Maggie de Koenigsberg: «Pintar es tirar pintura, color, pulsión, manchar, caos, mezclar, buscar tonos, pixeles. En la pintura pones el cuerpo, todo el cuerpo, es emoción».
Por Julieta Reynoso
Esto no es un paisaje es una celebración, un recorrido contundente a través de las obras más actuales de la artista. Pinturas presentes y vivas se revelan como visiones que invaden de color el Centro Cultural Recoleta.
Maggie de Koenigsberg estudió Bellas Artes en Parkland College, Illinois, Estados Unidos. En la Argentina estudió dibujo con Kenneth Kemble y pintura con Luis Felipe Noé. Cuenta con una remarcable trayectoria de muestras, premios y actividades culturales. Sin embargo, su obra excede a su biografía. Entrevistamos a la artista para que nos cuente sobre esta muestra y los múltiples significados y referentes de sus «no paisajes».
¿Qué representa esta muestra en tu carrera?
En esta muestra trabajé en relación al espacio arquitectónico de la sala. Esto me entusiasmó mucho por sus dimensiones y la posibilidad de poder hacer obras de gran formato. Al poder trabajar dimensiones más grandes, una de las ideas era inundar de color al espectador. Ya venía pensando que la pintura es COLOR.
¿Cómo trabajás una muestra?
Lo ideal para mí es saber dónde van a ser exhibidas las obras, el espacio es clave. Cuando me invitaron a exponer en el Centro Cultural Recoleta visité muchas veces la sala. Me decidí por un formato de obras grandes y pinté unos 25 cuadros. Obviamente, no iban a entrar todos, pero me dio más opciones para la colgada y para poder elegir cuáles funcionaban mejor entre sí. Cada vez que preparo una muestra siento la necesidad de retirarme y de aislarme un poco. Esto me ayuda a enfocarme, trabajo todas las horas posibles durante meses.
¿Cómo abordás un lienzo en blanco? Contanos sobre tu técnica y tu método como pintora, si lo hay.
Lo que más me motiva siempre es el lienzo en blanco, ¡ahí todo es posible! Me quedo un tiempo observando la tela hasta que visualizo una imagen posible. Empiezo generalmente dibujando con carbonilla la tela, son dibujos más bien gestuales y según lo que va saliendo puede quedar algo o todo en el resultado final. Luego paso a fondearlos, los fondos son importantes para mí, muchas veces son clave. Por diferentes capas de colores y formas, voy ajustando hasta llegar a la imagen final.
¿Trabajás sola o con asistentes? ¿Por qué?
No trabajo con asistentes, para mí es clave la mano del autor, el trazo es como la firma. El acto de pintar produce ideas, si pusiera a alguien a pintarlos me estaría perdiendo esa posibilidad. En mi caso los fondos son tan importantes como los ajustes finales. ¡Estoy toda ahí en mi pintura o nada!
No creo en el sistema de producción en masa impuesto por los académicos, tanto del renacimiento como las corporaciones del mercado, donde el artista tiene una idea y lo ejecutan «los asistentes», como la producción en cadena de las fábricas. Mi trabajo es personal hay factores importantes como las pulsiones, trazos, estados de ánimo, etc. que hacen a la obra y no podría explicarle en palabras a un asistente a como ejecutarlo.
Hay una parte de la ejecución que se aloja en lo indecible…. Todo lo que se aloja ahí es fundamental en mis pinturas.
¿De qué múltiples referentes te nutrís para pintar?
Mi referente es toda la historia de la pintura universal, van cambiando según las épocas, los días, las horas. También me nutro de la poesía y de la música.
En cuanto a tu relación con la poesía ¿Cómo describirías ese vínculo? Y ¿qué significa el poema Hay que proseguir el ensayo de Roberto Juarroz para esta muestra?
Para mí toda la pintura es poesía, están íntimamente ligadas la poesía y la pintura. La poesía es toda imagen, imagen en palabras y los cuadros son imágenes.
La poesía de Juarroz me toca profundamente, siento como si hablara de todo el proceso que pasé mientras pintaba esta serie. Habla de la flor como ensayo, la vida como ensayo, habla de vacíos. Es como si interpretara en palabras la esencia de mi muestra. Siento que acompaña bien estos cuadros.
¿Cuál es la relación entre esta muestra y la tecnología?
Una de las cosas que más me atrae en la pintura es el misterio de que pese a los avances tecnológicos en el campo visual, se mantiene fiel a sí misma.
La intervención de las nuevas tecnologías en mi actual muestra es que no solamente usé la observación de la naturaleza sino la naturaleza vista a través de las pantallas, tanto del televisor como de las computadoras. Traté de plasmar el color intenso que se manifiesta a través de la pantalla, como si fueran backlights.
De acuerdo al texto curatorial de Damián Masotta y a tus palabras en el avance de la muestra, Esto no es un paisaje tiene que ver con el realismo mágico de Rulfo, con una apropiación de imágenes de Latinoamérica. ¿Es una postura política vincular tu obra con América Latina? ¿Creés que el arte puede ser vehículo de ideologías?
La tela es un espacio de pensamiento crítico, no hay nada tan potente como una imagen, no necesitás leer para ver una imagen.
La ideología está siempre presente, hasta la «no ideología» es parte de una ideología. Hay como una onda nihilista, una onda de no creer en nada, de ridiculizar todo, pero en el fondo ahí hay ideologías, es parte de una política.
Cuando pienso en mi pintura la ubico en un plano más universal, y me toca como artista vivir en Latinoamérica, por lo tanto creo que esto influye en la obra.
Digamos que la luz de América no es la misma luz que la europea. Cada artista tiene una ubicación geográfica, social y un tiempo histórico en el cual vive. Esto influye en la obra.
¿Cómo es pintar un paisaje en el siglo XXI?
El paisaje es una excusa para ponerme a pintar, la pintura pasa por otro lado. Pintar es tirar pintura, color, pulsión, manchar, caos, mezclar, buscar tonos, pixeles. En la pintura pones el cuerpo, todo el cuerpo, es emoción.
¿En qué sentido las obras de la muestra no son paisajes?
Porque un paisaje tampoco es un paisaje, es un fenómeno físico ilusorio. La idea de No es un paisaje es porque en realidad es un cuadro, en una obra de arte… pasan otras cosas más allá del paisaje.
Me gusta la idea de llevar la mirada y el pensamiento a ése punto.
Particularmente me intereso la obra Este sí es un paisaje. ¿Qué la hace un paisaje, se diferencia del resto?
La obra Este sí es un paisaje es una humorada, un juego que se relaciona con el título de la muestra. Me gusta la idea de esta contradicción.
¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto actualmente?
Ahora tengo una gira de muestras por el interior de la Argentina que me entusiasma mucho.
También tengo una propuesta de que me hagan un libro, la cual estoy evaluando.
Esto no es un paisaje se puede visitar en la sala 6 del Centro Cultural Recoleta (Junín 1930) hasta el 22 de julio, de lunes a viernes, de14 a 21; sábados, domingos y feriados, de10 a 21.
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