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15 diciembre, 2014

Tango Negro

Tango Negro

Por Raquel Tesone

Tango Negro es un espectáculo con una dosis de originalidad sorprendente. Con un elenco maravilloso de  excelentes bailarinas y bailarines, profesores de tango del Estudio Dinzel y a la vez, actores formados con Norberto Trujillo, que transmiten en su máxima expresión, el lenguaje milonguero, ligado al lenguaje poético de textos de tangos de Homero Manzi, Discépolo, Carlos Gardel junto a los poemas de Oliverio Girondo. Con una puesta en escena formidable cuya impronta es el teatro negro y la estética cinematográfica del cine mudo (todo un homenaje a Chaplin), de una creatividad sin igual en su comunión con la danza del tango. Eric Dinzel, impecable y genial en su doble rol de bailarín y corógrafo, logra que se luzca en el escenario, con la magia y la sensualidad que caracteriza nuestro tango, cada una de las cinco parejas. «El Gran Otro» obtuvo en exclusiva, una entrevista con su director, luego de la última función de esta temporada y anunciando la próxima.

Ante todo, mis felicitaciones, es un gran espectáculo que merece un teatro más grande con diez bailarines en escena. ¿Cómo fue que comenzó esta creación?
Hace tiempo que tenía en mi cabeza el teatro negro de Praga, y me imaginé que con la música de nuestra ciudad, eso podía tener un vuelo propio. El bandoneón, el violín, los instrumentos que vuelan, era como un sueño, pensar que los objetos vuelan.

Y las mujeres también, según el poema de Girondo, que dice que lo que no acepta las mujeres son que no pueden volar.
¡Si, y las mujeres también! Mi sensación es que no me permito la vida sin vuelo. Y volé mucho con esta obra, y Girondo es el poeta ideal para este espectáculo. Todo surgió porque mis alumnos de teatro me propusieron montar un espectáculo, y venía con lo de teatro y con Chaplin, que además era un bailarín maravilloso, y pensé que Chaplin bailando un vals, podría ser espléndido. Y tango negro porque me interesaba el blanco y el negro como lenguaje – salvo los vestuarios finales de colores – pero el blanco y el negro son las notas musicales, las teclas del piano, me gusta la fotografía blanco y negro.

Hay una escena con efectos que hacen creer a los espectadores que hay una pantalla que proyecta cine mudo.
Tomando cada escena y cada elemento de la obra, podes hacer una obra completa de teatro negro, otra con texto de los tangos y los borrachos, otra con lo chaplinesco, y otra con sombras. Vamos por Tango 2. Estoy armando otro proyecto con esta misma estética, con las sombras le quiero buscar otra dinámica, otro contenido, no toqué la tragedia en este espectáculo. El actor jugando con su propia sombra. Todo surge de haber leído a Girondo, y como dice Yupanqui nuestra sombra a veces sigue y a veces viene detrás, pobrecita cuando muera, con quién va andar.

¿Y cómo te llevas con tu sombra?
Se debe aburrir mucho conmigo (risas). En lo artístico, se debe divertir, pero en la vida cotidiana, soy medio temeroso… Hice tragedias griegas…

¿Qué otras obras dirigiste?
«Severino Di Giovanni» dirigí, cuatro años en cartel con críticas maravillosas. «Las Troyanas» y muchas otras, dirigí en las provincias. Fui docente en Pringles, Laprida, Lamadrid, y soy docente del Centro de Estudios de Buenos Aires, y a su vez, yo me formé con Gandolfo.

Tenés una buena trayectoria, y respecto al tango, noto una mirada diferente…
Dicen que tengo una mirada femenina en mis puestas en escena, más sensible. Acá el rol de la mujer es maravilloso, la mujer es quién rescata al hombre acá, y en mis clases los guapos quedan poco menos que estúpidos. En «Severino Di Giovanni», hay una escena que gustaba mucho, el personaje deshoja unas rosas y esparce pétalos en el piso, y comienza a evocar una carta de su amor, y toma un pétalo y lee la carta en el pétalo. Igual no puedo decir que conozco mucho de la psicología femenina, me sensibilizo con las mujeres, pero si te digo que las conozco, sería un traidor. Es mas no las quiero conocer, las quiero amar, no tratar de entenderlas.

Freud tenía esa pretensión, pero se le complico… (Risas) Pero un director con esa mirada,  honra a las mujeres.  ¡Vamos para adelante con Tango 2!
Te agradezco la entrevista por su interés en este tipo de arte.

Coreografía: Eric Dinzel |Dirección: Norberto Trujillo