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23 agosto, 2012

 

«Es un territorio que nos ha costado sacrificio consolidarlo, dijo, el líder indígena”

El Parque Nacional Isiboro Secure Tipnis, conformado por 1.2 milones de hectáreas que se ubica en la amazonía boliviana es ahora el tema de conflicto ambiental desde hace dos año entre  el actual gobierno y los indígenas que viven esta reserva natural

 

Por Lic. Elizabeth Estévez A.

 

Luego de peregrinar por más de dos meses en una marcha, desde el bosque hasta la sede gobierno, en medio de la adversidad  de la lluvia y el frío, ellos no fueron escuchados por el gobierno y regresaron a su territorio para defender desde allí sus recursos naturales y su hábitat.

Aunque la construcción de la  carretera por el centro del TIPNIS no es aceptada por los indígenas y por miles de ciudadanos de todos los departamentos del país que se oponen, todavía el ejecutivo insiste en la construcción de la carretera lo cual se la haría luego de hacer una consulta a los indígenas; pero ellos  aseveran que la carretera sólo afectaría a su hábitat y el derecho a vivir en su territorio, sin la intromisión de extraños que atenten al medio ambiente.

Sin embargo, a pesar de la oposición por quienes habitan en esta reserva natural, el gobierno de Evo Morales se procedió a la consulta en la zona en comunidades afines al partido de gobierno, según los indígenas que se oponen a la construcción de la carretera que atreviese por el centro de esta reserva natural.

En el parque nacional habitan indígenas de las etnias trinitarias, moxeñas, yuracaré y tsimane quienes viven en su territorio en un extraordinario hábitat  animal y vegetal, el cual defienden desde que se anunció la construcción de  una vía que supuestamente contribuiría a su progreso y mejorarías sus condiciones de vida.

La estadía de dichas etnias indígenas, según historiadores se remonta hacia siglos atrás, cuando luego ser evangelizados por los misioneros jesuitas, “cansados de sufrir abusos de blancos y mestizos que colonizaron esa región, los nativos escenificaron su propia búsqueda dela Tierra Prometidao Loma Santa, “la tierra sin males y sin enfermedades”, según Adolfo Moye, quien fue líder en la octava marcha indígena.  Ellos llegaron a esta zona donde hay altitudes propicias para cultivos, en medio de llanuras bajas, habitualmente inundadas.

Desde 1990 se llama oficialmente Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) y tiene doble estatus como  área protegida y territorio Comunitario de Origen (TCO).   Debido al conflicto en la octava marcha el  2011 esta crítica situación fue destacada en portadas de la prensa nacional e internacional por la lucha de sus habitantes contra la carretera que promueve el gobierno y que partiría esta reserva ecológica en dos.

Pero ahora la indiferencia de las autoridades ocasionó la novena marcha de los indígenas hasta arribar a la sede de gobierno en medio de la adversidad del clima de invierno, subiendo los indígenas a5000 metrosde altura a nivel del mar, al que no están acostumbrando y en su paso recorrieron poblaciones como San Borja  y Yucumo en el Beni, Caranavi, Coroico, Cotapata enLa Pazy otras, en donde fueron bien recibidos por sus habitantes que apoyan la demanda de los amazónicos desinteresadamente, la cual se inició el pasado viernes 27 de abril.

Según los dirigentes indígenas y los marchistas, la marcha es el arma con la que  protestan y luchan porque la carretera supondría un gran peligro para la preservación de la fauna y la flora del lugar.

 

Riqueza natural

Informes oficiales revelan que el Parque Nacional Isiboro Sécure Tipnis cuenta 714 especies de fauna y unas 3.000 de flora.  Otras investigaciones detallan 108 especies de mamíferos, 470 de aves, 39 de reptiles, 53 de anfibios y más 450 de peces y mamíferos nadadores como el delfín rosado o bufeo en riesgo de extinción.

La biodiversidad es favorecida por 170 lagunas y las diversas altitudes del parque, entre los180 metrosen que están los ríos Isiboro y Sécure y los 3.000 de las serranías subandinas.

Entretanto el ejecutivo ha negado cualquier mal uso que se le daría a esta reserva natural como la exploración y explotación de hidrocarburos o las plantaciones de cocales y más bien asevera que la vía permitirá la integración de Bolivia, bajo una óptica «desarrollista», aspecto que es negado por los indígenas que afirman que esta propuesta choca contra su forma de vida  y pone en riesgo la existencia de su cultura.

 

Uso de recursos naturales

La economía y sostén de vida de las comunidades del TIPNIS se basa en el aprovechamiento de los recursos naturales como la  caza, pesca, recolección de especies no maderables, extracción de madera, recolección de frutales, miel de abeja y  muy poco a la  agricultura y ganadería.   Complementarias a esta forma de vida   de se dedican a otras  actividades como el trabajo asalariado para la compra de algunos víveres y medicamentos y la venta de artesanías.

 

Pesca

La pesca tiene mayor importancia por su abundancia en el Alto Sécure,  el Alto Isiboro y la zona central del área protegida.  Tsimanes y yuracaes hacen uso de este recurso para la alimentación porque los peces aportan la mayor parte de las proteínas de la dieta.

Los colonos practican muy poco la pesca debido a que los ríos tienen poca abundancia de peces y se han registrado denuncias de sus prácticas de pesca con dinamita.

Además se denunció hace poco en la prensa que el Estado en la actual gestión firmó un convenio con empresas de turismo para el flujo  de turistas extranjeros que precisamente se dedican a la pesca de variedades nativas de alto valor comercial como el pacú o “faisan de los ríos”,  surubí, tambaqui, el general, y el dorado entre otras  que hay en esta reserva natural, a través de paquetes turísticos de empresas en el exterior que consisten en la visita de extranjeros, cuyo valor es de $us. 7.600 por persona aproximadamente, por una semana.

 

Turismo

La actividad turística en el TIPNIS es mínima debido a varios factores, desde la dificultad de acceso, la falta de promoción, servicios e infraestructura, a una inestabilidad social que se traduce en falta de seguridad para los visitantes.

 

Forestación

La recolección de productos no maderables del bosque ocupa un lugar vigente en la dinámica de los habitantes del TIPNIS.  Para los tsimanes, la recolección es muy importante ya que constituye una fuente de ingresos y alimentación. Para los yuracarés, la recolección nunca ha sido una actividad importante, y en la actualidad es menor aún.  Y de los moxeños y colonos no se tiene información detallada.

 

Testimonios de los marchistas

Cesar Moye (TIPNIS). “Me siento con mucha fe después del primer día de caminata. Estoy agradecido al Señor por haber llegado hasta aquí aunque haga mucho frío para reclamar al gobierno”.

“Yo tengo fe y estoy seguro que el señor nos ayudará a encontrar una solución en nuestra lucha. Pido que se respete la casa de los indígenas, que  es  el TIPNIS, y que se respete nuestra cultura. Le pedimos al Señor que nos ayude. Sabemos que con buena fe se van a solucionar las cosas”.

“Tengo 45 años. Estuve en la marcha del año pasado, vine con cinco de mis diez hijos y mi esposa, pero esta vez vine solo para que los chicos no se perjudicaran en la escuela. Para venir a la novena marcha hablé con mi esposa y ella me dijo que era importante que asistiera para que se solucionara el problema de la carretera porque los habitantes del TIPNIS le pedimos  al gobierno que no se construya una carretera por el corazón de nuestro  territorio”.

“Soy de la comunidad Santiago, a orillas del río Ichoa en la zona central del TIPNIS. He venido en una chata  embarcación de madera para unirme a la marcha”. El viaje duró cuatro días por los ríos.

Entretanto, más  allá de la actitud local y de  las aspiraciones regionales  de los marchistas que han vivido esta agonía en defensa de su hábitat y la biodiversidad existente en esta reserva natural, de parte del ejecutivo se centran en la construcción del camino San Ignacio de Moxos – Villa Tunari,  con el argumento de mejorar la forma de vida de los indígenas, sin pensar a futuro en que  esta medida podría ocasionar un daño irreversible al medio ambiente y a  miles de especies, en flora, fauna y biodiversidad que se encuentra en medio de esta riqueza natural.

 

 

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