Obra revelación recibe el galardón del Premio Clarín Novela 2018
Por Magalí Díaz Moreno
La semana pasada José Niemetz, un profesor de Letras y librero oriundo de la ciudad de General Alvear, Mendoza ganó a sus 56 años el Premio Clarín Novela por su libro Tú eres para mí.
Sorprendido de recibir el galardón, el escritor mendocino subió al escenario y dio un cálido discurso en el que agradeció en primer lugar a su madre, quien incendió su pasión por la literatura, en segundo a su esposa que lo conformó como persona, al jurado, al resto de los participantes y a sus alumnos del profesorado, haciendo referencia al momento difícil del país y, finalmente a los lectores ‘quienes le dan sentido a la literatura’.
Como premio recibió 400.000 pesos y la publicación de la obra por la editorial Clarín-Alfaguara.
Ávido lector y dedicado de lleno a la literatura, Niemetz nunca publicó nada antes pero ha escrito también novelas que, seguramente luego de este reconocimiento, podrían ser publicadas.
Los prestigiosos jueces que conformaron el plantel del concurso fueron el periodista y escritor argentino Jorge Fernández Díaz, la escritora española Almudena Grandes, quien a pesar de no conocer las referencias de música popular argentina disfrutó gratamente de la obra y la autora mexicana Guadalupe Nettel. A las tres personalidades les fue muy agradable sumergirse en esta ficción que narra acerca de una mujer que pesa 112 kilos, propietaria de un vivero. Este negocio lo heredó de su familia y quienes han compartido la sabiduría de las plantas con sus propiedades curativas y mortales con sus clientes.
El autor eligió ese escenario tras haberse dedicado a la agricultura y al cuidado de las plantas. Rescata las propiedades curativas y hasta mágicas de las plantas sagradas y maestras, que fueron y aun son usadas por los chamanes en la exploración y el despertar de la conciencia.
En ese lugar natural transcurre casi toda la trama.
La protagonista ha vivido una vida de desengaños amorosos, la cual da un giro inesperado al encontrar placer erótico y sexual copulando y asesinando a sus amantes mientras suenan melodías de fondo.
El autor gestó al personaje de ‘Estela’ inspirándose en el Club del Clan y la década del ‘60 que se menciona bastante en la obra. Bautizó a su ‘heroína’ en honor a la aclamada cantante Estela Raval. Su famosa canción le da título a la obra y a la que el autor da una vuelta de tuerca desde el sadomasoquismo.
Sexo y muerte se entrelazan en el relato.
El comportamiento de la protagonista pareciera tener sentido al comprender que la relación con su padre es inexistente, porque no lo conoce. Y, con su madre tampoco habría alguna.
La elección del ‘yo’ de la narración fue toda una tarea fina. Niemetz se puso en el lugar de la mujer porque forma parte de lo en este momento: el papel del feminismo y el rol femenino estereotípico. Lo encuentra presente en lo estético, lo físico y en el ámbito del mundo del espectáculo. Más específicamente dentro de lo televisivo, especialmente en el formato de telenovelas y también en el teatro.
Quiso poner de manifiesto su opinión crítica acerca del comportamiento violento hacia la mujer en los medios y en lo cultural. También tomó y usó sus experiencias como profesor donde pudo observar el papel relegado de las mujeres con unos kilos de más en el aula y los altos estándares de belleza al visitar concursos provinciales.
Por toda esa dedicación a la confección de su personaje eligió el seudónimo de ‘Bovary’ para presentarse en el certamen. Eligió ese nombre por la famosa nouvelle francesa del escritor Gustave Flaubert , ya que cree que el papel de la mujer de ese tiempo, de la década del ’60 es similar al de Emma Bovary en el siglo XIX. Era avocada a ser una linda esposa trofeo para mostrar ante la sociedad, desposeída de libertad o voluntad alguna, fascinada por la literatura que leía.
El deseo visceral de querer liberarse de ese rol se manifiesta desde lo sensual y sexual, teñido también por un tono mortífero por el fatal y herbal final de Emma. Casualmente se encuentra relacionado al modus operandi de Estela que imparte justicia poética con sus actos amatorios y mortales. Al hacer esto, se exorciza así misma de la carga materna y se libera de su estigma físico, porque el acto fatal de quitar vidas la empodera como mujer y sacia su ‘apetito sexual’, como lo calificó el autor.
Pero la diferencia entre ambas obras es que mientras que la de Flaubert pertenece al género del realismo, la de Niemetz no sería catalogada así, sino más bien al thriller por el estilo y los guiños y referencias a uno de los maestros modernos de ese género, el autor estadounidense Stephen King.
En esta época de tanto caos e incertidumbre, el descubrimiento de nuevos contenidos y creadores literarios es hasta necesario para poder tener un bello y sano escape hacia dónde refugiarnos y parece que ver qué sucede en el vivero de Estela, es una muy buena opción.