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14 diciembre, 2021

Procesión hacia nuevas formas de glorificación

Por Camila Stehling

Procesión hacia nuevas formas de glorificación

Una metáfora sobre las espinas, configurada por la artista visual Samantha Ferro, en donde introduce un interrogante acerca de la implicancia de las prácticas de consumo en la configuración de las entidades plausibles a ser glorificadas.

«… actos, gestos y deseo crean el efecto de un núcleo interno o sustancia, pero lo hacen en la superficie del cuerpo, mediante el juego de ausencias significantes que evocan, pero nunca revelan, el principio organizador de la identidad como causa». Judith Butler, 1990.

Samantha Ferro nació en abril del  ochenta y seis en Génova (Italia) en el seno de una familia de obreros y quienes, por cuestiones del azar, migraron a la provincia de Córdoba en Argentina —en donde reside en la actualidad—— cuando ella tenía tan solo nueve años. Desde una edad temprana se interesó por el arte, tras hacer un retrato de sus padres en primer grado. Así, deslumbrada por el universo que se desglosaba frente a ella y los cuadros que observaba desde los locales vidriados de las calles cordobesas, se introdujo de manera progresiva a la práctica artística hasta finalmente estudiar arte a nivel universitario.

 

 

Años después, inauguró su primera exposición individual titulada ¿Para qué sirven las espinas?, en la Galería Acéfala (Buenos Aires) con la curaduría de Joaquín Barrera y el diseño sonoro de Sombra aka Iván González. Una muestra llevada a cabo desde principios de septiembre hasta mediados de noviembre del 2021, bajo la premisa de evidenciar a través de sus piezas «cómo las funciones sociales del vestir condicionan las formas propias de los cuerpos originando a su vez nuevos comportamientos, posturas, símbolos y performatividades», expresó Barrera con palabras que recuerdan la teoría butleriana acerca de los patrones performativos.

Dicho concepto puede observarse, por ejemplo, en la obra constituida por un corsé de metal con piedras preciosas transparentes que cuelgan de sus cadenas. Como también en una pieza rectangular con cemento incrustado, cual joya con su arnés metálico para ser cargada por un cuerpo; entre otras esculturas de engranajes montadas —en aquel entonces— en la sala principal de paredes oscuras color carbón. Esta serie de producciones, cuya estética recuerda a los accesorios propios del universo de la moda, se presenta como un conjunto de amuletos de ritos de consumo, otorgando una suerte de prótesis a la constitución subjetiva, una ilusión de completitud y belleza normada.

 

 

Para comprender estas operaciones implicadas en el desarrollo de la subjetividad, es necesario retomar la cita de Butler que da inicio a este texto. «Dichos actos, gestos y realizaciones —por lo general interpretados— son performativos en el sentido de que la esencia o la identidad que pretenden afirmar son invenciones fabricadas y preservadas mediante signos corpóreos y otros medios discursivos», desarrolló con mayor precisión en El género en disputa (1990).

Sus palabras nos permiten indagar sobre la influencia de las convenciones estéticas en la construcción de género y sus representaciones a nivel sociocultural. En este sentido, «el género propio no se “hace” en soledad. Siempre se está “haciendo” con o para otro, aunque el otro sea solo imaginario», explicó años más tarde en Deshacer el género (2004). En este devenir de la reproducción y naturalización —con o para otrxs— de características, roles y tareas ligadas a binarismos, se presenta una actividad performada.

Desde este abordaje teórico, las obras de Ferro convocan a la reflexión en torno a la ya mencionada reproducción de identidades específicas. Así como, también, acerca de prácticas de consumo cuya finalidad es perpetuar sus representaciones regulando los cuerpos. Sin embargo, vale aclarar que, a lo largo de estas últimas décadas, la visibilización y apropiación de ciertos mecanismos, herramientas y marcas sociales contribuyeron a la tan necesaria deconstrucción y, por consiguiente, la puesta en tensión de los cimientos sobre los cuales se han edificado estos conceptos.

 

 

Ahora bien, «¿para qué sirven las espinas?» una pregunta que atraviesa el cuerpo de obra expuesto en esta ocasión, bajo el título homónimo pensado junto al curador. Como punto de partida tuvieron «la intención de generar la posibilidad en el otro de formular una incógnita» —comentó Ferro en relación con la ambivalencia simbólica de este objeto—. Aquello que alude a algo «hermoso, sensual, pero que termina haciendo daño. Sin embargo, las espinas en sí son formaciones punzantes, rígidas y duras que permiten, a la vez, tener una función de protección». Mientras tanto, el orden de ubicación de las obras daba la sensación de estar ante «una procesión, en donde había una deidad al fondo. A partir de esto nos fue imposible escapar de la idea de Cristo y, sobre todo, su corona de espinas», concluyó.

De esta lógica atravesada por al eje placer-dolor, tan recurrente en sus producciones, se desprendieron cuestionamientos con respecto a aquello que se glorifica y es capaz de producir malestar y alivio, goce y padecimiento. ¿Quiénes son nuestrxs referentes? ¿Qué nivel de influencia tienen sobre la propia vida? ¿Cuánto somos capaces de ceder y/o sacrificar en pos de alcanzar dicho modelo?

Esta última pregunta introduce un punto de inflexión en la configuración de personajes idealizados. Es decir, ya no se trata de una figura particular, sino de un modelo vivencial homólogo a un estilo de vida. Una experiencia prototípica personificada en el consumo de determinadas prácticas y objetos: vidas ostentosas exhibidas a través de las redes sociales, la juventud eterna de cuerpos transversales a toda generación, una multiplicidad de roles y tareas posibles solo en un espacio en donde el tiempo se ha visto suspendido. Nuestra época nos pone de frente a la reproducción de los gestos, actos y deseos contemporáneos, y ahora la pregunta es ¿hasta qué nivel nos performan? Y, por lo tanto, ¿cuánto dominio tienen sobre nuestra subjetividad?

 

Créditos Fotográficos

1- Installation View ¿Para qué sirven las espinas?, Photo: Lista Registra, 2021

2- Pieza perteneciente a ¿Para qué sirven las espinas?, Photo: Lista Registra, 2021.

3- Pieza perteneciente a ¿Para qué sirven las espinas?, Photo: Lista Registra, 2021.

4- Pieza perteneciente a ¿Para qué sirven las espinas?, Photo: Lista Registra, 2021.

5- Pieza perteneciente a ¿Para qué sirven las espinas?, Photo: Lista Registra, 2021.

6- Pieza perteneciente a ¿Para qué sirven las espinas?, Photo: Lista Registra, 2021.

7- Pieza perteneciente a ¿Para qué sirven las espinas?, Photo: Lista Registra, 2021.

8- Pieza perteneciente a ¿Para qué sirven las espinas?, Photo: Lista Registra, 2021