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5 febrero, 2020

Ya No Mires Atrás: Spinetta, otra vez lo ha hecho

Por Maxi Moncalvillo

Ya No Mires Atrás: Spinetta, otra vez lo ha hecho

El pasado año, el canal National Geographic, en su saga de documentales a músicos que han trascendido fronteras geográficas, musicales y cronológicas, llamado “Bios”, reprodujo un fragmento de la canción “Ya no mires atrás”, y desde entonces comenzaron las especulaciones con la salida de un nuevo material del Flaco. Lo que pocos pensaron es que se trataría de un disco entero, completo, grabado en excelente calidad y perteneciente a años en los que Spinetta había terminado de grabar Un mañana y antes del histórico y mega recital de Las bandas eternas en el estadio de Vélez Sarsfield en el 2010. Quizás por ello permaneció “postergado” o “guardado”, quizás porque el Flaco tenía otros planes para estas 7 canciones, o quizás porque había que esperar a que su hija Catarina las encontrara en una carpeta, adentro de un pendrive suelto por ahí. Lo cierto es que el año 2020 comenzó con un disco inédito de Luis Alberto Spinetta (LAS) que la compañía Sony Music se encargó de lanzar para el día en que el Flaco hubiera cumplido 70 años y en el día del músico en nuestro país, o viceversa.

 

 

2020, un año de aniversarios

Hay algo cierto en este último lanzamiento discográfico, y es que el año 2020 comenzaba reuniendo varios aniversarios importantes. El primero de ellos, el 15 de enero, en donde se cumplieron 50 años del lanzamiento de la ópera prima de la primera gran banda que formó el Flaco, Almendra, con su nombre homónimo para dicha obra. El disco, que prematuramente se convirtiera en un éxito local, fue transformándose en una pieza fundamental del rock nacional, y más aún, del rock en español, reuniendo un conjunto de canciones que dieron origen a un nuevo lenguaje musical con una fuerte impronta poética y filosófica en las letras, atravesada cada una de ellas por un sonido demoledor para la época: experimentación con nuevos sonidos que iban de la simpleza en Muchacha ojos de papel a la psicodelia en Color humano. La gran virtud de este trabajo ha sido sin dudas la ampliación de los márgenes sonoros, estéticos y conceptuales con los cuales algunas bandas venían trabajando. El espectro se abre, el Flaco y Almendra lo hicieron posible, y ya la historia del rock nacional no sería la misma desde entonces. El segundo acontecimiento simbólico con el que abrió el año, fue el aniversario 70 del nacimiento del Flaco, el 23 de enero, misma fecha también en que se celebra el día del músico en Argentina, y fecha elegida para el lanzamiento de Ya no mires atrás, el segundo disco póstumo, después de Los amigo. Por último, a fines del pasado año se cumplió el décimo aniversario de uno de los acontecimientos más importantes en la carrera de LAS y del rock nacional, el histórico recital de Las bandas eternas en el estadio Amalfitani de la Ciudad de Buenos Aires. Y este año también, el décimo aniversario del lanzamiento de aquel registro en vivo, tanto en cd, vinilo, como en dvd, en donde LAS reunió a todos los músicos con los que había tocado a lo largo de su carrera. Para muchos fue, quizás, una despedida con el público argentino por parte del Flaco, ya que luego se presentaría por última vez en Chile al año siguiente.

 

 

La poética del Flaco: un hilo conductor al infinito

El flaco siempre evolucionó o experimentó. Nunca se quedó en “los laureles” de sus grandes éxitos repitiendo la fórmula (si es que la hay) con la que había llegado a los mismos. Siempre arriesgó, siempre buscó romper los cánones impuestos, no sólo musicales, sino también sociales y culturales. Siempre hurgó en las estructuras, tuvo esa visión de estadista de la música, interpelando lo instituido y siendo siempre un agente instituyente, en palabras de Bourdieu. Siempre ha estado, también, un paso más adelante en cuanto a estilos musicales, tendencias sonoras, líricas. Como dice Charly, su eterno amigo: “La vanguardia es así”.

Ya no mires atrás se presenta y se abre como un portal poético al infinito. Con su mirada sensible del mundo y de una sociedad que vive entre la adulación por un pasado que fue “mejor” y en eterna preocupación por un futuro deseado que nunca llega, el Flaco vuelve a insistir y a dejarnos en claro desde su inicio, en Veinte ciudades, el mensaje que nos propone como legado cuando dice “con tus propios ojos ves lo que se perdió y estás harta de esperar (…) quiero recordarte que el tiempo nunca juega en contra, luego, sólo quedan cenizas del alma que has de romper”. Insiste en recordarnos que él nunca va a decir que “todo tiempo por pasado fue mejor”, por eso, en la canción que le sigue, aquella que le da el nombre al álbum”, remata firme y suave con un “ya no mires atrás, no mires atrás, nena”.

 

 

 

Folder

Su hija Catarina, encargada de administrar y cuidar toda la obra de su padre, encontró sorpresivamente una carpeta digital con la palabra “Folder”. En principio, se puede deducir que el Flaco aún no había decidido darle un nombre a aquello que guardó alguna vez en aquel pendrive, sin embargo, los archivos descubiertos por su hija dieron cuenta de un conjunto de canciones que habían sido grabadas en el estudio-hogar La Diosa Salvaje entre los años 2008 y 2009, listas para ser masterizadas, según contó Catarina, y que habría sido al poco tiempo de la salida de su último trabajo de estudio, Un mañana. Las canciones que integran el álbum fueron grabadas por LAS y por los integrantes que lo acompañaron en su última etapa como músico: Sergio Verdinelli (batería), Claudio Cardone (teclados), Nerina Nicotra (bajo), y en algunas canciones se suman el Mono Fontana (teclados) y Alejandro Franov (teclados y compositor de la música del último track, “Diadema”). Es por ello que el sonido del disco conserva cierta linealidad con su antecesor, Un mañana. La voz del Flaco resuena suave, firme, serena y brillosa. Imposible no emocionarse al escucharlo cuando comienza el disco, en “Veinte ciudades”, entrando casi “sin avisar”, como en alguna oportunidad también lo ha hecho en “Yo quiero ver un tren”. Suena claro y febril, animado, es una canción que sin dudas tiene cierta intencionalidad en ocupar el primer lugar del álbum: ilumina como un faro el horizonte de las próximas canciones que le siguen. Continúa “Ya no mires atrás”, que además de darle el nombre al disco, es una canción que enciende la “atmósfera Spinetta”, con su voz dulce y clara, quizás llevándonos por un momento a la época de “Fuego gris”, sin embargo, su letra nos remite con su mensaje a la siempre presente “Cantata de puentes amarillos” y su icónico “Mañana es mejor”, cuando ahora lo podemos escuchar cantar “Pues ya no mires atrás / No mires atrás nena”. El faro comienza a girar levemente, ilumina de a poco el camino con sutilezas que se van dejando vislumbrar. La poesía del flaco, sólida y generosa en imágenes, comienza a acentuarse. El disco avanza.

En “Agua de río” continúa el despliegue poético, y comienzan a apreciarse pasajes en sus letras que hilvanan palabras con un claro mensaje spinettiano: “No pares de crear, cambiando lo que anda mal / Puedes elevarte”; interpelando así al oyente a no sosegar en una quietud de época que el Flaco parece advertir [nos].

El clímax máximo del disco es alcanzado en “Luna nueva, mundo arjo”. Sin dudas el registro en estudio de esta canción es un presente para todos los/las fans del Flaco que lo han escuchado tantas veces en vivo pero que nunca, hasta este álbum, había sido grabada. Hay que destacar aquí, que esta canción de los años ´80 y que por momentos nos remonta a la época de Jade, queda registrada como una piedra preciosa sin tiempos ni espacios ni épocas, es decir, un tesoro atemporal, como toda la obra del Flaco.

Le sigue luego, “Merecer”, con la participación de sus hijos Valentino y Dante. El pulso se acelera, vestigios de funk se abren paso y propician el entorno ideal para que los pibes hagan lo suyo: un rapeo seco y profundo que hoy podemos asociar a los géneros en boga, como el trap, el rap, el freestyle o el hip hop.

El disco comienza a cerrarse. El caudal rítmico baja, no así la abundancia poética que nuevamente el Flaco hace relucir en “Luces y sombras” y en “Diadema”. Éste último, coronando el disco, en donde la intensidad baja y la voz del flaco comienza a perderse entre las suaves notas que acaricia como una leve brisa de verano….

“……en tus ojos el sol más bien
sin el tiempo y la oscuridad
de tu mano camino azul la diadema de amor total
de las vidas veo salir una llama de eternidad
hay un puente que cruza en ti
las palabras llenas de luz……”