Ulla Von Brandenburg en el Palais de Tokyo: «El arte es un teatro»
Por Mariano Barrientos (corresponsal en París)
Para esta última exposición en el Palais de Tokyo antes del confinamiento, la artista alemana Ulla Von Brandenburg imaginó un proyecto total y en evolución, inspirado en el teatro y su imaginación. En torno a la noción de ritual, entendida como la posibilidad de explorar las relaciones entre el individuo y el grupo, la artista invitó al público a participar en una experiencia inmersiva y renovada de temas que enriquecen su trabajo. El Gran Otro tuvo el privilegio de adentrarse en este universo de movimiento, escena, color, música y textiles.
Las instalaciones, esculturas, representaciones y películas especialmente diseñadas para la exposición Le milieu est bleu (El medio es azul) de Ulla Von Branderburg, responden y se enredan en una narrativa abierta, mundo natural y actividades humanas, interior y exterior, ficción y realidad.
Como a menudo en su trabajo, se invita al público a ingresar a los trabajos presentados, para cruzar umbrales materializados por grandes secciones de tela. Desde el hall de entrada, se presenta una gran instalación de cortinas pintadas en el centro perforadas con un gran círculo, como dispositivos ópticos inspirados en la apertura de una lente fotográfica. Este cruce de la cuarta pared, abierto y fantaseado hacia la exposición, ofrece una primera inmersión en el color, una reflexión sobre la naturaleza y la fragilidad del material, pero también sobre su capacidad para evocar inmediatamente un universo ficticio.
Esta doble relación con la imagen, con la construcción de un marco de representación y con el compromiso del cuerpo continúa en una instalación textil muy grande, que también resalta el interés de Von Branderburg en este material transportable, que circula, se intercambia y se metamorfosea a lo largo de los siglos y las comunidades que lo producen. Esto se desarrolla a través de cinco ambientes hechos con telas coloridas de las piezas anteriores del artista. Cada una de estas cabañas con geometría incierta tiene una función o una temporalidad: acción, figura, ritual, noche y hábitat.
La última parte de la exposición se compone de una instalación laberíntica cuyas secciones de telas azules descoloridas (también recicladas), acogen cinco proyecciones de películas filmadas bajo el agua en las que objetos aparecen y desaparecen como después de un naufragio ¿Es acaso un mensaje premonitorio de la situación actual del planeta? En contrapunto al mundo terrestre y rural del comienzo de la exposición, estas visiones submarinas evocan de una vez más allá, una desaparición del ser humano o una inmersión en su inconsciente.
Texto y fotos: Mariano Barrientos, corresponsal en París.