Trabajo de campo para un mapa sonoro del río Chubut
Por Pablo Paniagua
En marzo de este año (2020) viajamos, junto al artista Paulo Meconi, por la provincia de Chubut, realizamos un relevamiento del río y su entorno para elaborar un mapa sonoro. En este artículo te contamos más acerca del proyecto y el viaje.
En 2018 con Paulo, formamos el Colectivo Esporas. Motivados por estos nuevos modos de cartografiar, comenzamos a indagar en los mapas sonoros desde una perspectiva artística y política.
Radicados en Buenos Aires, realizar los preparativos para el trabajo en territorio, a más de mil kilometros de distancia llevó su tiempo: calcular los gastos, el medio de transporte, los días y tiempos de trabajo, comprar y preparar los equipos, etc. Finalmente, resolvimos viajar en auto, recorrer los márgenes del río, desde lo más extremo del límite con Río Negro, en la Ciudad de El Maitén, hasta su desembocadura en el océano Atlántico, en la localidad de Playa Unión.
Partimos desde la ciudad de Trelew por la ruta 25 hasta Esquel. Al día siguiente, fuimos a El Maitén, donde comenzamos las primeras grabaciones de campo, allí nos encontramos con Iván Rivelli. Ivan desarrolla un mapa sonoro de la comarca andina, su proyecto tiene la particularidad de ser colaborativo. Aprovechamos la oportunidad para conocerlo a él y a su familia, almorzar cerca del río y conversar sobre este tipo de proyectos y sus alcances.
En total, en el viaje, pasamos por Cholila, Cushamen, Gualjaina, Piedra parada, Paso del Sapo, Los Altares, Las Plumas, Dique Florentino Ameghino, 28 de Julio, Dolavon, Gaiman, Trelew, Rawson y Playa Unión. Anduvimos por distintas rutas y caminos de ripio. Después de 800 kilómetros y cinco días de viaje poniendo una atención y una escucha particular a toda la extensión del río y sus diversos entornos, percibir su encuentro con el mar, algo tan cotidiano en la zona, se transformó en un acontecimiento conmovedor.
Durante toda la experiencia del viaje vimos y escuchamos guanacos, avestruces, zorrinos, liebres, entre otros animales. Conversamos con gente de las distintas localidades. Registramos infinidad de árboles y plantas, las distintas variantes cromáticas del río, de la tierra y piedras, los cielos estrellados, la meseta, el valle, siempre abordados por la mismas preguntas: ¿Qué pasará con todos estos paisajes si ingresa a Chubut la megaminería? ¿Qué le depara a las personas que viven en las zonas más hostiles y rurales de la provincia?
¿Qué tan relevante puede ser una iniciativa que no cuenta con la aprobación social de la mayoría de la provincia?
Muchas organizaciones a escala provincial, incluso a nivel nacional, están manifestándose contra distintos proyectos extractivistas, un precedente de esto, es la provincia de Mendoza.
En Chubut, puntualmente en Esquel, las asambleas y luchas por defender el agua llevan más de quince años ¿Es verdaderamente necesario sostener un conflicto por más de quince años por parte del Estado, frente a una comunidad que, sabiendo las consecuencias que trae para su entorno la megaminería, no está dispuesta a ceder ni sacrificar su ambiente en detrimento de capitales foráneos?
Desde fines de los años 90, el uso de internet, algunas plataformas digitales y, en mayor medida, las redes sociales, permitieron que las personas se expresen y manifiesten su posicionamiento frente a diversos temas de orden local e incluso, internacionales. Sin embargo y en la mayoría de los casos, estos clictivismos tienen un impacto casi nulo en lo real. Es necesario buscar otras alternativas que generen impacto, el ejemplo más popular son las manifestaciones en el espacio público, como las que se llevaron a cabo en Mendoza, a finales del año pasado, logrando frenar la modificación de la 7722 de Minería (norma que regula la actividad minera prohibiendo el uso de sustancias químicas tóxicas en la minería metalífera mendocina).
Un ejemplo más cercano, fue la Marcha autocuidada con tapabocas y distancia donde, a pesar de la cuarentena, los ciudadanos de Esquel pusieron el cuerpo; una vez más, marcharon en contra del avance de los proyectos mineros, respetando los cuidados correspondientes por el COVID-19. Este tipo de acontecimientos es un ejemplo de la necesidad y de la eficacia de salir a la calle, de sostener el compromiso con los vecinos.
En un contexto donde, al parecer, la única alternativa al alcance para manifestarse son las redes sociales. Donde el distanciamiento entre personas promete resguardo, al mismo tiempo que se vuelve una estrategia de docilidad social, hoy más que nunca el abrazo es un acto político (incluso a nivel simbólico, como los abrazos al río en el Valle Inferior del Río Chubut).
Desde el Colectivo Esporas, sentimos y pensamos que nuestra manera de aportar a estas resistencias es desde nuestra producción artística de, para y con todos los vecinos de Chubut. De tener uno, nosotros entendemos que el rol del arte es político, por eso decidimos desarrollar esta producción; un mapa sonoro que permitirá tener un registro espacio-temporal del río Chubut y sus ambientes, para que se tenga otra perspectiva de todo lo que se arriesga de manera irreversible y en pos del extractivismo minero.
Actualmente, nos encontramos desarrollando el mapeo de toda la información recolectada durante el viaje y grabando testimonios.
Esperamos, publicar el trabajo pronto y que nuestro pequeño y humilde aporte sea de utilidad para las comunidades y sus entornos.
Para saber más sobre nosotros y nuestros trabajos:
https://www.paniaguapablo.com/
Fotografías: Registros en territorio del Colectivo Esporas. Chubut; marzo 2020.