Interpretar el Arte – Una aproximación desde el Psicoanálisis freudiano
Por Laura Belén Arias
En este artículo vamos a adentrarnos en las asociaciones entre el Psicoanálisis freudiano y las producciones artísticas, articulando nociones y conceptos psicoanalíticos que nos sirvan para la comprensión de las relaciones entre ambos.
Sigmund Freud le daba importancia al arte en general, pero como él mismo nos confirma en su texto El Moisés de Miguel Ángel, le atraían sobre todo el arte literario, escultórico, y en menor medida, lo pictórico. Acerca de la música, poco podemos comentar, ya que se conoce que a él no le producía ningún efecto placentero dicha manifestación artística.
De aquel texto, Freud nos compartía lo siguiente:
«He de confesar, ante todo, que soy profano en cuestión de arte. El contenido de una obra de arte me atrae más que sus cualidades formales y técnicas, a las que el artista concede, en cambio, máxima importancia. Para muchos medios y efectos del arte me falta, en realidad, la comprensión debida. Y quiero hacerlo constar así para asegurar a mi intento presente una acogida benévola.
Pero las obras de arte ejercen sobre mí una poderosa acción, sobre todo las literarias y las escultóricas, y más rara vez, las pictóricas. En consecuencia, me he sentido impulsado a considerar muy detenidamente algunas de aquellas obras que tan profunda impresión me causaban, y he tratado de aprehenderlas a mi manera; esto es, de llegar a comprender lo que en ellas producía tales efectos. Y aquellas manifestaciones artísticas (la música, por ejemplo) en que esta comprensión se me niega, no me producen placer alguno.»[i] (Freud, 1914/2010: 78)
En este texto, Freud nos propone mirar a la obra de Miguel Ángel desde las distintas perspectivas que presentaron diferentes artistas o críticos. Hay un punto en común que encuentra entre todas las interpretaciones: todas son distintas. Esto lo lleva a explicar varias de las contradicciones que aparecen en las lecturas de estas personas para, finalmente, dar su propia lectura. Con una tenacidad y detalle destacable, Freud nos abre los ojos desde el psicoanálisis a una obra tan reconocida del maestro renacentista.
Y es así cómo Freud eligió su método para interpretar el arte, de la misma manera que lo haría con sus pacientes en el consultorio. Es decir, que todas sus teorizaciones ayudaban en algún punto a interpretar las obras artísticas. Es más, incluso hubo artistas que se inspiraron en sus teorías para crear. Es el caso, por ejemplo, de Salvador Dalí, quien conocía minuciosamente las teorías de Freud acerca del Inconsciente y sus manifestaciones, siendo una de éstas los sueños, que cobraban gran importancia a la hora de crear. El artista español conocido por su adscripción a la corriente surrealista siempre tuvo el deseo de poder reunirse con Freud. Sólo pudieron encontrarse una vez, en Londres, y Dalí, en su autobiografía comenta detalles de aquel encuentro. Quedó maravillado con quien llamaba su mentor, y esa noche hizo un bosquejo de Freud – su obra Retrato de Sigmund Freud -.
El arte en el Psicoanálisis freudiano
Hay dos conceptos principales que valdría la pena mencionar a la hora de hablar del arte desde el Psicoanálisis freudiano: pulsión y sublimación. La pulsión consiste en una especie de empuje que tiene un fin. A modo de energía, recorre lo corporal al mismo tiempo que invade el campo psíquico. Siempre busca algún tipo de satisfacción.
La sublimación como concepto fue construido para explicar ciertas actividades humanas (principalmente la actividad artística y la investigación intelectual), que encuentran su núcleo energético en la llamada pulsión sexual. La sublimación sería un destino de la pulsión a fin de apuntar a objetos valorados socialmente. Y esto nos remite a las expresiones artísticas y a la relación que le dio el padre del Psicoanálisis entre el arte en todas sus formas, y el psiquismo.
Para observar la relación entre la sublimación y la pulsión anteriormente mencionada hay que destacar que en el primero, la pulsión cumple un papel fundamental para comprender precisamente la relación con el arte que se quiere destacar. Sublimar, en términos psicoanalíticos, permite cierta satisfacción dedicada en un fin específico. La que se sublima, sería la pulsión sexual, convirtiéndose ésta, en algo aprobado, valorado, respetado socialmente. Por ende, para Freud el artista sublima su pulsión convirtiéndola en algo apreciado por la sociedad. Juan David Nasio, psicoanalista argentino, desde una perspectiva freudiana, nos explica que «Una obra solo será calificada, entonces, como producto de la sublimación si desencadena en el espectador el mismo impulso creador que llevó al artista a producirla. De hecho, la sublimación es invariablemente una transmisión (…)»[ii] (Nasio, 2015: 130). Lo que Nasio agrega a esta conceptualización de Freud es que aquella obra de arte que produce en el espectador el deseo creador del artista, ha sido producto de la sublimación.
El arte en los textos freudianos
Hay textos clave que nos ayudan a comprender la relación que establece Sigmund entre el Psicoanálisis y el Arte: Un recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci, el mencionado El Moisés de Miguel Ángel, El delirio y los sueños en la Gradiva de W. Jensen, Un recuerdo infantil de Goethe en Poesía y Verdad, Dostoievski y el parricidio, entre otros.
Para Freud las obras de arte eran interpretables desde su disciplina. Su obra La interpretación de los sueños publicada en 1905, fue de gran utilidad a la hora de emplear sus técnicas de interpretación. Freud interpretaba sueños, esculturas, recuerdos infantiles, como lo haría con cualquier paciente que entrara al consultorio. Siempre con su carácter metódico e investigativo, sus textos se caracterizan por ser a «ensayo y error», es decir, proponía sus teorías, las contrastaba con la realidad, y nos demostraba, casi implacablemente, si estaba en lo correcto o no. De no ser así, continuaba con sus investigaciones para llegar lo más profundo posible de la cuestión.
En conclusión, Freud tomaba al arte como aquello posible de descifrar, al igual que el Inconsciente. Siempre pensando y preparado para encontrar la profundidad de las obras, lo que se quiso transmitir, lo que no y aún así se transmitió, lo que quiere decir, el sentido de la obra, y por sobre todo interpretar y sacar a la luz lo que siempre nos queda como oculto.
[i] Freud, S. (1914/2010). El Moisés de Miguel Ángel. En Psicoanálisis del arte. Madrid: Alianza editorial.
[ii] Nasio, J. D. (2015). Arte y Psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.