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6 octubre, 2014

Spam

Por Raquel Tesone

Spam

Dramaturgia y dirección general: Rafael Spregelburd| Dirección musical: Zypce

No sabe quién es, ni cómo se llama, ni en qué tiempo vive. Una máquina sopladora voló los días del metálico calendario y ni siquiera sabe cómo ordenarlos. Lo único que parece que puede ordenar es su cama. Está solo. En Malta, en el hotel Il Caravaggio de La Valeta, allí a donde el pintor Caravaggio huyó por asesinar a un hombre en Italia. ¿Será un criminal o un loco que perdió la memoria? –se pregunta. Sin valijas, con una laptop y algunas cajas de muñecas, vestido con un smoking deslucido y raído que se nota que no le pertenece, la única señal cierta parece ser el libro El extranjero que tiene en sus manos. ¿Será la encarnación de Meursault salido del libro de Camus? ‒me pregunto. Y de pronto, un spam: «Agrande su pene». ¿O será un hombre convertido en spam, tal como el personaje de La metamorfosis de Kafka se transformó en insecto?

No, por su pasaporte se sabe que no es un personaje de ficción: se llama Mario Monti. Se googlea para saber quién es y aparece el Primer Ministro de Italia. «Quizás, algún día tendremos que buscarnos en Google para saber quiénes somos…», me digo, y mientras trato de tolerar la intriga, imagino que podríamos terminar siendo como insectos cibernéticos alojados y enredados en las redes sociales. Monti está solo, pero habla y parece dirigirse a alguien, al mundo, a sí mismo, o a la nada misma. Pero algo es certero, su discurso logra interpelarnos, cuestionarnos, y golpearnos. Podemos pasar del llanto a reírnos de nosotros mismos y de los spams que nos invaden con la panacea para todo mal: agrandamientos de pene y más slogans. Aparecen los mails de una tal Cassandra que le permiten conocerse. Por ella sabe que es profesor en la universidad, lingüista y que Cassandra es su alumna. Nos da cátedra sobre la lengua de un pueblo semita, la eblaíta, la más rica en la historia de las lenguas que tuvieron un diccionario escrito en la arena. A través del eblaíta, aprehendemos algo de lo maravilloso de la humanidad y, al mismo tiempo, de su poder de aniquilación sobre aquello que construye. Esta cultura que hacía el amor con las palabras fue destruida por otras culturas que le hicieron la guerra. Monti desarrolla otro trabajo de arqueología, pero en el historial de su PC, con el fin de comenzar a reconstruir su vida. ¿Es que nuestra vida estará en el futuro condensada en un archivo de computadora?

Día por día, Monti arma de manera arbitraria en el tiempo –y como si fuera un rompecabezas– los acontecimientos caóticos que lo llevaron hasta Malta. El tema del tiempo es central tanto como la soledad y el vacío, donde el tiempo se llena de spams y donde el aburrimiento lo lleva a responder un mail de una delincuente de Kuala Lumpur. A partir de esto, Monti se halla envuelto en transferencias bancarias y compras virtuales por PayPal. Y todo es para simbolizar los efectos del capitalismo, tal como el consumo compulsivo de «basura» (libros raros, objetos inútiles, tecnología china…). La psicosis de la crisis europea vivida como el Apocalipsis y la recreación del cuadro La decapitación de San Juan Bautista de Caravaggio, caricaturizada por los empleados de un supermercado chino, aluden a la paranoia social. El naufragio del crucero Concordia, mezclado con las noticias sobre la venta de muñecas que putean sospechosas de fines terroristas, escenifican de manera hilarante la manipulación de las mentalidades a través de los medios de comunicación. Y por supuesto, más spams que siguen cayendo en la bandeja de «Correo no deseado» dando a conocer nuevas técnicas para el alargamiento de penes.

Este conjunto de situaciones y escenas desopilantes y satíricas parodian con inteligencia nuestras prácticas sociales contemporáneas y el alienante uso de la tecnología. Monti está solo, se pregunta quién es y canta un rap sobre la basura remixado con música pop en inglés. Su contacto con el mundo está en la pantalla de su computadora y tiene nombre: Cassandra. «Ella sabe quién soy», se dice Monti. Parecería que ella es esa mirada del otro que ‒pese a sostenerse en la virtualidad de los mails y del Skype‒ a Monti le refleja quién es en verdad. Pero tal parece que las relaciones y el amor también pertenecen a un mundo virtual. Así que la presencia de Cassandra puede desaparecer con un solo clic, lo que a Monti lo deja «sin conexión», hablando solo y acompañado con su ausencia. A su vez Cassandra, como buena histérica, lo frustra cuando logra seducirlo y lo elimina de su universo virtual. Ese universo reproduce el mundo real, donde los vínculos parecen ser spams descartables que, al igual que las palabras, quedan desprovistos de sentido. En la espera de las palabras o de un mensaje de Cassandra, Monti queda en la más terrible desolación.

Las escenas disparatadas y con sentido del humor sobre las traducciones del Google Translator y el diálogo con delay que mantiene con Cassandra hacen alusión a lo que Lacan señala como la esencia de la comunicación: el malentendido. Parecería que, navegando por Internet como si nos arrastrara un río, algún día llegaremos a buen puerto y allí se iluminará nuestra comprensión del mundo. Spregelburd con su carismático, intenso y conmovedor personaje realiza una interpretación impresionante por su profundidad y agudeza. El guión es de una extraordinaria lucidez y está lleno de poesía, coordina en cada detalle su texto con la música excelsa de Zpyce. Ambos utilizan innumerables recursos informáticos y tecnológicos, ya sea efectos de sonido electrónico, proyección de videos en vivo, micrófonos dentro de una pecera con agua y de copas para producir diversos sonidos, y todo lo que concierne a la moda de las PC. Y lo interesante es que, para representar la soledad de este personaje en un mundo virtual, se recurre en la puesta al uso artístico de la tecnología, demostrando que esa misma tecnología que es una herramienta al servicio del poder para modelar nuestra subjetividad puede, como en este caso, denunciar al poder a través del arte. Una obra que pone en escena la filosofía de Foucault y de Nietzsche, ya que enfrenta al poder sin sustraerse del poder ni de la voluntad de poder.

Por todo esto, Spam es una obra de total vanguardia teatral, en cuanto a su dimensión crítica sobre la incomunicación de la comunicación virtual que nos sume en la total soledad. Es revulsiva y revolucionaria en tanto es una puesta en cuestionamiento del mundo contemporáneo y de todo lo establecido socialmente. Nos enorgullece contar con artistas multidimensionales de trayectoria internacional como Spregelburd que ‒siendo valorados y reconocidos en el exterior‒ siguen apostando a su país con propuestas como esta; las necesitamos. Gracias Rafael por regalarnos este magnífico espectáculo que nos hace pensar y nos recuerda que, al igual que Monti, nos vendría muy bien poder preguntarnos: ¿en qué mundo vivimos? ¿Quiénes somos?, ¿quiénes fuimos? ¿En qué nos estamos convirtiendo?

  • Ficha Técnica
  • Idea original, texto, dirección general: Rafael Spregelburd
  • Ideas, música original, dirección musical: Zypce
  • Intérpretes: Rafael Spregelburd (Monti) y Zypce (Músico)
  • Asistentes de dirección: Gabriel Guz , Manuela Cherubini
  • Iluminación y espacio: Santiago Badillo
  • Realización de escenografía: Escudero’s
  • Video: Alejo Varisto, Alejo Moguillansky, Alessandro Olla
  • Animaciones en video: Elisa Marras (Multiforme)
  • Ilustraciones en video: Valentina Olla
  • Operación y software: Agustín Genoud, Paula Cotón
  • Tipografías eblaítas: Eduardo del Estal
  • Diseño de programas: Alessandro Sordi
  • Actores en videos y voces: Elisa Carricajo (Cassandra), Manolo Muoio (Locutor TV), Patrizia Frencio (Madre), Pino Frencio (Padre), Laura Amalfi (Juguetera, Chinese Bond Girl, Andreína)
  • Fotografía en el cuadro de Caravaggio: Nicolás Levín
  • Modelos chinos: An Na (Salomé), Hsueh Elisa (Criada), Hsueh Daniel (Bautista, Caravaggio), Liu Sung (Ejecutor, Soldado, Preso), (Modelos de la agencia TCV Productions)
  • Maquillaje: Georgina Serafini
  • Vestuario: Flor Lista

Una producción de Spregelburd/Zypce en coproducción con el CETC (Centro Experimental del Teatro Colón) y el FIBA 2013 (Festival Internacional de Buenos Aires).

Las funciones serán hasta el 16 de mayo los viernes y sábados a las 21:00 en teatro El Extranjero, Valentín Gómez 3378.

Reserva de localidades a través del teatro en http://www.elextranjeroteatro.com/plays/view/90/name:SPAM-de-Rafael-Spregelburd