Experiencias y Formación en el Instituto Vocacional de Arte
Por Fiorella Sozzi
El Instituto Vocacional de Arte Manuel José de Labardén (IVA) es un espacio que nuclea a niñxs y jóvenes que se inician en una formación multidisciplinar en el arte. A través de la trayectoria del docente Otto Passennheim y el exalumno Santiago Paredes, hoy artista visual, nos acercamos a su propuesta pedagógica «Educación por el arte».
Para todxs los que forman parte o alguna vez pasaron por el Instituto Vocacional de Arte se trata de un espacio que significa mucho más que asistir a una escuela con currícula artística; en realidad, es un refugio, un espacio de reunión y de aprendizaje multidisciplinar, que invita a niñxs y adolescentes a experimentar talleres de expresión corporal, teatro, música, danza folclórica, artes plásticas, títeres, fotografía, video y literatura.
La institución, como parte del sistema de educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, es un ámbito donde no hay calificaciones numéricas ni competencia por los resultados, y, ante todo, se fomenta la creatividad de cada unx y la búsqueda personal.
A través de su programa “Educación por el arte”, se propone la formación integral de las personas a través de la experimentación con los lenguajes artísticos. De esta forma, se siembra en los niñxs y jóvenes la sensibilidad artística y la posibilidad de experimentar sin temor a equivocarse.
El origen de esta escuela de arte se remonta a principios del siglo XX, cuando el campo cultural-artístico argentino y las instituciones que integraban el sistema se estaban conformando. Dentro de este programa cultural, en 1913 se fundó el Teatro Municipal Infantil, que quince años después pasó a llamarse Teatro Infantil Manuel J. de Labardén.
En los años sesenta, de la mano de las nuevas corrientes pedagógicas, junto con la adopción de su nombre actual, la escuela se orientó a la modalidad “Educación por el arte”, que, como proyecto innovador, se alejaba de la escuela tradicional, ya que permitía maneras alternativas de ver y relacionarse con el mundo, haciendo foco en construir y aumentar la confianza y el respeto hacía los demás. De esta forma, cada niñx adquirió mayor capacidad para expresar sus conflictos e intereses, así como también generar mecanismos de sublimación en el proceso de aprendizaje.
En esta dinámica es fundamental el trabajo en grupo, cuestión que enriquece las actividades y permite el intercambio de ideas y experiencias, mientras se fomenta el respeto por las diferencias individuales y así se aleja de la sistemática homogenización de la escuela formal. Además, el contacto con el arte a temprana edad abre caminos a una particular sensibilidad, promueve la acción y la imaginación.
El sistema de evaluaciones hace hincapié en el trabajo en grupo, las relaciones interpersonales, el proceso creativo y el uso de los materiales.
Actualmente, la institución cuenta con tres sedes en distintas zonas de la Ciudad: Parque Chacabuco, el barrio de Flores, en la calle Pío Collivadino y Constitución, su sede central, en la Av. Garay. Los cursos se dividen según la edad, de cinco a dieciocho años, y desde el nivel inicial se establece una concepción del trabajo con las infancias a partir del derecho al arte y al juego.
La etapa final incluye una instancia de especialización en la que los adolescentes eligen, según sus intereses, la orientación de una disciplina artística.
Por último, se ofrece un curso de Especialización Docente en Educación por el Arte, con una duración de dos años, que consiste en una capacitación y experiencia educativa transformadora que habilita nuevas miradas acerca de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Estas son algunas características de una institución sólida, que ha podido mantenerse en pie pese a las dificultades edilicias y a la falta de presupuesto de parte del Gobierno de la Ciudad, cuestiones que dificultan el trabajo cotidiano, pero el IVA se sostiene y sigue adelante gracias al equipo de docentes, autoridades y a las familias que lo conforman.
Continúen en el camino del arte o no, los integrantes del IVA logran capitalizar su paso por esta institución como una experiencia que les servirá para toda su vida.
Otto Passennheim, artista plástico, es un reconocido docente del IVA. Si bien al comienzo de su carrera trabajó en escuelas tradicionales, desde hace un tiempo solo se desempeña en escuelas artísticas. Es docente desde hace más de cuarenta años y ha sido parte de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de La Habana (Cuba), Altos de Chavón, Escuela Internacional de Arte y Diseño (República Dominicana), Union County College (New Jersey, EE. UU.).
Se define a sí mismo como militante de la escuela pública. Sus inicios en la carrera docente se dieron en barrios del conurbano, como La Matanza, Isidro Casanova, San Justo, Morón. También trabajó como alfabetizador en la provincia de Formosa y en escuelas rurales de distintas regiones del país.
Passennheim tiene una trayectoria en el IVA de más de treinta años. Durante los primeros diez años, se dedicó al nivel inicial, luego tomó el cargo docente en el área de artes plásticas, donde trabaja en los niveles primario y secundario hace más de veinte años.
Según Passennheim, la gran diferencia entre las escuelas tradicionales y el IVA es el vínculo y la cercanía entre el docente y el alumnx, ya que hay una forma de comunicación distinta, ya que se comparte otro tipo de espacio, otro material, y se establece una relación más horizontal. La dinámica se da en rondas, para lograr la libre participación y exposición de los chicxs.
El clima del taller se vuelve distendido, se comparte música y se intercambia otro tipo de diálogos.
Lxs chicxs asisten al IVA con un mayor interés y sienten que participan más de esa institución que si lo hicieran en una escuela formal debido a los contenidos que aprenden y los vínculos que generan. Otra diferencia que resalta Passennheim es que lxs alumnxs en el IVA no están sometidos a exámenes exigentes, asistencias rigurosas ni aprobaciones. La evaluación en el IVA apunta al proceso de trabajo, para dar la posibilidad de que lxs alumnxs desarrollen estrategias de autocrítica y autoindagación, por lo que el resultado es un trabajo más constructivo y menos instructivo.
El docente reflexiona que si bien últimamente el perfil del alumnadx fue cambiando, en general, al IVA concurren grupos familiares o miembros de distintas generaciones de una misma familia, con lo que produce un sentimiento de pertenencia, identificación y unión particular.
A un año de jubilarse como docente, su experiencia es muy gratificante. En su camino como docente, fue desarrollando vínculos con alumnxs que derivaron en amistades perdurables.
Santiago Paredes es un exalumno de la institución. Este reconocido artista plástico y textil recuerda su paso por el IVA como una época muy significativa en su vida, ya que se pudo desarrollar técnicamente en distintas áreas disciplinares, aprender a tocar instrumentos, usar cámaras y otros acercamientos. A su vez, a nivel humano, lo transformó por completo, ya que pudo generar vínculos profundos. En esta institución, conoció a quienes hoy son sus amigos más cercanos y su pareja. Además, comenta que en la secundaria había mucha ansiedad y la gente era “medio mala onda”. En el IVA, por el contrario, todos intentaban entregar su mejor versión; de alguna forma, buscaban compensar con una actitud positiva todo lo que estaban recibiendo gratis.
La especialización que eligió fue música, que luego logró poner en relación con su formación como pintor. Nunca había tocado un instrumento hasta que entró en el IVA, donde no solo se dio cuenta que era posible hacer música, sino también entendió que era una parte de un engranaje mayor; por eso, recuerda que desde el IVA se promovía la asistencia.
Santiago recuerda que una de las mejores cosas de la sede Chacabuco era el mate cocido y ese teclado con caja de ritmos que tocaban en el recreo. También, para llegar, tomaba dos colectivos, donde era feliz porque podía escuchar música en un walkman. Sabía que tenía un propósito y se iba a encontrar con algo nuevo cada vez que asistía.
Para más información e inscripciones:
E-mail: iva.informacion@gmail.com
https: //www.facebook.com/ivalabarden
https: //www.buenosaires.gob.ar/cultura/ensenanza-artistica/instituto-vocacional-labarden
Sede central: Garay 1684
Teléfono: 4304-6956/4943
Sede Pío Collivadino: Pio Collivadino 470
Teléfono: 4671-2911
Sede Parque Chacabuco: Curapaligüe 1026
Teléfonos: 4922-9621; 4921-7822 (talleres) / 4925-6351 (Jardín de Infantes)
* La línea editorial de la revista El Gran Otro acepta el lenguaje inclusivo por el que ha optado su autora.