MUSEO FRANKLIN RAWSON: UN MUSEO ACTIVO ES UN MUSEO VIVO
Por Amanda Ravasi
El Museo Provincial de Bellas Artes “Franklin Rawson” es el principal museo de arte de la ciudad de San Juan y de su provincia homónima. Como tantas otras instituciones culturales de Argentina –y del mundo- vio afectada su programación a causa del aislamiento decretado a raíz de la pandemia, pero lejos de quedarse en pausa, se reinventa día a día estableciendo lazos cercanos con una comunidad cada vez más heterogénea.
¿Cómo empezar de nuevo? Es la pregunta que nos resuena una y otra vez desde el diecinueve de marzo. Y es que el Aislamiento social, preventivo y obligatorio nos llama a pensar nuevas estrategias para todo: desde acciones cotidianas a procesos colectivos, la realidad que conocíamos se ha visto transformada. Ahora bien, no necesariamente esto es negativo, puesto que es la misma resiliencia la que nos lleva a buscar diversos caminos para encontrar soluciones, donde antes tal vez veíamos conflictos. Es el caso del Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, donde a partir de un fuerte trabajo hacia adentro en equipo, y hacia afuera con la comunidad, se logró reformular las propuestas previamente pautadas adaptándolas a los nuevos medios digitales, así como generar nuevas ideas para sentirnos cerca, aun estando lejos. El Director del Museo, Licenciado en Artes Emanuel Díaz Ruiz, nos abrió sus puertas para mantener una charla amena, donde pudimos espiar el interior de la institución y conocer a fondo la metodología de trabajo que adoptan.
¿Cuál es la modalidad de trabajo en el Museo en general y cómo la adaptaron en la pandemia?
La programación anual es muy diversa, se generan propuestas a largo plazo pero también actividades por época, a través de eventos muy puntuales como la Noche de los museos o la Noche del dibujo. En relación a la pandemia, desde nuestra institución integramos la Red de museos, donde pudimos intercambiar experiencias y ver distintos modos de readaptación del espacio. En el caso particular del Museo Franklin Rawson, dado el avance de fase de la provincia pudimos abrir de manera presencial el primer núcleo, pudiendo mostrarlo al público. La realidad es que había temor de que el público no fuera, pero al contrario de lo que esperábamos, se incrementó la gente que nos visitó: cantidad de personas se acercaron, adaptándose bien y mostrando mucho respeto por las nuevas normas. Es un entrenamiento y una enseñanza, por eso entiendo que la función de esta institución, más allá de manejar, conservar y difundir el patrimonio, es también de extensión y con un fuerte anclaje social.
¿Cómo fue la apertura y el posterior retroceso de fase?
Para el primer paso de apertura se establecieron protocolos y normas teniendo en cuenta las pautas que brindaba el gobierno provincial, se acondicionaron los espacios e implementamos una serie de charlas en la red para enseñar a re-habitarlos. Luego, debido a la cantidad de casos, hubo un retroceso a fase uno, y actualmente estamos en la fase tres, que libera algunas actividades. En cuanto a la dinámica interna, hubo una fuerte coacción del equipo, que si bien fue difícil al principio, posteriormente potenció las ideas y los proyectos, estableciendo una coordinación general imprescindible para llevar adelante la diversidad de propuestas que se promovieron.
¿Cómo construyen comunidad en esta coyuntura?
Al momento de apertura, realizamos algunas actividades presenciales con poco público, que tenían que ver más que nada con formación. Para el Primer Encuentro de educadores de museos, se re-adaptaron los talleres presenciales mudándolos a la modalidad virtual. Las posibilidades del equipo técnico funcionaron como soporte para las distintas propuestas. Lo cierto es que el Museo tuvo que reinventarse, abarcando nuevos campos que hoy son espacios ganados: la virtualidad nos reúne con gente de otras provincias y de otros países. Un ejemplo de esto es el vínculo entablado con un profesor de textil de Perú, que gracias a la modalidad virtual puede acercar sus saberes a la comunidad del Museo. Asimismo, al planificar los talleres de manera online para el año 2021, notamos que las inscripciones están desbordadas debido a la gran demanda.
Quisiera preguntarte acerca de los proyectos Obras narradas y Artistas desde casa: cómo surgen, cómo se implementan, qué respuesta tienen.
La respuesta fue inmediata. La idea de Obras narradas es readaptar desde lo didáctico y sacar el patrimonio pudiendo enseñar lectura de imagen. Lo virtual funciona como posibilidad, por lo que la repercusión fue muy enriquecedora. Es un material que piden las escuelas, la misma gente lo reenvía entre sus contactos, y recibimos buenos comentarios. El objetivo de este proyecto es poder enseñar al público a acercarse a la lectura del patrimonio y que puedan conocer artistas consagrados. Por otra parte, Artistas desde casa propone dar a conocer el trabajo de artistas más jóvenes, emergentes, poder difundir la producción, con la idea de desplazar el espacio de la sala al interior del taller, abarcando diferentes órbitas y niveles. Otros proyectos que implementamos son Colección aventura, donde distintos ilustradores toman retratos y los transforman en superhéroes a través de historietas, y Territorio en vivo, que une circuitos en el mapa de productores sanjuaninos con otras provincias, creando vínculos.
¿Qué importancia tiene el proyecto Colección en movimiento?
Básicamente de vínculo territorial. Este proyecto es una construcción de lazos de una institución que lleva a los distintos departamentos la posibilidad de conocer el patrimonio del Museo. Se genera un trabajo estrecho con los municipios, a través del entrenamiento del personal, del acondicionamiento de la infraestructura y la seguridad de los espacios donde se va a exponer. San Juan posee una de las tres mejores colecciones del interior del país, y esto es algo que tiene que circular y mostrarse a los públicos. Asimismo, existe el proyecto Museo va a la escuela, donde si bien no se moviliza patrimonio explícitamente, se generan propuestas educativas con obras del acervo, a través del trabajo multimedial entre un docente del museo y un titiritero. La idea de esta propuesta es que los chicos generen nuevos relatos curatoriales pudiendo contextualizar la obra a través del juego.
En relación a la investigación, ¿están generando alguna propuesta?
En este momento estamos trabajando en el Proyecto Raymond Auguste Quinsac Monvoisin, un proceso de investigación que se está llevando adelante a partir del trabajo en conjunto de cuatro países: Argentina, Chile, Perú y Brasil. Monvoisin fue un gran referente y formador para la escuela cuyana de pintura. Estamos atravesando el tercer año del proyecto, a partir del desplazamiento de los teóricos para relevar el espacio, es decir que se trata de una investigación territorial que tendrá una publicación importante.
Entonces el museo no se queda quieto…
La realidad es que pensamos el Museo desde tres ejes fundamentales: extensión, educación e investigación. Queremos convocar diferentes rubros de gente, diversidad públicos. No lo concebimos como un depósito de cosas, nos interesa pensarlo como un «museo vivo».
La cantidad y calidad de las propuestas que esta institución promueve, así como los paradigmas desde los que se trabaja, hacen del Museo Provincial Franklin Rawson una situación para experimentar más que simplemente un espacio para visitar. Y es que cuando el trabajo es en equipo y comprometido con la comunidad, los resultados son indudablemente excepcionales. Resulta necesario promover la difusión de museos regionales y locales, que evidencian que la Argentina posee un potencial cultural valioso disperso en la amplitud de nuestro territorio.
Para visitar la página oficial: https://www.museofranklinrawson.org/
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Fotografías: Inés Estévez, fotógrafa del Museo.