El próximo 11 de marzo, se conmemora el centenario del nacimiento del compositor que renovó los cánones tradicionales del tango. Durante todo el año, se realizarán a nivel mundial conciertos, exhibiciones y discos para homenajearlo. Cerrando el año, se llevará a cabo un gran evento en el Obelisco.

 

La composición de las piezas musicales de Astor Piazzolla son un particular entramado de experiencias vitales y grandes influencias musicales que atraviesan el acto creador, en el que se fusiona el tango con otros géneros, como el jazz y la música clásica y contemporánea.

Las distintas oportunidades y experiencias que transitó Piazzolla impiden encasillarlo en la noción de genio musical, ligada a talentos supuestamente innatos. En su vida, se conjugaron la constancia, dedicación y disciplina en el estudio, lo que le permitió desarrollar una música revolucionaria, con el sello de un estilo propio. Con una personalidad fuerte, exigente con su trabajo y de carácter muy particular, defendió su proyecto creador frente a las críticas.

La historia nos dice que su instrumento favorito, el bandoneón, caja de viento de origen sacroalemán, con cualidades y timbre muy particulares debido al movimiento de su fuelle acompañado de un pequeño órgano, llegó a la zona del Río de la Plata junto con la ola inmigratoria de principios de siglo XX, y es a través de este instrumento que Piazzolla logró generar piezas con melodías pregnantes, con el sello de una nostalgia aguerrida.

 

Libertango

Astor Piazzolla nació el 11 de marzo de 1921 en la ciudad de Mar del Plata y, a los cuatro años, se trasladó con su familia al Lower East Side de Manhattan (Nueva York).

 

 

Su infancia estuvo marcada por una enfermedad congénita en sus miembros inferiores que lo obligó a ingresar numerosas veces a quirófanos.

En su paso por Nueva York, fascinado por la escena jazzera de aquel entonces, frecuentó el barrio de Harlem para ver las presentaciones de Cab Calloway y Duke Ellington. Con este género de origen popular, descubrió las posibilidades para la improvisación, la libre interpretación, donde la imaginación y el lenguaje se ponen en juego para dar lugar a todo tipo de innovaciones.

Sus primeros acercamientos al tango se dieron al escuchar los discos de Carlos Gardel y Julio de Caro que tenía su padre, también músico. Él mismo fue quien le compró al pequeño Astor de ocho años un bandoneón usado.

Una de sus anécdotas más conocidas de su niñez es que cuando le pagaron veinticinco dólares por hacer el papel de un vendedor de periódicos en la película El día que me quieras (1935), protagonizada por Carlos Gardel.

De regreso a la Argentina, continuó sus estudios musicales. A los dieciocho años, se trasladó a Buenos Aires, donde todas las noches asistía al Café Germinal para escuchar a Aníbal “Pichuco” Troilo. Poco tiempo después, ingresó a la orquesta de Troilo, en la que se desempeñó durante cinco años como arreglador e interprete.

Piazzolla fue el primer alumno que tuvo Alberto Ginastera, un destacado compositor argentino de música académica contemporánea que supo guiarlo en el estudio de las partituras de Stravinski y Bartók.

En 1953, al recibir una beca por ganar el Premio Fabien Sevitzky, tuvo la oportunidad de estudiar durante un año con Nadia Boulanger en París, una de las pedagogas musicales más importantes del mundo, quien fue maestra de lxs grandes compositorxs del siglo XX. Fue ella quien, luego de escucharlo tocar el bandoneón, lo incentivó a continuar en la construcción de su propio estilo e identidad musical.

 

Fuga y misterio

Con la utilización de un contrapunto particular, en varias piezas encontramos la incorporación de la textura «fuga», una estructura barroca que tuvo como máximo exponente a Johann Sebastián Bach, admirado compositor y referente musical de Piazzolla. En una definición general, su esquema polifónico se delinea con la exposición de un sujeto principal y su posterior repetición con posibles variantes, y también secciones más libres.

 

 

Quereme así, piantao

En la década del sesenta, se produjo su reconocimiento mundial. También, en 1967, inicia su relación artística con el poeta Horacio Ferrer. Juntos realizaron la ópera María de Buenos Aires y Balada para un loco, canción con tintes surrealistas que supo renovar la escena tanguera desde lo temático, el estilo, la versificación y el ritmo.

 

 

Por aquellos años, Piazzolla era un artista emergente que lograba romper los paradigmas establecidos de la música ciudadana, por lo que recibió duras críticas de sus colegas más conservadores, quienes lo acusaban de arruinar el tango. Sin embargo, defendió sus decisiones musicales frente a los detractores y, finalmente, obtuvo el reconocimiento que se merecía en todo el mundo.

Piazzolla supo vincularse con artistas que supieron comprender su propuesta musical, como J. L. Borges y H. Ferrer y músicos de jazz como Gerry Mulligan, Al Di Meola o Gary Burton. Además, se relacionó con los fundadores de la bossa nova, especialmente, Vinicius de Moraes, uno de sus grandes amigos, y otrxs músicxs.

 

 

Compositor modernista de piezas fundamentales como Adiós Nonino, dedicada a su padre, quien recientemente había fallecido, logró influenciar y, sobre todo, abrir camino a las nuevas generaciones de músicxs, para acercarse al tango desde otras perspectivas.

La figura de Piazzolla nos ha dejado un legado complejo, un repertorio de piezas excepcionales, que marcaron un antes y después en la música. Además de sus valores intrínsecos, posibilitó ampliar la recepción fuera de los espacios habituales del tango.

 

Las cuatro estaciones porteñas

En la reapertura del Teatro Colón, desde el 5 hasta el 20 de marzo, se inicia un ciclo de conciertos en homenaje al centenario del nacimiento de Piazzolla. Se llevarán a cabo funciones sinfónicas y fechas en que fusionarán elementos electrónicos, como sintetizadores, mostrando así las flexibles posibilidades de su música, abierta a ser reversionada. El ciclo cuenta con la participación de la Orquesta Estable del Teatro Colón, la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, la Camerata Bariloche, el Quinteto Astor Piazzolla, la Orquesta Escuela de Tango Emilio Balcarce y numerosxs invitadxs.

El grupo Escalandrum, sexteto musical donde «Pipi» Piazzolla, nieto del artista, es baterista, este año publicará el disco 100, en homenaje a su abuelo, con reversiones de sus obras.

A su vez, la Ciudad Cultural Kónex celebra en octubre el festival Experiencia Piazzolla 2021, con curaduría de «Pipi» Piazzolla.

 

Piazzolla, los años del tiburón (2018)

La película documental de Daniel Rosenfeld cuenta con la participación de Daniel, hijo menor de Astor Piazzolla. Con abundante material de archivo, nos acerca aspectos íntimos de la personalidad de este excepcional artista y su particular humor. El film fue nominado a los Latin Grammys y puede verse por HBO.

 

 

Entradas a la venta en https://teatrocolon.org.ar/es/temporada-2021/piazzolla-100/produccion/piazzolla-sinfonico

http://www.piazzolla100official.com/
http://www.fundacionastorpiazzolla.org.ar/
https://www.instagram.com/piazzollafilm/

 

Bibliografía

• Coirini, R. 2019, «Evolución y recepción del nuevo tango rioplatense: la influencia de Astor Piazzolla y la vanguardia (1955-1990)». Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid.
• Biografía de la Fundación Astor Piazzolla «Acerca de su vida y obra – Astor Piazzolla (1921-1992)»

 

Foto Portada: Astor Piazzolla, Fundación Astor Piazzolla

* La línea editorial de la revista El Gran Otro acepta el lenguaje inclusivo por el que ha optado su autora.

 

---