra.
Un presente en su estado más puro, un dictado del cosmos sin injerencia invasiva de la razón, un acercamiento de lo lejano, y el hallazgo de una realidad no imaginable son planos que se generan en el universo de su pintura. La contundencia del color sostiene una atmósfera de misterio, donde la vibración tonal produce una melodía americana y celeste reveladora de sus recorridos y, sin duda, de su verdad interior. Rex González, Rodolfo Kusch y Carlos Castaneda han sido pilares de sus visiones y de la fe en la memoria de la tierra sagrada. La investigación y el estudio de los textos de estos autores se manifiestan y constituyen un rasgo altamente notorio en la composición de las piezas.
Creador de una ciencia espiritual ‒«matemática del alma», como él la define‒, abre a los espectadores la extraordinaria ocasión de participar de las formas de la integridad, en una ceremonia ofrecida a la esencia y a la pureza. Los distintos géneros en los que este gran artista plasma su voz, pintura, dibujo y objetos, surgen de una energía canalizada con impecabilidad y son el paso sin tiempo que puede quebrar el horizonte de la humana percepción aplacada.
Obra tan sólida como sugerente palpita en el universo de este artista, como un portal al ahora. Sólo hará falta traspasar el umbral, dar un paso, y entrar en lugar de salir.